¿En qué es lo que más está trabajando Nafarroa?

—Sobre todo en memoria crítica, atención a víctimas y convivencia. Usamos la memoria crítica, y en los últimos 50 años quienes más han vulnerado Derechos Humanos ha sido ETA, para que no se repitan esos horrores. La columna vertebral es esa, y a todo esto le queremos sumar el trabajo con instancias internacionales. Vamos a trabajar con el relator de la ONU y la Unión Europea.

¿Por qué Nafarroa y la CAV están a la cabeza de las políticas de memoria en todo el Estado?

—La represión se produjo en todo el Estado, pero cada territorio es singular. Ahora hay una actuación en el cementerio de Sevilla, que la está haciendo la Sociedad de Ciencias de Aranzadi con colaboración económica del Gobierno de España, en la que hay 3.000 cuerpos. Lo que pasa es que en muchas comunidades no hay una legislación específica. Ahora empieza a haberla. Aquí tenemos una ley de memoria, pero en la CAV no, precisamente se está trabajando ahora. Cada territorio es singular.

¿Cómo interpreta la creación, por parte de UPN, de una asociación memorialista propia?

—Vivimos en un país democrático y que cada quien se reúna como quiera. Es verdad que para nosotros es muy importante que la memoria no sea oficial, sino plura. Pero siempre tenemos que partir del respeto a unas reglas mínimas, que es reconocer que hubo una vulneración de Derechos Humanos contra un colectivo solo porque pensaban diferente. Bienvenidos los que quieran trabajar por la memoria histórica. Los que no son bienvenidos son los que usen asociaciones para atacar la memoria.