BILBAO - El PSOE busca un formato de diálogo para que ERC esté en disposición de plantear sus reivindicaciones, como la autodeterminación o la soberanía, dentro de la ley, en lugar de hacerlo en cauces fuera del ordenamiento jurídico. Pero las palabras de Pedro Sánchez desde la cumbre de la OTAN dando por hecho el pacto causaron malestar en las filas republicanas, hasta el punto de sopesar suspender la reunión fijada entre ambos partidos para el próximo martes. El presidente en funciones garantizó que ese acuerdo “va a estar siempre dentro del marco de la legalidad democrática y de la Constitución”, comprometiéndose a hacerlo público una vez que se cierre. “Siempre hemos defendido la transparencia, y cuando se logre se hará público al conjunto de la sociedad española. Como no podría ser de otra manera”, zanjó, tratando de acallar las críticas internasy de la oposición.

Esa forma de “presión” enfadó a ERC. “Advertimos al comenzar la negociación que el pressingERC no nos molesta. No nos presionan sus prisas ni declaraciones como esta, más bien al contrario. Pueden hacer que simplemente nos mantengamos en el no, como determinó nuestra militancia”, aseguraron desde fuentes próximas a Esquerra. “Pedimos que haya una actitud responsable de los miembros del PSOE, porque si no se suspenderán las negociaciones”, señalaron.

Sin ahondar en los detalles sobre la evolución de las conversaciones con ERC, Sánchez aseguró que van “bien” precisamente porque son “discretas”, y justificó la negociación con los republicanos porque PP y Ciudadanos “se han desentendido” de colaborar en su investidura. Fue su manera de elevar la presión sobre el resto de fuerzas políticas en el contexto de la formación de Gobierno. “No solo le corresponde a la primera fuerza política. Nadie puede desentenderse”, reseñó una vez más el presidente en funciones.

El partido de Oriol Junqueras, a quien los líderes sindicales han pedido que facilite la abstención de Esquerra, ha venido demandando una mesa de negociación entre Gobierno español y Govern para abordar el “conflicto político”. Y hasta la fecha la respuesta desde Moncloa era apuntar hacia la comisión bilateral entre sendas administraciones, el órgano nacido al calor del Estatut y que Sánchez recuperó tras siete años olvidado en manos del PP. Pero ERC la rechaza porque está dirigido a asuntos específicos como los conflictos de competencias o las inversiones y no a dar respuesta a la crisis catalana desde el punto de vista político, por lo que reclaman “otro instrumento”.

“A veces lo obvio en este país constituye un escándalo pero es lo más razonable. Se trata de buscar como a todo conflicto cauces de expresión desde la asunción de ese problema, que afecta no solo a Catalunya sino al conjunto de España, de tal forma que no sea necesario ni nadie tenga que recurrir a situarse fuera del ordenamiento jurídico. ¿Cuál es el instrumento para ello? De eso estamos hablando”, reconoció ayer el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, miembro destacado del equipo negociador de los socialistas que el pasado martes se reunió por segunda vez con la delegación republicana y cuya cita se saldó con “aproximaciones” sobre cómo “intentar encarar el conflicto y no negarlo”.

Ábalos niega que vaya a producirse una negociación política en términos de “cesiones y concesiones basadas en la reciprocidad”, enfatizando la necesidad de “superar los desencuentros” para encontrar un cauce en el que se pueda situar el conflicto sin que quede “cegado”. “El marco de las conversaciones, como es obvio, es la Constitución y el Estatut”, repitió Sánchez.