La emergencia sanitaria desatada por el coronavirus ha supuesto que no corran tiempos fáciles para ningún gobernante y que su gestión se haya examinado con lupa. No obstante, aunque la situación sea adversa, las encuestas sobre las elecciones vascas del 12 de julio no reflejan ningún desgaste para el PNV, en un fenómeno que puede deberse a que la ciudadanía evita los experimentos y percibe la candidatura del lehendakari Urkullu como un voto seguro para afrontar los próximos meses, marcados por las consecuencias de la pandemia en el empleo y la actividad económica y por una fuerte caída del PIB. En esa línea, el PNV va a centrar la campaña en la gestión, en la idea de que tiene un Plan Nacional Vasco para la reconstrucción, y preguntará a la sociedad “quién quiere que la saque de esta: Arnaldo Otegi, Carlos Iturgaiz o Iñigo Urkullu”, con lo que intenta proyectar que no hay alternativa o que, si existe, no es fiable ni tiene las mismas credenciales que el candidato a la reelección por el PNV. El partido de Andoni Ortuzar presenta estas elecciones como un plebiscito sobre el futuro económico del país.

Desde la ejecutiva jeltzale explican a este periódico que van a poner en valor dos bazas frente a sus contrincantes. Por un lado, el PNV gestiona con sus aliados del PSE las principales instituciones vascas, como las tres diputaciones forales de la comunidad autónoma y las capitales de los tres territorios, lo que le asegura una gestión de la crisis de manera coordinada y, por tanto, más ágil, y que en las elecciones, a su juicio, debería confirmarse manteniendo a los jeltzales en el Gobierno vasco. Por otro lado, invocará el “orgullo de nación” por haber superado ya anteriores crisis, como la que sobrevino con la reconversión industrial.

Con el lema Euskadi Zutik, ¡Saldremos!, el PNV busca una identificación absoluta con la idea del plan de reconstrucción frente a EH Bildu y el PP, dos partidos que están tratando de erosionar la reputación que ha tenido históricamente como gestor y que se apoyan en el derrumbe del vertedero de Zaldibar y la crisis mundial del coronavirus, que en efecto complican la campaña. El PNV asume que sus rivales van a presentarlo como un pésimo gestor y que van a tratar de llevar los debates televisivos al terreno de Zaldibar y convertirlo en un eje de la campaña, un asunto donde los jeltzales van a esgrimir que es la empresa quien lo gestiona y que el Gobierno vasco solo tiene un papel subsidiario. “Nosotros estamos centrados en encontrar los cuerpos de Alberto y Joaquín”, dicen. Sobre el virus, el PNV va a defender que Euskadi ha resistido por su autogobierno y por la preparación de Osakidetza y la Ertzaintza. Además, el PNV buscará la contraposición con el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, a sabiendas de los recelos que despierta aún en buena parte de los votantes y de que la experiencia de la coalición abertzale en la Diputación de Gipuzkoa, la institución más importante que ha gobernado, fue castigada en las urnas. Otegi ha sido un firme defensor del parón de las actividades económicas no esenciales durante la pandemia, lo que le ha valido la crítica del PNV que, por su parte, ha tratado de mantener el pulso industrial para amortiguar el impacto de la crisis económica que está por venir. También habrá recados para el candidato de PP+C’s, Carlos Iturgaiz, quien cuenta con el lastre de ser la cara visible de unos populares vascos en horas muy bajas tras la marcha de Alonso. Tiene a sus espaldas la trayectoria de un PP que optó por la austeridad pura y dura en la anterior crisis económica durante el mandato de Rajoy en el Estado. En materia de autogobierno, su partido a nivel estatal ha redoblado su mensaje recentralizador, que tampoco tiene predicamento en suelo vasco.

El PNV va a explotar las debilidades de sus adversarios y sus propias fortalezas en un contexto en que se prevé que el PIB caiga este año un 8,7% y que se pierdan 68.000 empleos por los efectos del coronavirus y de un parón económico que los jeltzales trataron de rebajar al mínimo en sus negociaciones con el Gobierno español. En la otra cara de la moneda, el gabinete de Urkullu ha calculado que la recuperación será intensa el próximo año, con un incremento del PIB de un 6,7% y la regeneración de 50.000 puestos de trabajo. En paralelo, esta semana van a llegar buenas noticias para el PNV, como el fin del estado de alarma en la comunidad autónoma ahora que el departamento de Salud considera controlados los focos en los hospitales.

En cuanto al formato de la campaña electoral, una vez que los ciudadanos se encuentran ya en las terrazas y las playas, los mítines se van a mantener, aunque se vaya a reformular el formato para acotar el aforo. En cualquier caso, el PNV no cree que afecte en nada a la hora de hacer llegar sus mensajes a los votantes. Eso sí, en el cuartel general de Sabin Etxea trabajan semana a semana, atentos a las más recientes indicaciones sanitarias sobre los aforos y los actos permitidos, de manera que a día de hoy aún está sin definir el acto de cierre de campaña, que en los últimos tiempos se ha celebrado al aire libre en el Arenal bilbaino. En cuanto al resto de jornadas, el PNV mantendrá su formato habitual, con actos sectoriales por la mañana para presentar medidas concretas en materia económica, social, de infraestructuras u otros asuntos, y por la tarde celebrará un acto más político.

Desde el PSE, Idoia Mendia ha lanzado señales que apuntan en la dirección de mantener la colaboración con el PNV. Por parte de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi trata de hacerse un hueco con una apuesta por la alianza de izquierdas, que no tiene visos de materializarse, y endurece su discurso contra el PNV. Equo Berdeak, que se presenta en solitario por el veto expreso de Pablo Iglesias desde Madrid a que repitiera plancha con Podemos, sigue defendiendo la influencia en la política vasca y el acuerdo presupuestario que se alcanzó entre la anterior dirección del grupo parlamentario y el Gobierno vasco.

La campaña para las elecciones vascas del 12 de julio que escogerán a los 75 parlamentarios comienza oficialmente el viernes de la semana que viene aunque, como es habitual, se espera que los partidos celebren ya sus actos de apertura en la noche del jueves 25. El domingo 12 de julio abrirán los colegios a las 9. 00 horas de la mañana, y lo harán con medidas de prevención sanitaria para minimizar el riesgo de contagio por el virus. También se está potenciando el voto por correo.