bilbao - La presión ejercida a varias bandas por el lehendakari y por el PNV, que dejó en el aire hasta el último minuto su aval al decreto de alquileres del presidente Sánchez, ha dado resultados y se ha saldado con la convocatoria de la Comisión Mixta para cerrar cuatro transferencias la próxima semana, antes de que las elecciones generales del 28 de abril pongan en peligro el calendario de traspasos competenciales. El bloqueo se ha superado tras el toque de atención por carta del lehendakari al presidente Sánchez, y tras la presión del PNV con los decretos. Los dos gobiernos han cerrado la parte técnica y cerrarán en las próximas horas la valoración económica. Madrid ha querido lanzar una señal inequívoca de voluntad política sin posibilidad de marcha atrás haciendo pública la convocatoria de la Comisión Mixta y asumiendo ese compromiso irrevocable. El acuerdo está hecho.

Una de las materias encarriladas es la autopista vascoaragonesa AP-68, el traspaso más relevante dentro del paquete de ocho materias que estaba previsto negociar antes de las elecciones, y que permitirá a la comunidad autónoma reforzar su singularidad con la gestión de toda la red de carreteras. Tiene un carácter estratégico y el Gobierno vasco había destacado en público su trascendencia. Ya el año pasado, se transfirió el tramo Burgos-Armiñón de la AP-1.

Como informó ayer este periódico, era una de las competencias más avanzadas y se le ha dado un impulso importante para que se pueda cerrar la próxima semana y transferir a las diputaciones los 77 kilómetros de la vía que arrancan en Bilbao. El Ministerio de Meritxell Batet anunció por la noche en una nota de prensa que convocará la Comisión Mixta la próxima semana (sin fecha exacta) “a fin de adoptar los correspondientes acuerdos de traspasos” sobre la AP-68, la ejecución de la legislación sobre productos farmacéuticos, actuaciones relacionadas con jubilaciones afectadas por ERE, y seguro escolar.

No aparecen en la nota los ocho traspasos que se estaban negociando, y se asume que ya no habrá tiempo para más, pero Madrid ha lanzado el guiño de la AP-68, la más relevante del paquete. Además, la concesionaria del peaje, Abertis, había dado su visto bueno al traspaso. Se mantendrá el contrato previsto hasta el año 2026.

El PNV y el Gobierno vasco han logrado salvar una situación muy delicada, donde las transferencias comenzaban a pintar muy mal y se especulaba ya con que Sánchez pudiera parar las máquinas en el último momento por la presión de la derecha española y su mensaje recentralizador. Los jeltzales habían arriesgado mucho respaldando la moción de censura en contra de Rajoy, y se exponían a terminar casi de manos vacías con Pedro Sánchez, justo en puertas de las elecciones generales y de una campaña donde su principal mensaje es la influencia del voto jeltzale en Madrid para encauzar la agenda vasca. EH Bildu, además, está tratando de arrebatarle ese discurso al PNV y de presentarse ella misma como la que más influye y la que ha decantado el voto en los decretos, aunque finalmente han sido los jeltzales los decisivos y pueden presentar un balance concreto con los traspasos y la convocatoria de la Comisión.

El PNV escenificó su influencia evitando desvelar su decisión sobre el decreto de alquiler hasta el momento de la votación. Tenía dudas, pero apoyó los seis decretos tras haber constatado que Madrid estaba intensificando el cruce de documentos. El consejero de Autogobierno, Josu Erkoreka, había revelado ese extremo unas horas antes, aunque no había acuerdo cerrado todavía. El PNV dio su voto de confianza a Sánchez apoyando los decretos, y unas horas después llegó la nota de prensa de Madrid anunciando estos pasos para cumplir el Estatuto, que es ley.

“El grupo vasco apoya los seis decretos porque son positivos en líneas generales, por responsabilidad y porque hemos apreciado síntomas de activación y compromiso en el Gobierno español que confiamos se traducirán en breve en acciones concretas”, había explicado el PNV en Twitter antes de esa nota. El portavoz jeltzale en el Congreso, Aitor Esteban, aseguró que el problema principal para apoyar los decretos era el clima de desconfianza que se estaba generando entre los gobiernos por el incumplimiento de los compromisos. A esas alturas, aún no existía un acuerdo cerrado, pero el PNV valoró dar su voto a favor por el cambio de actitud que había detectado, aunque no quiso vincular expresamente los traspasos y los decretos.

El Gobierno vasco había elevado el tono en las últimas horas ante el atasco en las transferencias, donde Hacienda únicamente había enviado la oferta económica de un traspaso, el seguro escolar, que además era un asunto menor. El lehendakari expresó por carta a Sánchez su inquietud porque la campaña electoral arrancará el viernes de la semana que viene, la negociación sería más complicada a partir de entonces y, una vez celebrados los comicios, Sánchez pasaría a encontrarse en funciones y su margen para actuar sería muy limitado. Una vez más volvió a demostrarse el axioma de que las transferencias solo avanzan cuando el Gobierno español necesita respaldos para aprobar medidas. La última oportunidad del PNV para hacer valer sus votos era la sesión celebrada ayer en la Diputación Permanente para convalidar los seis decretos de Sánchez, donde el grupo vasco tenía el voto decisivo para convalidar el decreto del alquiler.

acuerdo En ese contexto, el consejero de Autogobierno, Josu Erkoreka, reveló por la tarde que el intercambio de documentación se había intensificado desde la noche anterior a la sesión. Anunció que “se han aproximado posiciones”. En paralelo, el presidente español consiguió que sus seis decretos sociales vieran la luz. Los diputados Aitor Esteban y Mikel Legarda defendieron la posición jeltzale en los decretos del alquiler, la ampliación de permisos de paternidad hasta las 16 semanas en 2021, la recuperación del subsidio de desempleo para mayores de 52 años, las medidas en un escenario de Brexit duro, las contrataciones en la estiba, y la inversión del superávit en autonomías y ayuntamientos. Los respaldaron todos tras unas intervenciones donde no aludieron en ningún momento a las transferencias. Solo se pudo leer entre líneas una alusión cuando Esteban se refirió a los “milagros de última hora”, que le valió que la ministra Calvo se girara en su asiento para sonreírle.