EL PARDO. Sobre las nueve y cuarto de la mañana, a poco más de una hora de que comience en el Valle de los Caídos la exhumación de los restos de Franco, los vehículos han llegado hasta la puerta del cementerio flanqueado por numerosos agentes de la Policía Nacional y varios operarios han comenzado a descargar los arreglos florales e introducirlos en el camposanto donde se inhumarán los restos del dictador.

Son coronas con flores amarillas y rojas, en alusión a los colores de la bandera de España, en las que se pueden leer dedicatorias de varias localidades como "Cartagena despide a Franco", "Almendralejo con el generalísimo", "Sevilla con el generalísimo" o "Islas Baleares a su caudillo". Solo una de ellas es de flores blancas y también está dedicada "a su caudillo".

Poco después de las flores ha llegado al camposanto el sacerdote Ramón Tejero, hijo de Antonio Tejero -el guardia civil condenando por el intento de golpe de Estado del 23F-, quien, tras la inhumación, oficiará en el panteón de Mingorrubio una misa en la intimidad familiar junto con el prior del Valle de los Caídos.

Cada vez son más los medios de comunicación que se encuentran en el lugar y las unidades móviles aparcadas a pocos metros de un restaurante en el que este jueves, como dice su dueño, hay más gente de lo habitual.

Y eso que junto al estrado donde se han colocado las cámaras de televisión que están retransmitiendo todo lo que ocurre en esta tranquila colonia madrileña se ha instalado una pequeña carpa con café, bollería y pequeños bocadillos para que los periodistas no pasen hambre y guarden el calor.

El sol comienza a calentar esta zona de monte de El Pardo que ha amanecido con niebla y frío y donde se espera que pasado el mediodía llegue el helicóptero con los restos de Franco.