bilbao - La denominada vía Nanclares se acerca a su punto final. No tanto como concepto ideológico como en sus consecuencias materiales para quienes la secundaron. La salida de prisión del preso expulsado por ETA Rafael Caride Simón prevista para el próximo domingo deja al colectivo de reclusos disidentes de la banda armada al borde de su extinción ya que solo quedarán tres reclusos de este colectivo (Kepa Pikabea, Ibon Etxezarreta y Luis María Carrasco) cumpliendo su pena, aunque los tres disfrutan de permisos de salida de manera regular y solo acuden a dormir al centro penitenciario.

Según ha podido saber este diario de fuentes cercanas al preso, Caride liquidará el día 18 de este mes su condena por el atentado de Hipercor en 1987 y quedará en libertad a sus 74 años. Natural de Vigo, llegó a Euskadi por cuestiones laborales y a comienzos de los años 80 huyó a Francia tras participar en revueltas antifranquistas. En 1985 integró el comando Barcelona liderado por el histórico dirigente etarra Santiago Arrospide. Este grupo perpetró varios atentados, el más conocido el de Hipercor, en junio de 1987. Caride fue el autor material de la colocación del coche-bomba en el centro comercial de la ciudad condal que acabó con la vida de 21 personas e hirió a otras 45. Fue detenido el 21 de febrero de 1993 en un bar de Toulouse (Francia) y encarcelado; finalmente, en 2000 fue extraditado al Estado español.

Quedará en libertad tras 26 años en prisión, siete en cárceles francesas y 19 en el Estado español. Sus últimos diez años de reclusión los ha pasado en Araba, primero en la ya desaparecida prisión de Nanclares de Oca y actualmente en su sucesora de Zaballa. Hace cinco años el juez de Vigilancia Penitenciaria le autorizó a disfrutar de permisos de salida de prisión (alrededor de 40 días al año) y desde hace dos años está en libertad condicional. Tan solo acudía a Martutene una vez a la semana para estampar su firma. El domingo sellará su última rubrica.

Caride fue enviado a la cárcel alavesa después de que fuera expulsado del colectivo oficial de presos de ETA por su desvinculación de la banda, y por sus posiciones críticas contra la utilización de la violencia y en favor del reconocimiento del daño injusto a las víctimas. Llegó a entrevistarse en prisión con dos víctimas de Hipercor en 2011 y 2012, a los que expresó su proceso de autocrítica y reconoció el dolor injusto generado por el atentado que cometió.

En 2010 se alineó con otros presos críticos que venían organizándose desde años atrás y desmarcándose de ETA. Ese año suscribió el manifiesto del Colectivo de Presos Comprometidos con el Irreversible Proceso de Paz integrado entre otros por Kepa Pikabea, Joseba Urrosolo Sistiaga, Carmen Gisasola, Ibon Etxezarreta o Andoni Alza. Este grupo reclamaba el final definitivo de ETA y se comprometió con la utilización de medios exclusivamente democráticos y pacíficos para resolver las cuestiones políticas. Además reclamaron la necesidad de un reconocimiento, reconciliación y reparación de todas las víctimas.

La autocrítica de ese grupo de reclusos encontró acomodo en la iniciativa del Gobierno entonces liderado por José Luis Rodríguez Zapatero de potenciar las vías de reinserción, de modo que los presos rompieron con ETA pudieran mejorar su situación penitenciaria, aunque manteniendo intacta su fecha de liquidación de condena. Así se forjó lo que se conoce como vía Nanclares y en la que participaron alrededor de treinta presos. Algunos de ellos habían empezado a romper amarras con la organización armada desde mediados y finales de los años 90, e incluso desde el fracaso de la negociación entre ETA y el Gobierno español en Argel.

Permisos y solo a dormir

Con la salida de prisión de Caride, los últimos presos adscritos a la vía Nanclares son Kepa Pikabea, Ibon Etxezarreta y Luis María Carrasco. Al primero de ellos el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria le concedido el tercer grado penitenciario y en los últimos años ha disfrutado de numerosos permisos de salida. Trabaja durante el día y vuelve de noche a la prisión de Martutene algunos días. Fue detenido en Francia en 1994 y cumplirá su pena el próximo mes de diciembre.

También a Ibon Etxezarreta la Audiencia Nacional le concedió a finales del año pasado la posibilidad de salir todos los días de la cárcel para trabajar. Condenado por asesinar en el año 2000 al gobernador civil de Gipuzkoa Juan María Jauregi, se desplaza a diario desde la prisión a Gasteiz para trabajar y regresa solo para dormir. Fue detenido en 2001 y en principio su condena le mantendrá en prisión unos años más, dependiendo de las redenciones que acumule. Tras varios desmarques de ETA y la violencia, fue expulsado de la banda en 2010. En los últimos años ha participado en varios homenajes a Jauregi llegando a fundirse en un abrazo con su viuda, Maixabel Lasa. También se ha reunido fuera y dentro de la cárcel con otras víctimas de ETA.

Por su parte, Carrasco, compañero de comando de Etxezarreta, también tiene un régimen atenuado y solo debe acudir a dormir a prisión, aunque de día trabaja como panadero en la cárcel de Martutene.