- Aitor Esteban y la vicepresidenta primera Carmen Calvo cerraron ayer el acuerdo entre ambas partes al que luego se sumó ERC a cambio de la abstención que prácticamente asegura al Gobierno de Pedro Sánchez la aprobación de la sexta y, seguramente, última prórroga del estado de alarma en la votación del próximo miércoles en el Congreso de los Diputados. La negociación se prolongó durante toda la jornada y quedó resuelta ya por la noche.

¿En qué consiste el acuerdo?

—En la fase 3 la aplicación de las medidas de desescalada, su modulación e incluso su supresión si fuera conveniente está única y exclusivamente en manos del presidente de la comunidad autónoma, en nuestro caso el lehendakari.

¿Necesitará el lehendakari autorización del Gobierno español?

No necesitará ninguna autorización del Gobierno español o del presidente Sánchez. Lo único que queda en manos del Gobierno español es el control sobre la libertad de circulación hacia fuera de Euskadi, es decir, las mugas con Navarra, Cantabria y la Rioja. Dentro de Euskadi, toda la movilidad queda en manos del lehendakari.

¿Esto supone que prácticamente se vuelve a la situación anterior al estado de alarma?

—En caso de que las medidas antes acordadas incurran en contradicción con lo que establezca el Gobierno vasco, prevalecerá la decisión del lehendakari. El lehendakari recupera el control absoluto de la situación, con la salvedad de la movilidad hacia fuera de la CAV. Se ha recuperado todo el autogobierno vasco porque al Estado solo le queda el control de la frontera exterior a Euskadi.

¿Es el fin definitivo del mando único?

—Esto supone la devolución competencial a las comunidades autónomas y por lo tanto las medidas y decisiones serán adoptadas unilateralmente por el presidente de la comunidad autónoma, en nuestro caso el lehendakari.

Esta semana también han arrancado al Gobierno español que la gestión del Ingreso Mínimo Vital la asuma Euskadi ¿Qué valor tiene el acuerdo? En cualquier caso iba a venir esas gestión a Euskadi tarde o temprano.

—Desde luego en Madrid no tenían ninguna intención de que viniera a Euskadi. Lo puedo asegurar rotundamente. Y menos aún por parte de Podemos. A Pablo Iglesias no le he escuchado ninguna declaración al respecto, nunca ha dicho una sola palabra sobre que fuéramos los vascos los que tuviéramos que gestionar el IMV. Hemos tenido que superar muchas resistencias pero además podía provocar muchos problemas de gestión y eso no va a ser así porque en Euskadi ya tenemos un modelo de gestión de la RGI desde hace 30 años.

¿El PNV hubiera roto los puentes con Sánchez si se hubiera negado el traspaso?

—Si esto no se hubiera arreglado habría supuesto un verdadero problema político, hubiera supuesto un antes y un después en nuestras relaciones con el Gobierno español.

¿Un antes y un después significa retirarle el apoyo en votaciones clave en el Congreso?

—No me refiero a retirarle el apoyo en una votación concreta o en la próxima prórroga del estado de alarma, estoy hablando de algo mucho más profundo, se hubiera quebrado totalmente la confianza. Hubiera supuesto un problema de relación política a largo plazo de partido a partido y del PNV hacia el Gobierno español. Podía haber sido un problema de campeonato. Al final ha sido positivo también para el Gobierno español porque muchos de los esquemas implantados por Euskadi en la RGI se van a a ver reflejados. Al principio, esto no era así, no tenía nada que ver con nuestro modelo. Ha habido resistencias.

¿La suma de la RGI y el IMV va a suponer que la protección social en Euskadi abarcará a más gente y además en cuantías superiores?

—La RGI cubre más población, prácticamente a toda la población a la que va a aportar dinero el IMV y además lo hace con mayores cantidades. Puede haber algunos casos que les corresponda el IMV y no tenía la RGI, pero serán unos pocos casos. Sin embargo, va a haber casos de personas que no van a tener derecho el IMV pero sí a la RGI, por ejemplo los pensionistas de pensiones bajas que veían sus ingresos complementados con la RGI. El Estado ha decidido que va a gastar en esto.

¿El Gobierno vasco va a ahorrarse dinero?

—Hay un ahorro lógico porque hasta ahora el Gobierno español no ponía un euro y ahora lo va a poner, hasta ahora todo el esfuerzo era desde las instituciones vascas.

