¿Se imagina salir alcaldesa?

–Sí, por qué no, y ahora en este 2023 más que nunca. En 2019 no sabía muy bien donde me iba a meter, qué supondría en mi vida personal y laboral porque es totalmente un cambio. Nunca había sido un cargo público, pero después de estos cuatro años he ganado experiencia, conozco mucho mejor mi ciudad y he ganado mucho conocimiento a nivel de cómo funciona la política a nivel institucional. Me veo con todas las capacidades, el conocimiento, la fuerza y energía de poder gobernar esta ciudad.

 ¿Qué sería lo primero que haría?

–Para nuestro proyecto una parte fundamental de un Ayuntamiento son los presupuestos. Dime en qué inviertes y te diré lo que valoras. Tienen que ser unos presupuestos equitativos y que respondan a las necesidades de la ciudadanía. Ese proyecto político que materializamos en un programa electoral habría que darle esa salida y ese reflejo a nivel presupuestario, porque al final eso es lo importante al margen de conformar un equipo de gobierno lo más plural posible. Me gustaría tener un contacto directo con los trabajadores y las trabajadoras del Ayuntamiento.

¿Qué cambiaría de la manera en la que se gestiona ahora mismo el Ayuntamiento?

–Hay mucha distancia entre el Ayuntamiento y la ciudadanía. Es lo que he podido comprobar durante durante estos cuatro años. Hay muchísimos proyectos, ayudas, actividades que se ponen en marcha desde el Ayuntamiento y que la ciudadanía desconoce. Creo que hay que abrir puertas y ventanas en el Ayuntamiento y que realmente sea más transparente y más participativo. Es cierto que hay muchos foros de participación pero realmente no son espacios reales. La ciudadanía sigue viendo muy lejos su Ayuntamiento y lo que hay que hacer es hacer partícipe a la gente de las políticas que se diseñan desde el Consistorio. Cuando hablamos de gobernanza colaborativa, estamos hablando de contar con la gente para el diseño de las políticas, no simplemente quedarnos en escucharlas y en recoger sus aportaciones, hay que hacerles partícipes y que decidan.

¿Usted le da más valor a la persona o al partido político?

—El Ayuntamiento es la puerta de entrada o la política más cercana y es verdad que hay más posibilidad de que los vecinos y vecinas conozcan personalmente a la persona candidata, pero no podemos obviar que representamos a un proyecto político. Entonces, yo creo que es una simbiosis de ambas. Obviamente cada candidata tiene su personalidad, su propio perfil y su forma de hacer política.

¿Desde el Ayuntamiento cómo se puede ayudar para que los jóvenes no tengan que irse de Bilbao si quieren independizarse?

–Bueno, yo ya no me defino como joven. Tengo 36 años, soy una mujer adulta, pero sí que soy consciente del extensivo adultocentrismo que hay por parte de las instituciones, porque básicamente son personas adultas decidiendo por las personas jóvenes y una de las principales preocupaciones de las personas jóvenes es la vivienda. Con sueldos precarios y de 1.400 euros de media al mes es imposible hacer frente a un alquiler en Bilbao. A nivel de planeamiento urbanístico planteamos que todas las viviendas nuevas que se hagan en Bilbao prioricen la vivienda de alquiler a un precio asequible. Otra cuestión importante es la limitación de los precios de los alquileres, pero no nos podemos olvidar que el que se limiten los alquileres depende de las comunidades autónomas, es decir, depende de Euskadi y tenemos a un Partido Nacionalista Vasco que no ha apoyado la Ley Estatal de Vivienda.

¿Se siente segura en Bilbao?

–Sí, yo me siento segura en Bilbao.

¿Está en todos los programas como uno de los ejes de sus políticas?

–La seguridad ciudadana es un problema muy complejo y es cierto que cuantitativamente los datos han aumentado, pero los datos de delitos de hurtos, de uso de armas blancas, de violencias machistas, han aumentado en Bilbao, lo ha dicho el propio consejero. Hay una parte de la seguridad ciudadana que es la percepción, cómo cada uno se siente y yo personalmente me siento segura. Pero es cierto que otras personas quizá no se sientan así. La guerra al navajero o palo al delincuente, como se ha referido por ejemplo Aburto, a mí personalmente estas palabras no me gustan. Me parecen excesivamente duras porque realmente ya no solucionan el problema cuando ya ha habido un robo o cuando hay una agresión, llegamos tarde, por eso nosotras siempre decimos que la seguridad ciudadana hay que abordarla desde la prevención. Llevamos un meses con un conflicto dentro de la Policía Municipal muy importante, habría quizá que hablar con ellos, ver cómo ven la ciudad verde, de qué manera se puede mejorar esa prevención. 

El ocio nocturno es otro de los quebraderos de la ciudadanía. ¿Usted que prefiere debajo de su casa, una lonja vacía o una discoteca?

 –Sin duda una lonja vacía. Pero no es esa la cuestión. Al final no es lo mismo vivir en un barrio alto en el que tienes una panadería debajo y un bar que cierra a las 10 de la noche o vivir en el centro de Bilbao en una calle donde hay dos discotecas. Qué es lo que preferimos todo el mundo, pues tener nuestras horas de descanso. Hay que intentar ir a un nivel de convivencia entre el ocio nocturno y el derecho al descanso.

¿Cómo?

 –En las zonas donde hay más ocio nocturno, donde hay más discotecas hay que poner medidas para atajarlo. Por ejemplo, los sonómetros son una de las demandas. Hay una asociación que ha peleado mucho por este asunto porque son los principales afectados y y ellos han peleado, por poner sonómetros. Luego es verdad que los bares tienen unas normativas con unos horarios, que también hay que hacer cumplir. Hace poco se hizo una campaña. Los hosteleros también son conscientes de lo que supone, pero cuando la persona consumidora sale a la calle se pierde el control. La campaña se puso para concienciar a la ciudadanía, es verdad que cuando salimos de fiesta hacemos ruido, pero hay que intentar ser conscientes de que tenemos vecinos.

 ¿Qué opina de la ley animalista?

– Hay un dicho que se suele decir. Dime como una ciudad o una sociedad cuida a sus animales para decir qué valores tiene o cómo se cómo se define. Que en Bilbao haya más perros que niños dice que hay un problema y un reto demográfico importante. Yo tengo un gato. Hay mucha tarea también que hacer ahí. A nivel de los felinos de las colonias felinas etcétera realmente donde recae el mayor peso es en personas voluntarias.