bilbao - La actitud de la izquierda abertzale hacia la asociación de municipios vascos, Eudel, ha pasado del negro al blanco en los últimos años. Hasta hace poco, ese sector político veía con recelos el organismo y participaba de manera esporádica en él, pero EH Bildu decidió su plena incorporación en 2016 tras pactar una reforma de los estatutos, y ayer pugnó por conseguir una vicepresidencia al mismo nivel que la ocupada por el alcalde de Irun, José Antonio Santano, del PSE.

Este viraje es en el fondo una buena noticia para Eudel, pero las formas que empleó EH Bildu sorprendieron a todos, porque se suponía que existía un acuerdo cerrado entre ella, el PNV y el PSE desde la semana pasada, y esperó hasta ayer para plantear un pulso, justo en la jornada de proclamación del jeltzale Gorka Urtaran como presidente. Protagonizó la anécdota del día al provocar un receso de media hora para deliberar. Sin embargo, el asunto se saldó con un acuerdo para permitir por primera vez vicepresidencias de igual rango, y la alcaldesa de Azpeitia, Nagore Alkorta, estará al mismo nivel que el vicepresidente Santano, en lugar de ocupar una vicepresidencia segunda. Santano ha sido todo este tiempo vicepresidente primero sin controversia, aun con Bildu en Eudel. Es un asunto que, según fuentes de Eudel consultadas por este periódico, no tiene efectos prácticos, pero supuso alargar hasta el último minuto la negociación.

La Asamblea General de Eudel celebrada ayer en Elgoibar sirvió para proclamar a Urtaran como presidente, y el alcalde de Gasteiz gana así una mayor proyección política y consolida su posición tras la espectacular remontada electoral de mayo, cuando escaló desde la tercera posición de 2015 a la primera plaza, y aguantó el tirón de Miren Larrion por parte de EH Bildu. Urtaran apostó por tener una voz consensuada para que Eudel gane en fuerza e influencia, y realizó una defensa férrea del municipalismo. Además, apostó por dejar al margen el interés partidista.

La asamblea proclamó también a los otros doce integrantes de la Comisión Ejecutiva, donde tanto el PP como los independientes han perdido el asiento que tenía cada uno. Los populares, prácticamente borrados del mapa con tan solo dos alcaldías, no tendrán presencia tampoco en ninguna comisión territorial. Los independientes, con una mayor implantación, tendrán presencia en las de Bizkaia y Araba, aunque ayer hicieron constar su descontento. Como contemplan los estatutos, queda la puerta abierta a que los independientes puedan ser invitados como oyentes a la Comisión Ejecutiva en los asuntos de mayor trascendencia, si bien no tendrán derecho a voto. La representación que pierden el PP y los independientes la ganan el PNV y EH Bildu, que obtienen un asiento más cada uno. Los jeltzales tienen ocho representantes, EH Bildu cuenta con cinco, y los socialistas tienen dos.

En el acuerdo de hace cuatro años, se pactó la entrada de todos, porque fue unánime. Esta vez, se ha gestado entre PNV, EH Bildu y PSE. El mandato de los órganos constituidos ayer se extenderá hasta 2023. Nada más terminar el encuentro, Urtaran se puso manos a la obra y celebró la primera reunión de la ejecutiva para abordar los retos más inmediatos, como el próximo Consejo Vasco de Finanzas. En su discurso, apostó por tener una sola voz consensuada. “Para tener voz, debemos tener una voz. Una voz consensuada, compartida, participada y con un objetivo claro: la configuración de ciudades y pueblos sostenibles, habitables, cohesionados...”, defendió. Se propuso demostrar que los ayuntamientos son instituciones “de primer nivel en Euskadi con voz y voto en el sistema institucional vasco”, tras la aprobación de la Ley Municipal.

el argumento de bildu Esa apuesta por tener una sola voz provocó que no sentara demasiado bien la polémica suscitada por EH Bildu. La coalición abertzale se quejó de que la primera vicepresidencia fuera para los socialistas y dijo que el acuerdo no lo especificaba así, de manera que, hasta que no se aclarase ese extremo, se iba a negar a participar en la votación. La exigencia sorprendió, porque no hay ninguna diferencia práctica entre la primera y la segunda vicepresidencia. EH Bildu, no obstante, se mostró muy crítica con que la primera vicepresidencia pudiera ser para el PSE, cuando su número de alcaldías es muy inferior. Finalmente se acordó que no hubiera rangos. La negociación fue la última patata caliente del jeltzale Imanol Landa, el presidente saliente. El exalcalde de Getxo se implicó para llegar a un acuerdo.

La Comisión Ejecutiva de Eudel queda conformada por ocho alcaldías del PNV (Gasteiz, Gordexola, Hondarribia, Mungia, Erandio, Elgoibar, Amurrio y Legazpi), cinco de EH Bildu (Azpeitia, Asparrena, Larrabetzu, Hernani y Lemoa), y dos del PSE (Irun y Portugalete). Siete de sus representantes son mujeres, y ocho son hombres.

La participación en Eudel es clave para los ayuntamientos porque es la única asociación reconocida oficialmente como interlocutora con las instituciones. Tiene un perfil técnico y de asesoramiento jurídico a los municipios, mientras que Udalbiltza se centra en la soberanía y la identidad y tiene una tarea de repercusión limitada. Eudel, que fue deslegitimada históricamente por la izquierda abertzale, se compone de 245 socios, entre los cuales hay ocho municipios de fuera de la comunidad autónoma: seis navarros (Agoitz, Aran-tza, Arbizu, Baztan, Larraun y Urdiain) y los dos de Trebiñu.