Una carta, algunos papeles sellados en un simple sobre, han bastado para dinamitar los consensos forjados en torno al viejo conflicto del Sahara Occidental, haciendo que muchos en esta parte del mundo recuerden que hay dolor e injusticias más allá de Ucrania, allí donde los saharauis se aferran a una tierra que Marruecos les quiere arrebatar al margen de la ley. Ambas partes acordaron un "plan de arreglo" auspiciado por la ONU. Tal como fue aprobado por el Consejo de Seguridad, establecía "un periodo de transición para preparar la celebración de un referéndum en el que el pueblo del Sahara Occidental eligiera entre la independencia y la integración con Marruecos". Ni más, ni menos. Las armas callaban para dar paso a la democracia y la paz. Corría un lejano mes de abril de 1999. En 2016, Naciones Unidas ratificaba su mandato instando a Marruecos a "comenzar una fase de negociaciones más intensa e importante". Ante la falta de avances, el Frente Polisario volvía a las armas cuatro años después, dando paso a una guerra callada que el cambio de posición del Gobierno de España decidido por Pedro Sánchez ha traído de nuevo a la luz.

En este largo recorrido, las instituciones del Estado español, máximo responsable de poner fin a esta descolonización, han jugado su papel, tradicionalmente apoyando las reclamaciones de los saharauis en base a lo acordado con la ONU. Este mismo viernes el PNV registraba una proposición para que la Cámara rechace el cambio de postura de Sánchez. EH Bildu y ERC hacían lo propio buscando que el Congreso respalde el derecho de los saharauis a la autodeterminación. Y con Yolanda Díaz desmarcándose en nombre de Podemos de una decisión "unilateral" que este partido tacha de "traición histórica", el PP cerraba el círculo pidiendo al presidente que rectifique.

El Parlamento Vasco no ha sido ajeno a este debate. De hecho, Euskadi y sus instituciones han cultivado una estrecha relación con el pueblo saharaui que se ha traducido en numerosos pronunciamientos en la Cámara vasca que han contado además con un consenso unánime poco habitual. ¿Hasta ahora?

"No ha habido un cambio de posición. Se trata de encarrilar las relaciones con Marruecos". PSE

Los grupos se retratan

La constante histórica había sido clara: El Parlamento Vasco apoya el dictamen de la ONU que señala el referéndum de autodeterminación como llave para poner fin al conflicto. Marruecos cambió el paso en 2007 sustituyendo su asunción de este principio por una "autonomía limitada". Y el aval mostrado en su carta por Pedro Sánchez a esta tesis, que ahora señala como "la base más seria, creíble y realista para la resolución" del conflicto, cuestiona la unidad de acción de la Cámara vasca en esta materia, dado que el PSE, a diferencia de otros barones del propio partido socialista, cierra filas con Sánchez en un frágil equilibrio que pronto tendrá que definir.

PNV, EH Bildu y Elkarrekin Podemos presentaban este pasado jueves una proposición no de ley ante la que los socialistas tendrán que retratarse, ya que reclama un "urgente pronunciamiento" rechazando un "apoyo del Gobierno español a la propuesta del Reino de Marruecos" que "debe ser rectificado". "El Parlamento Vasco declara que resulta imprescindible una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable, de conformidad con las resoluciones de Naciones Unidas" respetando "un principio básico como es el derecho de la libre autodeterminación del pueblo saharaui", plantean los firmantes.

Sin embargo, como constató el Polisario tras reunirse con los grupos el viernes en la Cámara vasca, el aval del PSE es más que incierto, lo que por fin rompería la tradicional unidad de acción. "Son directrices que vienen de Asuntos Exteriores y tienen que cumplirlas", explican.

"Es un cambio histórico. Ni el pueblo vasco ni sus instituciones abandonarán a la causa saharaui". PNV

La crítica al paso dado por el líder del PSOE es dura y generalizada. Y solo escapa a ella el propio PSE. "Consideramos que no ha habido un cambio de posición en relación con el Sahara. El Gobierno de España no se ha salido de los acuerdos de la ONU". "Se trata de encarrilar las relaciones con Marruecos tratando de poner fin a una situación de crisis con un país vecino, algo especialmente importante en una situación de incertidumbre" como la actual, alegan los socialistas vascos. Sin embargo, el PSOE ha incluido la defensa de la autodeterminación de la excolonia española, y no la salida autonómica, en casi todos sus programas electorales. Sin ir más lejos, en el más reciente, el que presentó a los electores de cara a las generales de abril de 2019.

"Es un cambio de postura histórico que supone dejar abandonado de nuevo" a este pueblo. Para encontrar la solución política justa, duradera" es necesario "basarse en las Resoluciones de la ONU que reconocen el derecho de autodeterminación mediante un referéndum", responde el PNV, que lamenta ver a Sánchez rindiendo su Gobierno al "chantaje" marroquí y advierte recordando el recorrido histórico de este tema en la Cámara vasca: "Ni el pueblo vasco ni las instituciones de este país abandonarán la causa saharaui".

"Carta de la vergüenza"

EH Bildu no es menos duro en su denuncia de lo que tilda de "carta de la vergüenza". La coalición coincide en mostrar su "rechazo frontal y absoluto" al giro de Sánchez recordando "que el Estado español tiene una responsabilidad directa en este conflicto político. La solución, dice, pasa simplemente por "aplicar el Derecho Internacional". "Quienes se sitúen fuera de este marco de resolución del conflicto del Sahara están violando los derechos y libertades básicas de las personas y pueblos y deben dar explicaciones de por qué lo hacen o qué esconden", concluye.

"Quienes se sitúen fuera del marco de la ONU violan derechos humanos y deben dar explicaciones". EH Bildu

Pese a su condición de integrante del Gobierno que lidera el propio Pedro Sánchez, el grupo de Elkarrekin Podemos en el Parlamento Vasco subraya su perfil propio "defendiendo la misma postura que España siempre ha defendido: la necesidad de acabar con décadas de incumplimiento con el Sahara Occidental mediante un referéndum". "El cambio de posición [de Sánchez] es preocupante. El denominado plan autonomista supone de facto validar la ocupación ilegal de Marruecos", afirman.

Y por último, también el PP atiza con fuerza a una carta que "anuncia una posición personal", nunca "la del Reino de España". "El apoyo de Sánchez a Mohamed VI se sustenta en la premisa falsa de que Marruecos ostenta la soberanía de la excolonia española y por eso da valor a la unilateral propuesta marroquí de 2007" que la ONU, recuerda, "descartó por inviable". "Si no hay soberanía sobre el Sahara Occidental no puede haber un otorgamiento de autonomía. Sin opción a la independencia, pues, no hay libre determinación. Por eso la iniciativa de Sánchez destripa en solitario las resoluciones de Naciones Unidas" al apostar por "una insoportable solución para territorios invadidos militarmente y ocupados ilegalmente", denuncia el PP.

"Se debe respetar la posición que España ha tenido históricamente. El cambio es preocupante". Elkarrekin Podemos

Tras su cambio de rumbo, Sánchez dio por inaugurada una nueva etapa con Marruecos que confía en que garantice la integridad territorial de ambos Estados y siente las bases para una relación "mucho más sólida" en seguridad, movilidad e inmigración. El presidente ofrecerá más detalles este miércoles ante un Congreso que le espera con el cuchillo entre los dientes. Conocida su posición, el PSE fijará también la suya, previsiblemente en dos semanas, ante un Parlamento Vasco que venía mostrando unanimidad. Ahora las reglas parecen haber cambiado, por lo que este debate no ha hecho sino comenzar.