- Se ha abierto el telón. Los representantes políticos escogidos por los ciudadanos en las elecciones del 12 de julio tomaron ayer posesión de sus escaños en el Parlamento Vasco y nombraron a los cinco integrantes de la Mesa, el órgano que se encarga de ordenar los debates, un paso que sirve para poner en marcha la duodécima legislatura.

La etapa nace con la amenaza del coronavirus y la crisis económica pero, si nada se tuerce en las negociaciones, tendrá la estabilidad política garantizada por la mayoría absoluta que esta vez sí suman PNV y PSE, enfrascados en el diálogo para repetir su gobierno de coalición y procurar una rápida investidura de Iñigo Urkullu como lehendakari en la primera semana de septiembre. Precisamente en una muestra de sintonía, PNV y PSE sumaron su holgada mayoría absoluta de 41 votos (sobre un pleno de 75) para que la jeltzale Bakartxo Tejeria fuera designada como presidenta del Parlamento por tercera legislatura consecutiva y en la primera vuelta.

Aunque ambos partidos se aseguran el control de la Mesa con tres de los cinco puestos en un fiel reflejo de la mayoría que tienen en el pleno, forjaron un pacto más amplio, con Elkarrekin Podemos-IU, para propiciar una Mesa más plural y dar cabida a la coalición de izquierdas, con un representante (Gustavo Angulo). EH Bildu se ha quedado con el restante puesto. Pretendía repartirse el órgano aplicando el rodillo con el PNV, de manera que los jeltzales tuvieran tres asientos y la coalición abertzale se hiciera con dos. Por ello, no secundó un acuerdo que merma sus expectativas, aunque los firmantes la emplazaron desde el viernes a la noche a sumarse. Perdió peso en términos cualitativos en la votación de las vicepresidencias, donde el socialista Txarli Prieto se hizo con la primera con apoyo del PNV, y Eba Blanco quedó relegada a la segunda, lo que implica que Bildu pierda posiciones y orden de prioridad para sustituir a Tejeria en su ausencia.

mayorías

Puede ser muy osado extraer conclusiones del pacto entre PNV, PSE y Elkarrekin Podemos y aventurar que vaya a plasmarse en acuerdos políticos en el transcurso de la legislatura, aunque Tejeria sí lanzó un alegato a favor de los grandes pactos. Sí se vio que la suma de izquierdas entre EH Bildu y Podemos no es en realidad tan compacta, y la marca morada no se limitó a permanecer a la sombra de la izquierda abertzale, sino que jugó sus cartas para asegurarse un asiento. Lo sucedido dolió como un puñal a la coalición de Arnaldo Otegi, y muestra las limitaciones que podría sufrir su acción parlamentaria pese a haber crecido en las elecciones.

La coalición abertzale denunció un “pacto anti Bildu” y centró sus críticas en el PNV. EH Bildu quiere aprovechar estos cuatro años para presentarse como alternativa y articular un bloque de izquierdas también con los sindicatos, y ahora se encuentra con un primer obstáculo que reduce su escaparate en la Mesa. Iker Casanova vio un intento de “minimizar” la presencia de la coalición como principal adversaria política de Urkullu, según declaró a Onda Vasca. Se consolida ya como una tendencia la rivalidad que va a presidir las relaciones entre PNV y EH Bildu. Ni siquiera ha habido acuerdo para cuestiones que rozan la cortesía parlamentaria, y a la coalición le molestó también que la primera vicepresidencia fuera para el PSE. Nerea Kortajarena consideró que “no es proporcional” a los diez escaños de los socialistas en el pleno, y vio un reparto en base a salarios y criterios partidistas.

Pero EH Bildu tampoco ha empezado con buen pie con Elkarrekin Podemos al pretender dejarle sin el puesto que tenía la legislatura pasada, con el argumento de que se ha hundido hasta los seis escaños y de que la coalición abertzale ha levantado el vuelo hasta los 21. Elkarrekin Podemos, no obstante, quiso matizar que no se puede hablar de distanciamiento entre ambos y que espera sumar para propiciar políticas de izquierdas. Podemos hizo girar su campaña en torno a la idea de la alianza de izquierdas para desalojar al PNV, y está por ver si, en ese sentido, lo ocurrido en la Mesa es solo una anécdota que no tendrá continuidad. Lo sucedido, en cualquier caso, supone una cuña en su relación con EH Bildu y refleja la complicada relación que pueden tener cuando la coalición abertzale aspira a crecer a su costa y presentarse como principal alternativa al PNV.

reparto

Los jeltzales, que ensancharon su mayoría hasta los 31 escaños en las elecciones (tres más que en 2016), pelearon solo por dos asientos y mantuvieron una representación idéntica a la obtenida en la anterior legislatura. Dieron sus votos para que la primera vicepresidencia se la llevara el socialista Txarli Prieto, y repitieron en la primera secretaría con el jeltzale Iñigo Iturrate, además de mantener a Tejeria como presidenta. Gustavo Angulo, de Elkarrekin Podemos, logró la secretaría segunda. Eba Blanco, de EH Bildu, se quedó con la vicepresidencia segunda. En cuanto a la organización del grupo del PNV, Joseba Egibar seguirá como portavoz, e Iturrate coordinará el grupo parlamentario.