¿Al extender el acuerdo a Nafarroa, ha metido el PNV el morro en los asuntos navarros, como dicen la derecha y los regionalistas?

—Tenemos consejeros en el Gobierno navarro y, por tanto, el PNV forma parte del Ejecutivo navarro y además el presidente del Parlamento foral es del PNV. Esto es una evidencia. El PNV hace las cosas que tenemos que hacer pero que teóricamente otros también debieran hacerlas y no las hacen. ¿Dónde ha estado UPN a la hora de conseguir que la gestión del IMV recalara en Navarra? ¿Ha presionado o influido en algo?

¿Ha presionado el PNV a Sánchez para que le concediese este traspaso tras el acuerdo del Gobierno español con Bildu sobre la derogación de la reforma legal?

—Esto no se negocia en tres días, veníamos negociando mucho tiempo antes y lo teníamos prácticamente cerrado antes del acuerdo sobre la reforma laboral. El Gobierno español sabía de la gravedad de no llegar a un acuerdo en este tema, pero no tiene nada que ver este acuerdo del IMV con el que cerró con Bildu sobre la derogación genérica de la reforma laboral. El de la IMV ha sido un acuerdo con el Gobierno español que además tiene la potestad ejecutiva para ponerlo en marcha de inmediato. A diferencia de otros, nosotros no anunciamos los acuerdos hasta que están completamente cerrados.

¿Fue una puñalada que Sánchez no le avisara del pacto con Bildu, habiendo el PNV apoyado la investidura?

—Nos molestó que Sánchez no nos comunicara lo que iba a hacer. PSOE y Podemos tienen firmado un acuerdo de investidura con el PNV y en ese acuerdo se dice que todos los proyectos legislativos y acuerdos o movimientos que vaya a realizar se comunicarán previamente al PNV. Ha sido un incumplimiento del acuerdo.

¿Qué recorrido le augura a ese acuerdo después de que la vicepresidenta Calviño se rebelara y que la ministra de Trabajo lo enfriara?

—La derogación es un acuerdo viejo, al que ya habíamos llegado la legislatura anterior una serie de partidos, entre ellos nosotros. Nosotros no votamos a favor de la reforma laboral de Rajoy, fuimos muy críticos, pero hay que tener una alternativa, no se puede proceder a una derogación en blanco, porque dejaría un vacío legal que crearía más problemas que soluciones. Por lo tanto, su derogación hay que trabajarla y concretarla y buscar unas mayorías. Hay que ir en esa dirección, desde luego, pero hay que seguir ahondando en el diálogo con sindicatos y patronal.

¿Le preocupa al PNV que Bildu le dispute el papel de conseguidor?

—Todo lo que sea conseguir cosas para Euskadi, bienvenido sea. Ahora bien, los conversos a la cola. No es de recibo que pretendan darnos lecciones de cómo se tienen que hacer las cosas y de que este es el modelo a seguir.

Sánchez dice que el PNV es socio prioritario. ¿Le creen?

—Eso es lo de menos, lo importante es hacer política y buscar acuerdos. Nosotros queremos fundamentar esos acuerdos en buscar el bienestar de la ciudadanía vasca y en el mantenimiento y ampliación del autogobierno vasco. En la medida que eso se haga así mantendremos una buena relación y seremos unos buenos socios.

¿Le incomoda al PNV que Sánchez recurra a la geometría variable?

Hasta las geometrías variables tienen unas normas mínimas que guardar. No se puede estar continuamente mariposeando de flor en flor sin un rumbo fijo y cambiando de pareja de un día para otro. Eso provoca más problemas que soluciones. Sánchez se debería fijar en la mayoría que le llevó a la investidura para intentar construir su liderazgo.

¿Está el PNV cómodo apoyando a Sánchez que se apoya a su vez en Ciudadanos?

—Me incomoda tanto como le puede incomodar a Bildu votar lo mismo que Vox en una votación concreta, o a ERC coincidir en el voto con el PP. Ciudadanos ha apoyado a Sánchez en la prórroga del estado de alarma, no un programa conjunto.

¿Está Sánchez tocado por las últimas polémicas graves que han provocado una respuesta furibunda del PP buscando forzar su salida?

