PARÍS. El Supremo emitió dos dictámenes en los que cuestiona la decisión de liberar a Urrutikoetxea tomada por tres juezas del Tribunal de Apelación de París el pasado 19 de junio. Aquella decisión, en la práctica, tampoco supuso la salida de la cárcel del exdirigente ya que aún hay cuatro demandas de España en su contra.

El Tribunal de Apelación de París deberá organizar, en una fecha todavía por determinar y con una composición diferente a la del 19 de junio, otro procedimiento para abordar de nuevo su eventual liberación por las dos causas que tiene pendientes por juicios en los que fue condenado en rebeldía ya que se encontraba en la clandestinidad.

El Supremo rechazó el argumento esgrimido por las tres juezas del Tribunal de Apelación de que los 25 días que pasaron entre la presentación por parte de Urritukoetxea de la petición para salir en libertad y la vista en que se abordó esa demanda fueron un plazo excesivo.

Durante los casi diecisiete años que estuvo en paradero desconocido hasta su arresto el pasado 16 de mayo en la localidad de Sallanches, en los Alpes, la justicia francesa lo sentenció dos veces en ausencia por su actividad en ETA, una en 2010 a siete años de cárcel y otra en 2017 a ocho años.

Al ser capturado, solicitó que se repitieran esos dos procesos y el 24 de mayo formalizó una demanda para salir en libertad provisional, que justificó sobre todo por su estado de salud, ya que se encuentra en tratamiento por un cáncer en estado avanzado.

Además, para garantizar que no eludiría la acción de la justicia, Louis Joinet, un exmagistrado y consejero del antiguo presidente francés François Mitterrand, le ofreció acogerlo en su domicilio en París. Se da la circunstancia de que Joinet murió el pasado domingo.

Tras la decisión del 19 de junio que ahora el Supremo ha anulado, Urrutikoetxea ha permanecido entre rejas debido a las dos demandas de extradición y dos euroórdenes españolas que aún hay en su contra, que deberán ser tramitadas en los próximos meses.