BILBAO. Los portavoces de la plataforma Joseba Azkarraga y Arantza Aldezabal han presentado en una rueda de prensa en Bilbao la manifestación por los presos que habitualmente se celebra en el mes de enero en la capital vizcaina y que, en esta ocasión, partirá a las cinco de la tarde de la plaza de La Casilla con el lema 'Orain Presoak'.

El exconsejero vasco de Justicia Joseba Azkarraga ha subrayado que el objetivo es "volver a llenar las calles" de la capital vizcaina el próximo 11 de enero para trasladar "un claro compromiso con los derechos de las personas presas".

Tras advertir de que "la movilización social es la herramienta más importante que tienen las sociedades contemporáneas para articular mayorías, activar a la sociedad y lograr grandes cambios", Azkarraga ha precisado que los organizadores pretenden "insistir en el camino hacia una verdadera paz y convivencia real".

Por ello, ha remarcado que "poner fin a décadas de sufrimiento y confrontación es tarea de todos", de la sociedad y de las instituciones, entre ellas los gobiernos español y francés. En este sentido, ha admitido que por parte del Ejecutivo francés "se han producido avances significativos" y ha esperado que "sea el espejo en el que se mire el Gobierno español".

En este marco, ha abogado por que la manifestación de enero sea "un punto de inflexión importante que marque un antes y un después en este nuevo ciclo de activación social, que exige una parte importante de nuestro pueblo".

"Es ahora, cuando hay que dar pasos en favor de los presos y presas, porque es necesario cambiar el ritmo del proceso", ha insistido. De este modo, ha señalado que, "en vísperas de unas nuevas elecciones" generales y la conformación de un nuevo gobierno, es preciso incidir en "la necesidad de un cambio en la política penitenciaria".

Según ha indicado, "el Gobierno español es cierto que inició de manera muy tímida a dar algunos pasos, en la progresión de grados, en el acercamiento de unos pocos presos a prisiones más cercanas a sus domicilios, en la concesión de algún permiso penitenciario y a humanizar algo la situación de algunos presos enfermos". No obstante, ha advertido de que son "pasos muy pequeños" que deben "proseguir de manera mucho más audaz y más urgente".

Por ello, ha pedido a los "poderes políticos y judiciales" que tengan "audacia y determinación para que estos tímidos pasos se conviertan en el inicio de un proceso que lleve a la aplicación de una política penitenciaria que ponga fin al régimen de excepcionalidad que sufren los presos y presas vascos y permita diseñar la hoja de ruta del fin de una etapa y el regreso a sus casas".

"Exigimos los cambios que se prometieron de humanización de las cárceles", ha señalado el portavoz de la dinámica Orain Presoak, que ha reivindicado que se ponga fin a "una política penitenciaria de excepción que carecía de sentido cuando se comenzó a aplicar y mucho más ahora, cuando ETA tomó las decisiones oportunas que desembocaron en su disolución".

"UN PROBLEMA CON LA SOCIEDAD"

De este modo, ha remarcado que "el Estado ya no tiene un problema con una organización inexistente", sino que "el problema, cada vez más, lo tiene con una sociedad que no quiere que, en su nombre, se continúe con la vulneración de derechos que sufren los presos".

De este modo, ha precisado que "hablar de derechos humanos es defender un derecho fundamental, universal", y no supone "una opción ideológica partidista". Según ha agregado, el día 11 de enero "miles y miles de ciudadanos vascos volverán a demostrar en las calles de Bilbao que las distintas opciones políticas que expresan la pluralidad de la sociedad vasca no son ningún obstáculo para la defensa unánime de esos derechos humanos, si queremos avanzar hacia una sociedad en convivencia y paz".

Finalmente, ha reiterado el compromiso de la dinámica Orain Presoak por "trabajar por una sociedad basada en la paz, la justicia y la convivencia". "Una sociedad que deje de ser generadora de dolor, sin más víctimas, sin presos ni presas vascos. Eso nos va a exigir crear nuevos espacios entre diferentes, escuchando al otro, compartiendo sus vivencias y su dolor.

Creando una base sólida de reconocimiento, respeto y empatía", han apuntado sus portavoces. En este marco, han advertido de que "todos estamos necesitados de una profunda autocrítica que contribuya a una cultura colectiva, mediante un ejercicio multilateral de memorias sobre lo ocurrido, desde un enfoque de respeto a los derechos fundamentales" porque es "la mejor forma de construir futuro entre todos".

"Nos encontramos ante una nueva era que nos ha abierto las puertas para avanzar hacia un futuro mejor que, tras décadas de sufrimiento y dolor, merecemos todos. Es tiempo de desatar nudos, de avanzar y de construir el futuro, desde el derecho, desde el respeto y desde la empatía, es tiempo de dar a esta sociedad la convivencia que merece", ha concluido Azkarraga, que ha animado a que el próximo 11 de enero "traslademos al mundo nuestra voluntad de cerrar heridas y de construir futuro".