BILBAO - Los deficientes resultados de Podemos el pasado domingo están provocando una serie de dimisiones en sus municipios y direcciones regionales más castigadas. Ayer, sin ir más lejos, se conoció la dimisión en bloque de la dirección morada en Castilla-La Mancha -donde la formación se quedó a cero escaños a pesar de que participaba en el Gobierno autonómico- y el abandono de la política del hasta ahora alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, uno de los rostros más conocidos de los llamados ayuntamientos del cambio, que ha perdido la Alcaldía.

Todas estas renuncias se han producido contra el criterio de Pablo Iglesias -que trata de evitar que las estructuras territoriales se le sigan desmoronando- y colocan su liderazgo en una situación delicada. Iglesias por el momento no ha hecho autocrítica y se ha limitado a culpar del mal resultado a la división en la izquierda.

Para colmo, la escisión de Más Madrid se plantea expandir la fórmula a nivel estatal. Parlamentarios electos consultados por Europa Press admiten que exportar la marca más allá de la región “es un objetivo bastante razonable”, ya que hay “unos mimbres estupendos” y un sentimiento de “orfandad política” en la izquierda tras lo que consideran que ha sido el “suicidio político” de Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero.

Pero, más allá de la ruptura en Madrid con el sector de Manuela Carmena e Iñigo Errejón, las cifras de la formación de Iglesias son muy negativas en toda la geografía española, incluso en los territorios donde se ha presentado una única lista en coalición con Izquierda Unida, como es el caso de Castilla-La Mancha, donde sus dirigentes han desoído los llamamientos de la dirección estatal y han renunciado a sus cargos en la Ejecutiva regional.

Así lo anunció ayer la secretaria de Organización manchega, María Díaz, que remitió una carta a su homólogo estatal Pablo Echenique para comunicarle la dimisión inmediata de todo el Consejo de Coordinación regional, que se hace responsable de los resultados del 26-M y de la desaparición del partido en el Parlamento autonómico. De esta forma, la federación mete presión a la dirección estatal para que inicie algún tipo de proceso de renovación en la formación.

Otro de los focos rojos de Podemos en su crisis territorial y sus derivas internas es Galicia, donde las confluencias, que gobernaban la capital coruñesa además de Santiago y Ferrol, se han llevado un severo correctivo en las urnas y se han quedado sin sus alcaldías más relevantes. Por todo ello, el alcalde en funciones de A Coruña, Xulio Ferreiro, ha anunciado su marcha tras ceder el Gobierno municipal al PSOE.

Así, abandona la política uno de los cargos con más peso de las confluencias moradas. Lo hace defendiendo que “cuando no se cumplen los objetivos que uno se pone, se debe actuar en consecuencia y asumir responsabilidades”. Pero Ferreiro no es el único que tira la toalla: a última hora de la tarde de ayer anunció su dimisión el candidato de Marea Pontevedra, Luis Rei. Rei, aunque no contaba con el apoyo de la formación morada en estos comicios, acusó a Pablo Iglesias de llevar a la izquierda al “minifundismo” fomentando la división.

LA CUARTA GESTORA Con la caída de la dirección regional en Castilla-La Mancha, ya son cuatro los territorios donde la formación morada va a ser regida por una gestora, lo que evidencia la profunda crisis que vive a nivel regional. Madrid, tras la renuncia de Ramón Espinar a principios de año; y La Rioja y Cantabria, después de interminables riñas internas; están pendientes de renovar sus ejecutivas, comunidades a las que se le suma ahora La Mancha.

La dirección estatal de Podemos ya ha anunciado, tras recibir la misiva Pablo Echenique, que pondrá en marcha un equipo técnico para hacerse cargo de la federación. La dimisión en bloque no era esperada, por mucho que el secretario general en Castilla-La Mancha, José García Molina, anunciara su marcha el mismo domingo. Por tanto, una gestora más se une al mapa territorial de la formación morada, que tendrá que resolver en primarias autonómicas estas anomalías.

iu culpa a podemos Las aguas bajan revueltas en Unidas Podemos en la comunidad manchega y ayer desde Izquierda Unida -la otra pata de la coalición de izquierdas en la región- se culpó a la formación morada del fracaso electoral. Según explicó su coordinador general Juan Ramón Crespo, la derrota se debe a errores de Podemos como la entrada en el Gobierno regional, y a la organización de la confluencia “a última hora”.