iruñea - El PSOE no pondrá impedimento, llegado el caso, a que María Chivite presida el Gobierno de Nafarroa con el apoyo de Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra y la abstención de EH Bildu. Su secretario de Organización, José Luis Ábalos, ratificó ayer lo que ya avanzó Pedro Sánchez el pasado jueves: no habrá negociación con la formación soberanista, pero si finalmente opta por abstenerse para facilitar la investidura la dirección federal no podrá obstáculos. “Si no hay negociación ni hay acuerdo, que Bildu se abstenga, vote a favor o vote en contra no depende de uno”, apuntó.

Ábalos oficializaba así el cambio de criterio de la dirección federal en los últimos días. Lo hizo una semana después de que los principales medios de Madrid avanzaran que Ferraz no veía con buenos ojos el Gobierno que plantea el PSN, y que abogaba por dejar gobernar a la derecha. Una posibilidad que alimentaron algunos de sus dirigentes, como Carmen Calvo o el propio Ábalos después de que Javier Esparza ofreciera cambiar los dos votos de UPN en Madrid por el Gobierno de Nafarroa. Fue sin embargo Pedro Sánchez quien fijó el punto de inflexión el jueves por la noche, rechazando el intercambio de cromos con Esparza, y matizando que la línea roja era “pactar” con Bildu, no recibir su abstención. “Se ha planteado que no se negocia esa abstención, nada. A partir de ahí, si Bildu quiere abstenerse, ellos sabrán”, justificó Ábalos.

El criterio deja poco margen de maniobra al PSN, que no puede “ni negociar ni hablar” con la formación soberanista. Una forma de trasladar la responsabilidad ahora a EH Bildu de frustrar el posible Gobierno, y quitársela así al PSN, que había trasladado a Madrid que de ninguna forma iba a acatar un nuevo agostazo. “EH Bildu sabrá qué tienen que hacer”, apuntó Ábalos, que tampoco descartó, una vez lograda la investidura, gobernar con el apoyo de Navarra Suma. “¿O es que van a bloquear todo?”, se preguntó.

La intervención de Ábalos supone un espaldarazo a la posición del PSN, que desde las elecciones ha señalado su voluntad de formar un Gobierno con el apoyo de 23 parlamentarios (los que suma junto a Geroa Bai, Podemos y I-E) sin negociar la abstención de Bildu. Así que María Chivite puede seguir con la hoja de ruta que se había marcado, y que esta semana pasa por la formación de los ayuntamientos.

Una fecha importante para los socialistas, que han ganado representación municipal, y que tiene en su mano la formación de las principales alcaldías. Muchas de ellas, como las de Iruñea, Estella o Barañáin depende del voto del PSN, que ya ha avanzado que no va a dar sus votos para que continúe ningún alcalde de EH Bildu. Será la forma, apuntan en el PSN, de probar ante Madrid de que no hay ningún acuerdo con la izquierda abertzale.

El problema es que la firmeza que el PSN quiere exhibir ante EH Bildu y el rechazo a cualquier reunión que pueda ser interpretada como una negociación complican también la abstención de la coalición abertzale, que no tiene fácil justificar su apoyo a Chivite tras haber perdido buena parte del poder municipal y cuando se le excluye del diálogo. Por lo que en algunos partidos existe la duda de si los socialistas no estarán buscando un voto en contra que evite a Ferraz vetar el posible acuerdo.