El PNV, en boca de su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, sumaron ayer sus voces a lo solicitado la víspera desde Podemos y pidieron a Felipe VI que se posicione sobre el chat de militares retirados en el que reclamaban "sublevaciones y fusilamientos de hijos de puta de izquierdas". Son los mismos militares que hace unos días publicaron una carta abierta dirigida al monarca español en la que advertían del "peligro que corre la unidad de España" debido al Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos.

En una entrevista en Euskadi Irratia, Esteban se preguntó si el rey "no tiene nada que decir", ya que, según recordó, "en otras ocasiones que ha considerado graves, como en Catalunya, ya salió". "¿Esto no es grave? ¿No es grave que algunos que han sido mandos del Ejército difundan una carta así? ¿No debería cortar de raíz y decir claramente que es inaceptable y que no tiene nada que ver con él? Lo debería decir, porque, de lo contrario, queda la duda", advirtió.

El portavoz parlamentario jeltzale, que el pasado miércoles -cuando se conoció el contenido del chat- ya presentó una batería de preguntas en la Mesa del Congreso, instaba al Gobierno español a decir "cuál es de verdad el clima en el Ejército". "Ya he preguntado al Gobierno. Muchos de ellos -en referencia a los militares- han estado hasta hace no muchos años al frente del Ejército. En una pregunta que hice hace unos seis meses, el Gobierno me respondió que dentro del Ejercito todo está bien, que es democrático y que no hay ninguna duda. ¿De verdad han mirado lo que ocurre dentro?", se preguntó el jeltzale.

En este sentido, Esteban denunció "algunos discursos que hemos visto en cuarteles, algunas celebraciones", o "la aparición de banderas inconstitucionales en algunos momentos". "¿Se ha hecho alguna investigación? Si en Alemania hubiera sucedido, seguro que se hubiera hecho. ¿Por qué aquí no? Aquí no se puede criticar al Ejercito o a la policía, y eso es mala señal", apostilló.

También desde el Ejecutivo, en este caso el titular de Consumo, Alberto Garzón, de Unidas Podemos, se mostró partidario de que el monarca salga a dar explicaciones. A su juicio, Felipe VI debería "desmarcarse" de este grupo de militares porque, si no, se podría generar "un clima de confusión que puede ser aprovechado por los extremos de la derecha". "La neutralidad de la monarquía se defiende tanto activa, como pasivamente, con lo que no es solo lo que la monarquía haga, sino lo que deja de hacer. Cuando haya actores políticos que quieren hablar en nombre de la monarquía, esta tiene que salir siempre a decir usted no puede hablar en mi nombre, y desmarcarse", señaló Garzón en TVE. La ministra de Defensa, la socialista Margarita Robles, aseguró que "yo no soy quién para decir al rey lo que tiene que decir".

El líder del PP, Pablo Casado, tildó de "intolerable" el chat y espera que, una vez que este asunto está en la Fiscalía, se abra un procedimiento para depurar responsabilidades. No obstante, sobre el rey dijo que lo debe guiar una "imparcialidad absoluta". "Vi anoche este chat y me parece absolutamente lamentable e intolerable", dijo, endureciendo el discurso.

El jefe de Estado Mayor de la Defensa, el general Miguel Ángel Villarroya, tuvo que salir al paso para decir que esos militares no le representan. En un comunicado, dijo que "las opiniones de estas personas no pueden considerarse representativas del colectivo del que formaban parte con anterioridad, sino que deben verse como opiniones de ciudadanos particulares, por otra parte, con todo derecho a expresar lo que consideren". Dijo que "dañan la imagen" de las fuerzas armadas y "confunden a la opinión pública".

recorrido penal

Pese a que Defensa ha trasladado a la Fiscalía el chat, expertos consultados por Efe señalaban que tiene un "difícil" recorrido. Según el abogado Joan Barata, miembro de la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información, "será difícil que se pueda encontrar un delito concreto, si no se demuestra que tenían la capacidad de organizar un golpe de Estado y que efectivamente lo estaban haciendo". El catedrático de Derecho Penal Jacobo Dopico decía que lo que tiene lugar en un chat pequeño no es "discurso de odio" porque sus miembros "carecen de capacidad de incitar a un colectivo".