bilbao - El PNV ha tomado la decisión de centrar sus exigencias a Pedro Sánchez en las votaciones semana a semana que van a tener lugar en el Congreso de los Diputados cuando arranque oficialmente la legislatura, desde los Presupuestos hasta las reformas u otras leyes sectoriales. Los jeltzales no se han fijado en esta ocasión la sesión de investidura del presidente español como pistoletazo de salida para obtener contrapartidas contantes y sonantes en relación con la agenda vasca, y creen que la verdadera oportunidad para arañar compromisos va a llegar cuando la legislatura esté en marcha y Sánchez tenga que afrontar una muy dura gobernabilidad en un Congreso fragmentado, donde tendrá que pelear ley a ley. Según fuentes de la Ejecutiva jeltzale consultadas por DEIA, lo que están pidiendo a los socialistas es un compromiso con que la gobernabilidad va a estar en manos del PNV y no del PP. Quieren asegurarse la influencia en el transcurso de una legislatura donde el reparto de escaños juega a favor del PNV, porque no quieren arriesgarse a dar vía libre a la investidura y que, más adelante, Sánchez termine pactando con el PP y convirtiendo en decisivos a los escaños populares. Ese escenario supondría perder toda capacidad de influencia y de encarrilar la agenda vasca y quieren asegurarse de que no suceda. También piden a Sánchez que prometa una negociación seria sobre el estatus.

Los jeltzales habían dejado ver en las últimas semanas que Sánchez tendría que negociar algo de alcance con el PNV si quería conseguir sus seis votos a favor, porque su posición habitual en las investiduras ha sido la abstención y solo han dado el sí en dos ocasiones. No obstante, el PNV ha optado por no exigir contrapartidas cuantificables en la negociación de investidura y se ha decantado por exigir un compromiso con que se puedan encauzar más adelante. La decisión tiene una explicación sencilla: la negociación de Sánchez con ERC se está alargando, la investidura podría tener lugar en enero y, en ese contexto, el tiempo que le quedará al PNV para llevar a cabo una negociación tradicional y arrancar medidas concretas va a ser muy limitado. De ahí que se haya decantado por no fijar la investidura como hito para quemar todas las naves, sino que quiere amarrar un compromiso con la gobernabilidad. Además, el compromiso con la gobernabilidad que le piden al PSOE actúa también como salvaguarda ante la hipótesis de que Sánchez se vea tentado por pactar los Presupuestos con el PP.

El PNV también pide a Sánchez que asuma el compromiso de hincar el diente al modelo territorial, y esa petición se centra muy en concreto en garantizar que haya una negociación seria y en condiciones sobre el nuevo estatus de autogobierno. Hay un tercer compromiso que los jeltzales dan por descontado: que se respete lo acordado en la anterior legislatura, como el calendario con una treintena de traspasos de competencias del Estatuto de Gernika, los plazos de las obras del tren de alta velocidad, y las inversiones en infraestructuras. Lo que plantea el PNV para esta investidura no es tanto algo cuantificable en dinero o en hechos concretos, sino un compromiso de que la gobernabilidad se va a pactar con el PNV votación a votación y que, por lo tanto, los jeltzales van a poder encarrilar la agenda vasca semana a semana. “Las votaciones semana a semana serán muy duras. Lo de comer lo iremos sacando en esas votaciones pero, para eso, debe haber un compromiso de que la gobernabilidad será con nosotros y no con la derecha”, explican.

vía libre Por tanto, si encajan todas las piezas para la investidura y Sánchez logra todos los apoyos necesarios, el PNV no va a ser quien lo dinamite y dará los votos a favor. “Crearemos las condiciones para que haya legislatura, para que haya un compromiso con la gobernabilidad con el PNV, y para que siga en marcha todo lo pactado en la anterior legislatura. Será después, semana tras semana, cuando pediremos contrapartidas en las votaciones”, dicen. Según las mismas fuentes, las bases no les están pidiendo ahora que extremen la exigencia con medidas concretas, una transferencia inmediata o cualquier otro logro cuantificable, sino que la preocupación se centra en evitar unas terceras elecciones, o un gobierno que se termine escorando hacia el PP y Ciudadanos.