El expreso de ETA Asier Aginako, cuya condena fue suspendida en 2019 por la Audiencia Nacional debido al cáncer que padecía, ha fallecido, ha informado este jueves Sortu.

Aginako, nacido en Durango (Bizkaia), fue detenido el 17 de junio de 2004 en una vivienda de Coulaines (Francia) en el marco de una operación que permitió desmantelar también otros dos pisos francos de esta estructura de la organización en Limoges y Angers.

En 2012, el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ordenó el ingreso en prisión de Asier Aginako, que había sido entregado por Francia, y le imputó un delito de colaboración con ETA y otro de tenencia de explosivos en relación con un coche que intervino la Policía en la carretera que une Bilbao con Galdakao.

Aginako, quien salió de la cárcel de Valencia en enero de 2019 después de que la Audiencia Nacional suspendiera su condena por enfermedad grave, cumplía entonces una pena de 8 años, que debía concluir en febrero de 2020.

Sortu ha informado en un comunicado del fallecimiento de Aginako, que fue diagnosticado en diciembre de 2018 de un tumor cerebral, fue operado el 16 de enero de 2019 y el 31 de enero de ese mismo año "le fue suspendida la condena".

"En este caso, la autoridad competente actuó de forma rápida y adecuada ante la enfermedad, respetando sus derechos", ha reconocido Sortu que, al mismo tiempo, recalca que "no se puede olvidar que los regímenes penitenciarios y la legislación de excepción" aplicada a los presos de ETA generan "múltiples estados de indefensión, enfermedades y vulneraciones de derechos".

Sortu insiste en que "urge dar pasos para que todos los presos vuelvan a casa" y considera "inaceptable" que se mantenga a los reclusos como "rehenes políticos".

Este partido hace, por último, un "llamamiento a los gobiernos español y francés, así como a la sociedad vasca, a dar pasos cualitativos para lograr una paz duradera y una convivencia democrática tal y como lo reclama mayoría política, sindical y social de Euskal Herria". "Ahora es el momento. Los queremos en casa y vivos", concluye Sortu.

Por su parte, la red de apoyo a los presos de ETA Sare ha expresado su pesar por el fallecimiento de este exrecluso y ha indicado que este caso debería servir para que cuando "se denuncia la situación de los presos gravemente enfermos, se tenga en cuenta, se valore en su justa medida y se adopten decisiones sin pérdida de tiempo".

"Es necesario que los presos puedan acceder a su libertad cuando se les diagnostica su grave enfermedad y puedan ser tratados en condiciones, con el apoyo de sus familiares y amigos y el seguimiento de sus médicos de confianza, para que el preso pueda hacer frente a dicha enfermedad o, en caso de no poder superarlo, pueda pasar el tiempo que le queda con sus allegados", ha abundado Sare.