Cuando el Estado español firmó el pacto de libre circulación europeo, el acuerdo Schengen que permite transitar por 26 países, lo hizo con una ausencia clamorosa para el Gobierno vasco. En el apartado de la seguridad, solo citaba a la Guardia Civil y la Policía española a la hora de habilitarlas para cruzar la frontera en el fragor de una persecución, o seguir vigilando a un sospechoso en el marco de una investigación judicial, aunque cruzara los límites geográficos.

No mencionaba a la Ertzaintza, aunque tenga la consideración de Policía integral. Casi con desatascador y a marchas forzadas, el Gobierno vasco ha tenido que ir arrancando espacios para el reconocimiento de la Policía vasca, en primer lugar para facultar a la Ertzaintza a realizar persecuciones en caliente al otro lado de la muga y que no se tenga que dar media vuelta (se pactó en 2017 con el Gobierno español de Rajoy) y, finalmente, mañana se prevé firmar la segunda pata fundamental del espacio Schengen, la posibilidad de realizar vigilancias transfronterizas a un sospechoso aunque cruce los límites del Estado.

El acuerdo lo firmarán mañana el vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la Junta de Seguridad entre ambos gobiernos en Madrid, el órgano bilateral que no se reunía desde 2017. Supondrá reconocer a la Ertzaintza las mismas funciones que en ese terreno tienen ya la Guardia Civil y la Policía española. Supondrá que actúen al mismo nivel.

EL ACUERDO

En concreto, Erkoreka ha asegurado a las puertas del Parlamento Vasco que, aunque no está cerrado, espera zanjar un compromiso complementario al acordado en 2017. En aquel momento, se pactaron las persecuciones en caliente, recogidas en el artículo 41 en el convenio Schengen, es decir,se permitió a la Ertzaintza cruzar la muga en un caso de delito flagrante, con el delincuente sorprendido con las manos en la masa. Ahora se espera firmar lo referido al artículo 40, las vigilancias transfronterizas en el marco de una investigación judicial más prolongada, un asunto que ha estado en negociación desde la reunión entre Erkoreka y Marlaska en febrero, como informó DEIA.

El artículo 40 faculta a los agentes policiales de "las partes contratantes" a que, cuando "en el marco de una investigación judicial, estén vigilando a una persona que presuntamente haya participado en un hecho delictivo que pueda dar lugar a extradición, estarán autorizados a proseguir tal vigilancia en el territorio de otra parte contratante cuando esta haya autorizado la vigilancia transfronteriza a raíz de una solicitud de asistencia judicial presentada previamente; en la autorización se podrán imponer condiciones". Ese mismo artículo añade que, en el caso de que, por razones de urgencia, no sea posible pedir la autorización, bastaría con comunicar de inmediato al país en cuestión que se va a realizar esa vigilancia.

CON RETRASO

Este acuerdo tiene consecuencias prácticas y cotidianas para la seguridad, porque resultaba poco operativo y poco productivo para la investigación judicial tener estas cortapisas. Pero también tiene para el Gobierno vasco un valor político: coloca a la Ertzaintza en una posición de igualdad con la Guardia Civil y la Policía española. Los dos acuerdos sobre Schengen, tanto con el ministro Zoido (PP) como con Marlaska (PSOE), se han firmado con gobiernos españoles en minoría, necesitados del respaldo del PNV.

Este acuerdo, por otro lado, llega treinta años después de que el Estado español firmara el convenio, y llega también con años de retraso frente a otros modelos como el alemán, que sí habilitó a las policías de los länder para realizar operaciones transfronterizas. En el caso belga, se recogió la realidad de las policías municipales.

El espacio Schengen no coincide al milímetro con la Unión Europea y, por ejemplo, forman parte de él países que no son del club comunitario. Entre los firmantes más destacados se sitúan los estados español y francés, Portugal, Alemania o Hungría. El acuerdo que se firmará mañana pone fin a un agravio histórico y también a la incorporación parcial o sesgada de la Ertzaintza a Schengen.

DRONES

A este acuerdo es muy probable que se le sume, como informó este periódico, una regulación que habilite a la Ertzaintza para autorizar los vuelos de drones vuelos de drones. El consejero detalló que se va a "incorporar de manera expresa una previsión" para que se encomiende a la Policía autonómica el control administrativo en el caso de los drones de los civiles, así como la comunicación previa del vuelo. En el Estado, fuera de los recintos aeroportuarios, es una función que tiene encomendada la Guardia Civil. Hasta ahí pudo leer Erkoreka, aunque no son los únicos acuerdos que se esperan.

El vicelehendakari confía en que la Junta de Seguridad concluya "con noticias positivas". Aunque "no está nada definitivamente cerrado, las conversaciones han avanzado mucho durante estos últimos meses" y se han alcanzado "aproximaciones muy importantes en la gran mayoría de los temas".

Defiende que algunas cuestiones de 2017 necesitaban "una precisión", y otras requerían "garantizar su efectivo cumplimiento en algún supuesto concreto". "Había pendiente un compromiso complementario al adoptado en 2017 en relación al artículo 40 del convenio Schengen. Los compromisos del artículo 41 en relación con las persecuciones en caliente ya se firmaron en 2017 y quedaban pendientes las previsiones del artículo 40, la vigilancia en la investigación judicial", dijo.

El vicelehendakari recordó que, cuando el Estado español firmó el convenio Schengen, a la hora de recoger a los cuerpos policiales sujetos al acuerdo, solo mencionó "de manera expresa" a la Guardia Civil y la Policía española. "Por tanto, ha habido que trabajarlo en todos los ámbitos en los que es necesario incorporar a la Ertzaintza al listado de cuerpos policiales habilitados", explicó. En Onda Cero, ha augurado "grandes acuerdos" tras una relación "fluida".