- Suma y sigue en la lucha de poder que tiene partida por la mitad a Eusko Alkartasuna y que ayer sumó un nuevo capítulo de declaraciones cruzadas. Oficialistas y críticos se citaron ante los medios. Estos últimos, insistiendo en que se abra un debate “democrático” entre ambas almas libre de “comportamientos autoritarios”. La dirección oficial, decidida a pasar página convencida de que su mandato es legítimo, de que el tiempo del diálogo interno ya pasó, y de que volver atrás sería solo perjudicial.

La primera en comparecer fue la exconsejera de Medio Ambiente del Gobierno vasco Esther Larrañaga, quien leyó un comunicado en nombre del sector crítico, el denominado Grupo Motor para la Democratización de Eusko Alkartasuna. En él, los firmantes se conjuraban para “recuperar la democracia” en el seno del partido y lanzaban una primera andanada a la dirección que lidera su secretaria general, Eba Blanco, reclamándole que abra “vías de diálogo, dejando a un lado comportamientos autoritarios”.

Dos semanas después de que el último congreso de EA se cerrara con una dura imagen de división reflejada en dos citas paralelas con la militancia repartida, y a dos semanas de que expire el plazo que el viernes dio la Justicia al equipo de Blanco para convocar unas nuevas primarias tras respaldar defectos de forma en las anteriores; Larrañaga pidió a la dirección que vea este escenario como una oportunidad para el encuentro. “La reciente resolución judicial debe ser interpretada en clave de oportunidad, en clave de reconducir la situación y no en profundizar en el desencuentro. La actual dirección tiene, además de la obligación legal, la oportunidad política para el reencuentro”. No es momento de “enredarse en el pasado” sino de mirar al futuro para construir “una Eusko Alkartasuna transparente, democrática, que escuche y deje participar sin miedo a todos sus militantes en un debate abierto y libre”, aseguró.

De cara a este debate, explicó que objetivo del sector crítico es defender que EA “es un partido político fundamental para este país”: “Socialdemócrata, abertzale, firme ante cualquier vulneración de los derechos humanos”. “Que no desdeñe sino que respete lo que EA ha sido, lo que representa, lo que todos sus militantes han aportando, aunque piensen de manera diferente”, apuntó, esbozando así los colores de la voz propia que defienden mantener ante sus socios coaligados en el seno de EH Bildu.

Asimismo, y ya en clave puramente interna, volvió a reiterar la necesidad de mantener una EA en la que los militantes puedan “expresar sus opiniones en debates abiertos” así como “diversa”, en la que no sobre nadie. “No se puede expulsar a nadie por exigir un debate honesto”. “Las cuestiones no se dirimen entre ganadores y perdedores, porque quien pierde es el proyecto de EA. Se trata de convencer y no vencer”, zanjó, antes de reiterar que seguirán apostando por “persuadir al resto de la militancia de que hay otras maneras de gestionar el proyecto político, sumando y no restando”.

No había pasado ni una hora de la comparecencia de Larrañaga en Donostia cuando la propia Eba Blanco aprovechó un acto en recuerdo de los gudaris que defendieron la costa vasca durante la Guerra Civil para ofrecerle su respuesta. Desde el Alkartetxe de Bermeo, Blanco advirtió a los presentes de que “las batallas internas no van a quitar” a su equipo “las ganas de trabajar”, por mucho, dijo, que “algunos lo intenten”. “Tenemos muchos retos importantes a corto y medio plazo y no nos podemos despistar ni un segundo”, concluyó, dando una idea del angosto margen por el que está llamado a transitar el diálogo, dentro o fuera de los juzgados, en el futuro inmediato de esta histórica formación.

“Que no desdeñen lo que ha sido EA. No se puede echar a nadie por querer un debate honesto”

Miembro de la corriente crítica de EA

“No nos podemos despistar ni un segundo de nuestros retos con batallas internas”

Secretaria General de EA