El PP ha fijado su pieza, que no es otra que el vicepresidente del Gobierno español, Pablo Iglesias. Desde que se supo la imputación de varios dirigentes de Podemos por la supuesta financiación ilegal del partido, en Génova han colocado al secretario general de la formación morada en el centro de la diana y día a día redoblan la presión sobre Pedro Sánchez para que cese a Iglesias de sus funciones de vicepresidente del Ejecutivo español.Si el viernes fue el propio líder del PP, Pablo Casado, quien lanzó sus dardos en esta dirección, ayer le tomaron el relevo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el vicesecretario de Política Territorial del PP, Antonio González Terol. Ambos aludieron a la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy de La Moncloa después de la condena al extesorero popular Luis Bárcenas y al propio PP a título lucrativo por su implicación en los primeros años de la trama Gürtel.

Así, en un acto con motivo de la celebración de la Virgen de la Paloma, Díaz Ayuso pidió ayer “coherencia” al presidente Sánchez para que cese a Iglesias, porque, de no hacerlo, sería “un gran fraude y la mayor estafa de la democracia”.

La máxima responsable de la comunidad madrileña insistió en que el presidente del Gobierno debe considerar la destitución de Iglesias “teniendo en cuenta que expulsaron, derrocaron, echaron de La Moncloa al Gobierno de Mariano Rajoy por unas supuestas imputaciones del PP en dos ayuntamientos. Ese fue el motivo por el cual el Gobierno del PP fue expulsado de La Moncloa”.

Por ello, Díaz Ayuso reclamó “coherencia” y “teniendo en cuenta que el partido Podemos y toda la cúpula ha sido imputada ahora mismo”, exigió “en concreto” a Sánchez que “por coherencia cese” al líder del partido morado como vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030. “Porque, si no -a juicio de la presidenta madrileña-, estaríamos ante un gran fraude, ante la mayor estafa que hemos vivido en democracia: derrocar a un Gobierno por un motivo y sin embargo ser permisivo con el mismo motivo en el seno del propio Gobierno”.

Ocultar la verdad

En los mismos parámetros se situó el vicesecretario de Política Territorial de los populares, Antonio González Terol, quien reclamó a Sánchez que, “si preside el gobierno de la regeneración democrática”, cese de forma inmediata a Iglesias, “y no le proteja porque España no se merece un Gobierno que les oculte la verdad ni que les mienta”. En un acto de partido en Marbella, González Terol señaló que, de no dimitir Iglesias, Sánchez liga su futuro “a las responsabilidades judiciales que se diriman de los casos de corrupción que salpican” al vicepresidente.

El dirigente popular recordó que Pedro Sánchez alcanzó el Gobierno español a través de una moción de censura “basada en la higiene democrática y en una oportunidad para revitalizar y regenerar la política”. Sin embargo -agregó-, “Sánchez mantiene en su gobierno a ministros que han creado sociedades con el fin de pagar menos impuestos a la Hacienda Pública y tres de ellos exconsejeros de la Junta de Andalucía en la peor época de los ERE, de la mayor trama de corrupción política que ha tenido un país y un partido en toda Europa, el PSOE de Andalucía”.

Según González Terol, Podemos llegó a la política “como un referente en la lucha contra los comportamientos poco éticos y la corrupción en la política y las instituciones”. “En estos años que llevan en el poder hemos asistido a una interminable lista de excusas para justificar la contratación de familiares y amigos, adjudicación de contratos a dedo o el mantener en sus puestos a condenados”, señaló.

A su juicio, lo más grave atañe a Pablo Iglesias, al que, aseguró, “le salpican escándalos como la comisión de 72.000 euros que se embolsó su tía por intermediar en la compra de la sede de Podemos o el caso de su exasesora Dina Bousselham, en el que se le acusa de delitos como la revelación de secretos o falso testimonio o daños informáticos”. “También le salpica otro caso como las irregularidades contables detectadas por el Tribunal de Cuentas en relación con su partido donde se habla de desvíos de fondos desde la fundación del partido para gastos electorales o contratos sospechosos con empresas creadas unos días antes de la firma de esos contratos”, agregó.

Por todo ello, reclamó “una explicación más que debida en la sede parlamentaria de aquel que se hacía llamar el Torquemada de Vallecas y que se ha convertido en el Mudito de Galapagar”, en alusión a Iglesias.