gasteiz - El adelanto electoral anunciado por el lehendakari Urkullu ha pillado con el pie cambiado a parte del arco parlamentario vasco, que una vez pactados los Presupuestos entre el Gobierno de PNV y PSE con Elkarrekin Podemos daban por hecho, cuando menos, que la legislatura se prolongaría hasta el fin del actual curso político. Sin embargo, la llamada a las urnas para el próximo 5 de abril obliga a las diferentes formaciones a ubicarse de cara a la campaña, cada una de ellas con sus retos particulares.

partido popular En los últimos tiempos, en Génova iban cobrando peso las posiciones de Cayetana Álvarez de Toledo, partidaria de trasladar a Euskadi su modelo de derecha dura y patriótica, sin tener en cuenta las especificidades vascas, especialmente en materia de foralidad. Alfonso Alonso, unos de los sorayistas más destacados, había logrado en septiembre que Pablo Casado refrendara sus posiciones y su liderazgo en la CAV, pero en las últimas semanas los mensajes que llegaban procedentes de Génova, o más bien los que no llegaban, parecían buscar un relevo en el PP vasco.

La salida de la política de Borja Sémper, la voz más dura contra Álvarez de Toledo, facilitaba el movimiento de fichas que se barruntaba, pero la sorpresiva convocatoria del lehendakari ha desbaratado cualquier maniobra en ese sentido. Alonso dice haber sido apoyado explícitamente por el Partido Popular de Casado, que ante los hechos consumados ha asentido con la boca pequeña.

Ahora el PP de la CAV trabaja a contrarreloj para sumar fuerzas con Ciudadanos Euskadi, esta vez con voluntad de pactar por parte de las direcciones nacionales de ambos partidos, y con el reto de superar los nueve parlamentarios actuales. Si iguala o supera esta cifra, Alonso habrá superado una de las reválidas más difíciles de su carrera política. Si se queda por debajo de los nueve parlamentarios, Génova tendrá más expedito el camino hacia el asalto de su baronía, si Pablo Casado sigue en su estrategia de dureza y homogeneidad en el Estado.

EH Bildu La formación abertzale tiene ante sí el reto de pelear por el espacio de izquierda con Elkarrekin Podemos, esta vez con los papeles intercambiados con respecto a hace un año, cuando los de Maddalen Iriarte negociaban los Presupuestos con el Gobierno vasco y los de Lander Martínez se negaban a pactar nada que no supusiera un cambio estructural en las Cuentas.

En todo caso, tras la legislatura en la que ETA ha dejado de existir, EH Bildu afronta el reto de completar el camino hacia la normalización, ya iniciado con asistencia a actos y homenajes a los que antes no comparecía, y con su participación plena en la vida institucional, tanto en el Parlamento Vasco como en el Congreso de los Diputados. Aún quedan cuestiones que resolver con respecto al pasado, como la posición ante la violencia pretérita, y no solo la futura, o la cuestión de los presos, con derivadas como los ongi etorris a quienes salen prisión y la pelea por acabar con la dispersión, aún vigente una década después del fin del terrorismo. En todo caso, EH Bildu trata de mirar hacia adelante y en ese sentido puede interpretarse que Maddalen Iriarte repita como candidata en detrimento de un Arnaldo Otegi cuya inhabilitación quedó en cuestión tras la sentencia de Estrasburgo sobre el caso Bateragune.

Así las cosas, en la próxima legislatura los independentistas jugarán su partido en dos ámbitos, el del derecho a decidir y el social, con los 18 parlamentarios que tienen ahora como una alta barrera que franquear el 5 de abril. En el primer caso, la apuesta por realizar el camino junto al PNV en la ponencia de Autogobierno parece haberse truncado definitivamente, y en el segundo la mencionada pugna con Elkarrekin Podemos marcará su devenir.

elkarrekin podemos Tras una legislatura de dura oposición al PNV, los pactos de Madrid le han proporcionado a Elkarrekin Podemos un viento de cola que ha aprovechado con un pacto presupuestario frustrado por el adelanto electoral pero válido como argumento de campaña. La coalición morada ha de testar hasta qué punto sus bases avalan la apuesta por el pragmatismo de Lander Martínez, que Ezker Anitza rechaza.

Por otro lado, Elkarrekin Podemos ha de dirimir primero a quién presenta como cabeza de cartel a las elecciones. Rosa Martínez, que proviene de Equo y que tiene el respaldo del sector oficial, se enfrenta a Miren Gorrotxategi, del sector de Roberto Uriarte. Gorrotxategi ha sido senadora y diputada en Madrid, y en 2017 presentó su candidatura para liderar Podemos-Euskadi en unas primarias? que perdió frente a Lander Martínez.

Si para EH Bildu, Elkarrekin Podemos es su principal rival en la izquierda, al revés ocurre lo mismo, y por ello la coalición morada deberá reflexionar sobre el peso que dará en la campaña a cuestiones como el derecho a decidir. Hasta ahora su apuesta ha sido el modelo de la Ley de Claridad canadiense, más en la línea de lo que defiende el lehendakari Urkullu que en la apuesta de los soberanistas, lo que por otro lado puede reforzar la alianza que PNV y Elkarrekin Podemos han tejido este año en la negociación presupuestaria.

pnv Los jeltzales vienen experimentando un crecimiento sostenido en el tiempo desde hace años y precisamente ese es el mayor problema al que se enfrentan, mantener la tendencia al alza en un momento en el que PSE y Elkarrekin Podemos gozan de mucha visibilidad tras su pacto de Gobierno en España. El PNV tiene además a la oposición dispuesta a centrar sus críticas durante la campaña en la figura del lehendakari, con la reciente sentencia del caso De Miguel o la gestión de la tragedia del vertedero de Zaldibar como argumentos.

El principal objetivo de los jeltzales es sumar mayoría absoluta con el PSE, partido con el que las relaciones no se han resentido tras una legislatura coaligados en la Lehendakaritza y una cooperación previa en diputaciones y ayuntamientos. En su haber puede presentar el calendario para completar el Estatuto de Gernika que negocia con el Gobierno central y transferencias concretas ya materializadas que pueden dar credibilidad a las promesas de Pedro Sánchez.

pse Los socialistas vascos podrán testar con fuego real si entrar en un gobierno de coalición como socio minoritario renta o no a la hora de presentarse a unas elecciones. De momento el PSE ha logrado visibilidad desde Ajuria Enea a pesar de partir de un suelo muy bajo -los mismos nueve parlamentarios que tiene el PP-, y si el PNV tiene ante sí el reto de superar unos resultados muy buenos, los socialistas vascos disfrutan de la oportunidad de mejorar los discretos apoyos cosechados en 2016.

Además, ahora cuentan con el efecto de arrastre del Gobierno central de Pedro Sánchez, lo que por otro lado también les da la oportunidad de amortizar para sí los avances producidos en el cumplimiento del Estatuto de Gernika y los que están por venir.

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