MADRID. Aunque hay quien también ha comparado a este médico jubilado de 73 años, diputado por Burgos, con el Gandalf de "El Señor de los Anillos", por su larga barba blanca, sus incisos durante la sesión han sido más propios de un literato decimonónico.

Echando mano de su experiencia médica, Zamarrón ha comparado el "atasco" que se ha producido a la hora de las votaciones en urna con un "trombo de difícil solvencia" y se ha referido el lugar para depositar las papeletas como la "sacra urna".

Ya con su discurso inicial, Zamarrón ha sentado cátedra al afirmar que "el pueblo español nos pone aquí para que lo representemos en su predicado categorial de ciudadanos" con una dicción cuidada y solemne, con la que ha proclamado el inicio del largo proceso de lectura de los nombres de los 350 diputados.

El tono animado y rápido de la secretaria de edad, Marta Rosique, ha supuesto un cambio de ritmo, aunque su acelerada lectura del listado de nombres durante la votación no ha conseguido hacer circular con la misma celeridad a los diputados que han ido acumulándose en el "foso" del hemiciclo.

Zamarrón ha interrumpido la lectura hasta en seis ocasiones para intentar que se despejase el espacio porque se había montado "una cola más grande que la del pan con la carestía", ha asegurado.

Después ha insistido en que los diputados circulasen para mejorar el "flujo humano" ante el peligro de "trombo" en el "foso" de la Cámara baja, una metáfora médica en la que ha insistido en varias ocasiones porque "propendemos a la trombosis otra vez", ha advertido en una de ellas.

Para finalizar la votación, al ver que seguía el colapso de diputados fuera de sus escaños ha reclamado: "Dejen expedito el pasillo izquierdo, porque tenemos que ir con la sacra urna a ver a Pablo Echenique", antes de dirigirse al escaño del diputado de Podemos con problemas de movilidad.