Lejos de pasarles factura la crisis sanitaria, PNV y PSE no solo reforzarían su coalición de gobierno el próximo 12-J sino que obtendrían mayoría absoluta para desarrollar su programa de gobierno, según se desprende de la encuesta realizada por EITB por la empresa Gizaker, donde ambas formaciones subirían tres escaños, respectivamente, en perjuicio de Elkarrekin Podemos y PP -que en esta convocatoria acudirá a las urnas en coalición con Ciudadanos-. Pese a los recelos por una gestión donde, como en todos los territorios, la pandemia por el coronavirus causó una letalidad y daños irreparables, además de los efectos socioeconómicos que ya está ocasionando y la confusión en el desarrollo de la desescalada, el Ejecutivo de Iñigo Urkullu y, en concreto, la formación jeltzale, cumpliría con su objetivo de arañar un escaño más por herrialde y pasar de los 28 actuales a 31 (41% de los votos), solo dos por detrás de los históricos resultados de 2001, cuando el PNV acudía no por separado sino en coalición con EA para hacer frente al bloque constitucionalista. Un bagaje que supondría todo un espaldarazo a las políticas desarrolladas por Lakua, y en concreto por la formación nacionalista, la última legislatura, donde trató de arrancar a Madrid el cumplimiento íntegro de las transferencias y la apuesta por un nuevo estatus, además de buscar cogobernanza durante las semanas de confinamiento desde que se decretó el estado de alarma.

Tampoco los socialistas vascos salen mal parados de este sondeo preelectoral, que prácticamente calca los vaticinios previos a los comicios aplazados del 5 de abril. La formación liderada por Idoia Mendia se nutriría fundamentalmente del descenso de Unidas Podemos para engordar también su representación en tres asientos (14,2% de votos), lo cual significaría que la sociedad vasca avala paralelamente el cometido desempeñado por Pedro Sánchez al frente de La Moncloa, ya que la filial vasca se ha mimetizado durante este periodo con la labor desempañada desde Madrid por el Gobierno español. Por contra, el cambio de liderazgo no detendría el descenso de Podemos, ahora con Miren Gorrotxategi al frente, sin aprovechar el rastro de las medidas sociales espoleadas por la fuerza morada desde el Ejecutivo de coalición, pasando de 11 a 8 actas (11,4% de sufragios). Es decir, PNV y PSE sobrepasarían con creces la barrera de 38 escaños -ahora suman 37- para situarse en 43.

El tripartito de izquierdas que tantos titulares ha regalado tras el acuerdo de EH Bildu con PSOE y Podemos sobre la reforma laboral también cuajaría en Euskadi en números, aunque los recientes ataques a sedes no solo jeltzales sino también del PSE y, en particular, al domicilio de Mendia complican este escenario. Con todo, la coalición soberanista también repuntaría en esta cita con 19 escaños -uno más que el que ostenta- y el 23,4% de los votos. O lo que es igual, la suma de la fuerzas de izquierda contabilizaría 39 escaños, uno por encima de la mayoría absoluta. Igualmente, las dos formaciones soberanistas tendrían 50 de los 75 asientos, lo que supondría la mayor fortaleza hasta hoy de las marcas no constitucionalistas (64,4% de respaldo), si bien tampoco esta ecuación parece factible porque ambas pujan por el liderazgo y hay diferencias estratégicas.

Quien sufriría un severo descenso es el PP, ahora encabezado nuevamente por Carlos Iturgaiz, que lejos de recoger réditos de la política de hostigamiento al Gobierno de Sánchez retrocedería hasta los 5 escaños en la Cámara de Gasteiz, perdiendo cuatro pese a ir coaligado esta vez con Ciudadanos. De un 12,2% conjunto de papeletas en la última convocatoria, no pasaría del 7% de refrendos a su actuación. Vox, pese a su arraigo en el Estado, y pese a crecer del 0,1% al 1,7% de los votos, se quedaría sin representación en la CAV, al igual que Equo Berdeak. La encuesta de EITB está elaborada sobre una muestra de 1.200 personas entre el 21 y el 23 de mayo, cuando ya se conocía la fecha electoral por parte de Urkullu, a quien tampoco le desgastarían tragedias como la del vertedero de Zaldibar.

Por territorios, la fuerza del PNV es incontestable, venciendo en los tres herrialdes. En Araba lograría 9 representantes, por delante de EH Bildu (5), PSE (5), Podemos (3) y PP+C's (3). Llamativa es la hecatombe popular, que cedería dos asientos en un feudo que llegó a liderar durante varios años. En Bizkaia la hegemonía jeltzales es aún mayor con el 45,1% de votos (12 actas), a gran distancia de Bildu (5); la formación nacionalista también reinaría en Gipuzkoa con 10 escaños, uno más que la coalición soberanista.

La abstención no crece

Un dato a subrayar es que la participación rondaría el 60%, con una abstención muy similar a la de hace cuatro años pese a los temores sobre si el contexto por el virus y las medidas de salud pudieran retraer al electorado. Un 15% de los encuestados manifiesta que no sabe si votará por padecer "hartazgo político", mientras que los indecisos se sitúan en el 17%. A seis de cada diez ciudadanos vascos les parece adecuado que haya comicios en julio con garantías sanitarias. En cuanto a la gestión del covid-19 por parte del Gobierno vasco, y pese a que los partidos que lo lideran crecen exponencialmente, la ciudadanía le otorga peor nota que hace un mes, pasando del 6,5 al 5,8, tres décimas más que el Ejecutivo español (5,56). Sobre los líderes, Urkullu supera de largo el aprobado con un 6,04, por delante de Maddalen Iriarte (Bildu) y su 5,4.