bilbao - El PNV dio ayer un tirón de orejas a Pedro Sánchez por su confusa estrategia negociadora para la investidura. Los jeltzales están asumiendo una posición constructiva para que la legislatura comience cuanto antes y optaron por dar vía libre al candidato a la presidencia española con una abstención, como adelantó este periódico. Pero, al mismo tiempo, Aitor Esteban pidió a Sánchez que reconduzca su estrategia y negocie con el PNV en lugar de buscar su mera adhesión, y le recriminó también la ceremonia de la confusión que mantiene con Unidas Podemos, porque en lugar de cerrar el acuerdo con ellos está jugando a varias bandas y pidiendo la abstención al PP y Ciudadanos. A modo de colofón, le recriminó que especule con la aplicación del artículo 155 para suspender el autogobierno catalán, cuando necesita la abstención de los soberanistas. El portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados le pidió que deje de jugar al despiste con las alianzas como si fuera “el mago de la geometría variable”, que haga un esfuerzo negociador también con los propios jeltzales, y que apueste por el “diálogo, la imaginación y la valentía” para abordar el modelo territorial. Le avisó de que el PNV no podría dar estabilidad a una suma que incluyera al actual PP de Pablo Casado, que plantea una involución en materia de autogobierno.

Esteban recibió alguna evasiva de Sánchez. Pero escuchó el mensaje nítido de que Podemos será “el socio preferente con el que quiere colaborar” el PSOE, “y también el PNV”, lo que confirma que el grupo vasco es uno de los aliados en los que quiere apoyarse de manera estable. No obstante, los socialistas están enfrascados ahora en la pugna con Podemos, y realizaron un movimiento poco cortés con el PNV: la ministra Calvo, que lleva las negociaciones, compareció ante la prensa para hablar de las ofertas a Podemos mientras Esteban intervenía en el Congreso.

El PNV aspira a mantener con Sánchez la dinámica de colaboración que tuvieron durante su breve mandato tras la moción de censura. Existe un calendario de transferencias y un cronograma para el Tren de Alta Velocidad, pero estos meses de parálisis han provocado retrasos e incumplimientos. A todo ello se suma que la última reunión que tuvo el PNV con el PSOE para negociar la investidura fue el 8 de julio y, desde entonces, ha habido alguna conversación informal con Esteban, pero no han tenido las reuniones que sí se han producido con partidos como ERC o Compromís, que tiene incluso un documento sobre la mesa. “Tiene que poner más de su parte”, dijo Esteban.

El PNV recuerda a Sánchez que no puede pedir a sus seis escaños un ejercicio de adhesión gratuita. Le dio de plazo hasta la votación de mañana para retomar los contactos y poder contemplar el voto a favor, aunque basta con la abstención en los juegos de alianzas que se están barajando y este dato quita presión a Sánchez. Los jeltzales también tienen claro que cualquier investidura pasa necesariamente por el voto a favor de Unidas Podemos. Sin él, Sánchez no será presidente. Si Podemos se abstuviera, sería necesario el voto a favor y en bloque de los nacionalistas vascos y catalanes, pero ERC y JxCat votaron ayer en contra, y lo máximo que puede suceder mañana es que ERC pase a la abstención. De ahí que Esteban insistiera tanto ayer en que Sánchez e Iglesias solucionen su entuerto.

críticas Esa presión, sumada a la que había ejercido ERC unos minutos antes, y la filtración de que el PSOE ofrece una vicepresidencia y dos ministerios a los de Iglesias, contribuyó a que Unidas Podemos abriera por unos momentos un resquicio al acuerdo con una abstención en la votación de ayer. Esteban avisó a Iglesias de que “la avaricia rompe el saco”, y a Sánchez le recordó que el PNV tiene gobiernos de coalición con un porcentaje de voto superior al suyo. Los avisó de que en septiembre será demasiado tarde y la situación se complicará mucho para los nacionalistas catalanes.

Esteban recriminó a Sánchez que no se quiera abordar que hay dos sociedades, la vasca y la catalana, que “se ven como nación”. “La solución es política”, dijo. “Por eso no entiendo su insistencia en hablar del artículo 155 para no acordar con Podemos, y menos aún cuando necesita la abstención de los grupos catalanes. Es usted desconcertante. O no quiere su investidura, o juega al despiste. Esperamos diálogo, imaginación y valentía, sabiendo que usted tiene unos límites. Lo mismo se lo pido para la reforma estatutaria, que no se cierre absolutamente a las peticiones de una mayoría parlamentaria que se repite una y otra vez”, reclamó.

Sánchez aseguró que sí ha habido interlocución estos días sobre la agenda vasca, las infraestructuras y las transferencias, y que el PSE está siendo “leal” en el estatus, pero que a él le gustaría que el PNV no se “ancle en temas identitarios”. “Es el principal temor que nos traslada el PSE. Espero que en los próximos cuatro años podamos renovar el Estatuto de Gernika, que es el último que queda por renovar”, dijo. Sobre su política de alianzas, llegó a decir que es la misma que la del PNV, que tantea al mismo tiempo al PP y a Podemos para los Presupuestos autonómicos.

Esteban fue uno de los pocos intervinientes que citaron medidas concretas, pero hay dos discrepancias importantes: la transferencia de la Seguridad Social, y los coches diésel. El jeltzale recordó que el Estatuto de Gernika recoge la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, y que “es hora de que al menos nos pongamos a hablar de ello para intentar llegar a un acuerdo”. Sánchez le respondió lacónico: “Sabe que es el principal escollo que tenemos”. Sobre el diésel, Esteban pidió que entienda su preocupación por las penalizaciones, ya que la automoción es el 17% del PIB vasco. Rechazó que Sánchez plantee saltos de la noche a la mañana en un momento de transición.