Hace un año el Gobierno vasco estrenaba mayoría absoluta tras las elecciones de julio de 2020 y sabía que tenía garantizada la aprobación de los primeros Presupuestos de la legislatura y de la pandemia con los votos de los parlamentarios del PNV y del PSE.

A pesar de ello, el Ejecutivo de Iñigo Urkullu entabló una negociación con todos los grupos para intentar ampliar el acuerdo presupuestario y presentar unas Cuentas de consenso. Aunque este pacto con la oposición no fue finalmente posible, Lakua y Elkarrekin Podemos llegaron hasta el final en las conversaciones y hubo mimbres que podrían facilitar que el Gobierno vasco y los morados se acerquen a acuerdos para 2022.

Respecto al resto del arco parlamentario, las negociaciones con el Departamento de Economía y Hacienda que lidera Pedro Azpiazu fueron más bien breves. Vox se desmarcó desde el primer instante y el PP no apuró mucho más la ronda de conversaciones.

Tampoco fue posible avanzar hasta el final en los encuentros entre Lakua y EH Bildu, ya que el principal grupo de la oposición reclamaba un giro de 180 grados en las políticas del Gobierno vasco y una revisión profunda de la fiscalidad en Euskadi.

Fue con Elkarrekin Podemos con quien el Ejecutivo autonómico estuvo más cerca de llegar a un acuerdo, ya que ambas partes no se levantaron de la mesa de negociaciones hasta el último momento.

Sin embargo, a pocas horas del fin de plazo Pedro Azpiazu y Miren Gorrotxategi constataron la imposibilidad de llegar a un pacto y dieron la negociación por liquidada.

De cara a este año, está por ver si puede repetirse una negociación larga entre Lakua y la coalición morada y si habrá también otros grupos de la oposición que entren al juego.