La votación fue organizada por la Mesa de Edad, presidida por el jeltzale José Antonio Suso. La jornada anticipó también el papel marginal de PP+C’s, que quedó fuera de la Mesa y tampoco tuvo éxito en su último intento de asomar en el debate con la exigencia de jurar la Constitución. Amaia Martínez, de Vox, se votó a sí misma para entrar en la Mesa, pero nadie la respaldó. El PP también intentó introducir a Laura Garrido en las secretarías. El PNV aclaró que la Mesa solo tiene cinco puestos y no se puede dar cabida a todos. PP+C’s tiene los mismos escaños que Elkarrekin Podemos, pero menos votos en las elecciones. Se perfila una legislatura de fuerte competición dentro del espectro de la derecha de adscripción estatal, espoleada por la entrada de Ciudadanos y de Vox en el Parlamento, con posiciones más restrictivas en relación al autogobierno y el Concierto Económico que se desconoce en qué medida podrían condicionar el discurso del PP.

investidura en septiembre

Bakartxo Tejeria defendió los “acuerdos amplios, más que nunca, acuerdos interinstitucionales y acuerdos entre todos los agentes políticos y sociales”. La jeltzale convocó para este jueves la sesión que debe escoger los miembros de la Comisión de Incompatibilidades que, a su vez, tiene un plazo máximo de 20 días para elevar su dictamen a pleno. Tras ese pleno, se pondrá fecha a la investidura. Según las fuentes consultadas, se sigue tomando como referencia la primera semana de septiembre, y el camino parece cada vez más despejado después de que la socialista Idoia Mendia aclarase que la fórmula predilecta es mantener el gobierno de coalición y que sus declaraciones en días anteriores no pretendían defenestrar ese formato.

El pacto entre el Gobierno español de Pedro Sánchez y el Ejecutivo vasco para conceder una mayor capacidad de déficit a la comunidad autónoma elimina igualmente un obstáculo del camino que podría haber tensionado las relaciones con los socialistas vascos. Esta semana está llamada a dar un empujón importante al acuerdo programático y la concreción de las medidas del nuevo gobierno.

Funciones. Es el órgano que se encarga de ordenar el debate parlamentario y admitir a trámite las iniciativas de los partidos.

Composición. Bakartxo Tejeria fue reelegida ayer como presidenta por tercera legislatura consecutiva, y lo hizo con mayoría absoluta, con los votos de PNV y PSE. Los jeltzales se hicieron con dos de los cinco puestos y mantuvieron idéntica la representación que ostentaron en la última legislatura: Tejeria como presidenta e Iñigo Iturrate como secretario primero. El PSE retuvo también un puesto, pero cualitativamente mejoró posiciones al pasar de la segunda vicepresidencia hasta la primera. Su representante vuelve a ser Txarli Prieto, quien logró una mayoría absoluta con los votos de PNV y PSE. La perjudicada es EH Bildu, con Eba Blanco, que baja hasta la vicepresidencia segunda, lo que supone que, en el supuesto de que Tejeria tenga que ausentarse, pierda preferencia a la hora de sustituirla. Este desenlace vino propiciado por el deseo de EH Bildu de desmarcarse del pacto para la Mesa sellado entre el PNV, PSE y Elkarrekin Podemos, porque aspiraba a copar dos de sus asientos en consonancia con su mejoría electoral y el empeoramiento del partido morado, al que quería dejar fuera. Podemos sí firmó un pacto con PNV y PSE que le garantizó mantenerse en la mesa, con una secretaría segunda, la de Gustavo Angulo, que tuvo once votos.

Sin opciones. PP+C’s intentó que Laura Garrido ocupara alguna secretaría. La única parlamentaria de Vox, Amaia Martínez, también intentó hacerse un hueco. Ninguno tuvo éxito. Tampoco fue admitida la petición del PP de obligar a los parlamentarios a jurar la Constitución para tomar posesión del cargo, que no se contempla en el reglamento.

Pleno de incompatibilidades. El Parlamento nombrará este jueves la comisión de incompatibilidades, el órgano que se encarga de dilucidar si algún parlamentario no puede ejercer su cargo. Tiene que elevar en un plazo máximo de 20 días un dictamen al pleno. En ese pleno, cuando termine, será cuando se ponga fecha a la investidura. Se toma como referencia la primera semana de septiembre. El pacto entre PNV y PSE parece que es cuestión de tiempo porque existe sintonía, y así se interpreta la designación de Tejeria en primera vuelta por mayoría absoluta. Iñigo Urkullu quiere poner en marcha cuanto antes la legislatura para combatir la pandemia del coronavirus y sus efectos sobre la economía y el empleo.

“Es un pacto anti Bildu; el PNV intenta minimizar la presencia de su principal adversario político”

Parlamentario de EH Bildu