Bilbao - El sector del PDeCAT partidario de repetir la alianza tradicional con el PNV para las elecciones europeas del 26 de mayo observa con pesimismo los movimientos de las últimas horas, y asume ya en privado que las maniobras de Puigdemont, su candidatura y el rumbo político fijado hacen prácticamente inviable la coalición con sus socios históricos. El espacio ideológico de la antigua Convergència lleva meses librando su particular sokatira. En un extremo se encontraban los partidarios de mantener las señas tradicionales de identidad, una política útil e influyente en el Congreso, y su alianza con el PNV para las elecciones europeas. Entre ellos se encontraba el presidente del PDeCAT, David Bonvehí. En el otro extremo, el expresident Puigdemont intentaba recomponer ese espacio a su imagen y semejanza desde la Crida, con una estrategia de internacionalización del conflicto y choque con el Estado. El pulso lo ha ganado Puigdemont ocupando el primer puesto para las europeas con la plataforma JxCat. Este escenario, unido al sorpresivo ataque del expresident contra el testimonio del lehendakari en el Supremo, complica la alianza con el PNV.

Fuentes del PDeCAT consultadas por este periódico no quieren precisar en qué punto se encuentra la relación con el PNV o si se ha producido ya otra conversación tras el breve contacto del domingo. Fuentes jeltzales tampoco quieren destripar los movimientos que se están realizando dentro de la ronda de contactos que anunciaron el lunes para clarificar el panorama con el PDeCAT, y hablar también con los otros socios de la Coalición por Europa de 2014 (Coalición Canaria y Compromiso por Galicia). Además, quieren hablar con partidos baleares. Sin embargo, el PDeCAT sí reconoce que “la cosa no pinta demasiado bien”.

El partido parece asumir ya que la situación tiene difícil solución tras los movimientos de Puigdemont. El portavoz jeltzale en el Congreso, Aitor Esteban, vino a reforzar esta idea cuando aseguró en Radio Popular que el PDeCAT no ha hecho “ninguna propuesta concreta” para la coalición, lo que revela el estado de las cosas; y también dijo que la apuesta de JxCat, “absolutamente en clave catalana, puede dificultar” la alianza y el encaje de otras agendas.

Desde el partido catalán recuerdan que Bonvehí insistió en el consejo nacional del domingo en que su apuesta era la alianza con el PNV, pero a estas alturas parece inviable. El diputado purgado Carles Campuzano puso voz ayer a esa corriente partidaria del pacto con los jeltzales en Radio Euskadi, pero la maniobra de Puigdemont se ha consumado ya y no hay margen para devolver la situación al punto de partida. La pugna ha sido tan descarnada que se ha especulado con una escisión o con una desbandada de cargos concretos del PDeCAT que pudieran actuar por su cuenta y riesgo y participar en las alianzas que estimen oportuno, pero fuentes del partido nacionalista catalán lo desmienten.

De los discursos del PDeCAT se desprende que se ha asumido la situación, al menos hasta que pasen las elecciones municipales y europeas del 26 de mayo. Carles Campuzano, que ha sido purgado de las listas al Congreso tras 23 años de trabajo en Madrid, fue interrogado en Radio Euskadi sobre la posibilidad de una escisión y lo descartó de manera tajante. Argumentó que la tradición del soberanismo útil y eficaz de la antigua Convergència está hoy representada en el PDeCAT, aunque “tras el 26 de mayo habrá que abrir el debate”.

Campuzano no quiso valorar qué nivel de realismo tienen las opciones de repetir con el PNV, pero sí dijo que sería “un excelente compañero” y que sería “una pena que no fuera posible”. El plazo para registrar coaliciones empieza el 2 de abril.