bilbao - Los gobiernos español y vasco se han propuesto mantener viva la negociación de las competencias pendientes con un diálogo constante. No quieren que estas conversaciones se oxiden por las discrepancias y, por ello, decidieron desde el primer momento empezar por las transferencias más sencillas, las que más los unen, frente a las más complicadas que iban a estancar el diálogo en cuestión de días. En ese contexto, los dos gobiernos decidieron la semana pasada adelantar el cruce de la documentación sobre el tramo de la AP-68 entre Bilbao y Zaragoza. Aunque supone una novedad porque hasta las elecciones generales del 28 de abril solo iban a abordar el paquete de siete traspasos previstos para marzo, fuentes del departamento de Josu Erkoreka piden valorar este movimiento en su justa medida, y lo encuadran en el constante flujo de documentación para evitar el bloqueo y dar tiempo a que se puedan superar mientras tanto las resistencias del Gobierno español sobre los trenes.

Según ha podido saber este periódico, el Gobierno de Sánchez se está mostrando más reacio al traspaso en materia ferroviaria, que sí toca cerrar este mes. Los equipos han decidido ir avanzando mientras tanto en aquello que más los une en un momento de discrepancia sobre las nueve líneas de tren de cercanías y Feve, donde contra todo pronóstico existen unas divergencias importantes y hace falta tiempo. La ministra Batet pactó con Erkoreka el año pasado el traspaso de dos líneas, pero la existencia de esa plantilla de trabajo no ha provocado una transferencia inmediata. La vía abierta sobre la AP-68, en principio prevista para julio y que ahora se adelanta, permite seguir avanzando y que el diálogo no se enquiste. El ministerio de Batet confirmó a este periódico que se ha iniciado el cruce de documentos sobre la AP-68 porque “había mucho interés en el Gobierno vasco”, aunque niegan que sea un adelanto en sentido estricto o que el traspaso sea inminente.

Es la última pista que queda de la red de carreteras y sería un traspaso de cierta envergadura. El año pasado se pactó el traspaso de la AP-1 entre Burgos y Armiñón, pero la concesión estaba a punto de finalizar y en diciembre quedó liberada del peaje. El caso de la AP-68 es distinto y, en principio, la concesión a la sociedad Avasa se extenderá hasta el año 2026 y será de pago hasta entonces por una decisión del expresidente Aznar, una medida que fue muy criticada por las diputaciones vizcaina y alavesa. Según fuentes del ministerio de Batet, la concesión no cambiaría con el traspaso y habría que estudiar las opciones posibles, como subrogar el contrato y dejarlo en manos de las instituciones vascas. Se está hablando ya con la empresa.

Este asunto ha servido al Partido Riojano para espolear el discurso del agravio territorial, y exigió que, si el traspaso de produce, también La Rioja se haga cargo de su tramo. La formación, que reaccionó ayer a la filtración a El Correo, reclamó explicaciones al presidente de la comunidad, José Ignacio Ceniceros, y arremetió contra los gobiernos de Rajoy y Sánchez por el “oscurantismo” y los “regalos” a la CAV, en un discurso con marcado tono preelectoral. Por el momento, este asunto solo se ha agitado en La Rioja, aunque en el Estado también existe una oposición radical del PP a completar el Estatuto de Gernika. Se da la circunstancia de que el propio Rajoy ya encarriló con discreción los traspasos de la AP-1 y la AP-68 antes de la moción de censura.

Fuentes de Lakua puntualizan que la negociación se encuentra “muy en los albores”, porque solo se ha producido un intercambio de borradores. “Hemos cruzado documentos sobre todos los asuntos. Pero ahora hay ocho competencias sobre la mesa”, dicen, en referencia a las siete previstas para marzo (líneas de tren, legislación sobre productos farmacéuticos, seguro escolar, escuelas viajeras, ayudas a la jubilación de trabajadores afectados por ERE, y dos organismos de experimentación en obras públicas e innovación tecnológica), y la AP-68, prevista para julio.