Bilbao - Los hechos represivos del franquismo deben ser contemplados por los tribunales españoles como crímenes contra la humanidad, lo que supone que sus actos contra los derechos humanos no prescriben y deben ser investigados judicialmente en la actualidad, según defienden sus víctimas.

Seis de ellas presentaron ayer en Valencia nuevas querellas por detenciones y torturas sufridas en 1975 en la Jefatura Superior de Policía y de la Guardia Civil en esta ciudad. Estas seis víctimas de la represión de la policía franquista reclamaron que acabe la impunidad para los represores de la dictadura y que no se archiven sus denuncias, como ha venido sucediendo anteriormente con otras similares. Para ello, la clave está en la consideración de los hechos como crímenes contra la humanidad.

Los querellantes militaban en distintas organizaciones políticas de izquierda de entonces -MCE, PCE y PCE(m-1)/FRAP- y fueron detenidos “en las redadas que en el verano y otoño de 1975 practicó en Valencia la policía franquista contra cerca de un centenar de personas que pertenecían a grupos opositores a la dictadura”.

“España es el segundo país del mundo en número de desaparecidos políticos”, denunciaba la abogada Aràdia Ruiz, quien hablaba así en nombre de los querellantes contra represores franquistas como los expolicías Antonio González Pacheco Billy El Niño y Benjamín Solsona, ambos destacados miembros de la Brigada Político Social.

Cientos de campos de concentración, cientos de miles de exiliados y desaparecidos y otros tantos muertos componen un contexto de “aniquilación sistemática del enemigo ideológico” que debe ser considerada como crimen de lesa humanidad, explicó Ruiz, que sostiene que este hecho anularía los argumentos que, hasta el momento, han impedido que se abrieran investigaciones judiciales contra hechos como los denunciados este lunes: la Ley de Amnistía anterior a la Constitución de 1978; el principio de legalidad penal y la no retroactividad; la prescripción de los delitos y la muerte de los posibles responsables de las torturas y la represión. - Efe