—Casado es consciente de las dificultades de Sánchez para lograr mantener mayorías, ya sea por las dudas de ERC o porque JxCat está con una dinámica de no intentar buscar acuerdos o porque el PSOE tampoco quiere entrar algunos compromisos. El PP cree que si provoca unas cuantas derrotas parlamentarias del Gobierno y sobre todo con los Presupuestos de 2021 puede tumbar a este Gobierno.

¿Tiene dudas sobre la aprobación de los Presupuestos?

—Si no hubiera presupuestos, si volviera la inestabilidad e incluso elecciones de nuevo de aquí a principios del año que viene o finales de este año, justo en este momento de agujero económico en el que hay que tomar grandes decisiones. Sería un auténtico despropósito. Deberíamos aplicarnos en aprobar unos presupuestos y todos tendremos que dejar pelos en la gatera.

¿Cómo deberán ser los Presupuestos 2021 para que cuente con el apoyo del PNV?

—El Gobierno de Sánchez tiene que empezar ya a concretar las cosas. Parece que empieza a definirse la ayuda europea, a identificar en qué sectores se van a hacer apuestas y cómo lo va a hacer. Es el Gobierno el que tiene que ir avanzando y la clave estará en los Presupuestos y en la capacidad presupuestaria que permitan al resto de las comunidades autónomas y ayuntamientos para poder desarrollar sus políticas.

¿Por qué los ataques en protesta por la situación del preso Patxi Ruiz se están dirigiendo contra los batzokis y las casas del pueblo?

—Otegi dice que no son ellos, pero me gustaría ver una mayor contundencia. Igual no son ellos pero sí están esperando que les acaben votando en las urnas o que incluso algunos de los que perpetran estos ataques puedan estar como apoderados de Bildu o interventores en las mesas electorales. Son ellos los que deberían aclarar aqué está pasando en la izquierda abertzale.

¿Y eso quedaría claro condenando los ataques, no solo rechazándolos?

—Esto es el abecé democrático. No es tolerable que no se quieran aceptar condenas y en muchos municipios no han querido aprobar las declaraciones de condenas por los ataques a batzokis, casas del pueblo, quema de cajeros o el ataque con pinturas al portal de Idoia Mendia. Son ellos los que tienen que explicar porqué no los condenan. Si no están siendo tan contundentes será porque esperan que esos sectores que están llevando a cabo los ataques no se les acaben yendo y no dejen de votarles en las urnas.

Otegi rechaza que EH Bildu esté detrás de los ataques.

—Si no lo están, que los condene y que diga que no quieren saber nada con la gente que está llevando a cabo estos ataques. En el mundo de la izquierda abertzale todos se conocen entre ellos.

¿Se dan condiciones para celebrar elecciones en julio?

—No hay más que ver cómo va la gente a las playas. Si estamos paseando con normalidad y la gente no tiene miedo de acudir a la playa sabiendo que hay aglomeraciones, ¿por qué no se van a celebrar elecciones? En los locales electorales va a haber más medidas de seguridad que en muchas terrazas de los bares. Va a haber menos riesgo que en muchos lugares que estamos ya frecuentando.

¿Le preocupa que se pueda formar un tripartito entre socialistas, Bildu y Podemos tras las elecciones?

—Bildu y Podemos lo quieren pero parece que el PSE no lo ve, entre otras cosas porque, tal y como ellos dicen, Bildu no cumple los mínimos éticos para poder compartir una unidad de acción o un gobierno.

"No traspasar la gestión del IMV a Euskadi hubiera quebrado la confianza con el Gobierno español. Hubiera sido un antes y un después"

"Nos molestó que Sánchez no nos comunicara el pacto con Bildu sobre la reforma laboral. El Gobierno firmó un acuerdo de investidura con el PNV"

"En Madrid no tenían ninguna intención de que la gestión del Ingreso Mínimo Vital viniera a Euskadi. Ha habido muchas resistencias"

"Sánchez debería fijarse en la mayoría que le llevó a la investidura. No debería andar mariposeando, cambiando de pareja de un día para otro"

"Si Bildu no está siendo contundente con los ataques a batzokis y sedes del PSE será porque temen que se acaben marchando o les dejen de votar"

"Si la gente no tiene miedo a ir a la playa con las aglomeraciones que se están dando, ¿por qué no se van a celebrar elecciones en julio?"