BILBAO - El estudiante del campus de Araba agredido por motivos ideológicos el pasado mes de noviembre rompió ayer su silencio para acusar a la UPV/EHU de no haberle respaldado como es debido y de eludir responsabilidades en el ámbito de la seguridad. En una misiva dirigida a la rectora Nekane Balluerka, lamenta que la universidad vasca “no es un lugar de paz”, sino un reducto de la “violencia radical” donde se dan “privilegios” a grupos violentos, por lo que siente “miedo”. El rectorado, por su parte, niega el desamparo al alumno y asegura que acordó con él “medidas de seguridad específicas” en el campus.

Este alumno -que fue golpeado por una quincena de encapuchados por pertenecer a una asociación que defiende la unidad de España- revela que tiene un “enorme miedo” a estar “solo en la universidad” al saber que existe un grupo que quiere verle “en la peor situación” posible. “He de cargar con ello día tras día. A esto se le une la angustia que siento mientras voy por la calle y noto que Vitoria es el lugar en el que menos seguro me siento, concretamente en la UPV”, señala el agredido. Asimismo, acusa a las instituciones de “cierto ninguneo” con su situación y se refiere en concreto a la rectora Nekane Balluerka, a quien muestra su “desconcierto al haber leído que ha mantenido constante contacto con la víctima”, cuando, según asegura, no ha sido así, sino que se interesó por él otro “personal de la universidad”.

Sin embargo, la UPV/EHU niega cualquier tipo de desamparo al agredido y asegura que “ha estado y sigue estando” a su disposición. Además, afirma haber tratado con él su situación y haber acordado medidas específicas para “garantizar su seguridad y el desarrollo de su actividad académica”. En un comunicado, el rectorado dice asimismo que el vicerrector del campus y el decano de la Facultad de Letras, en la que cursa sus estudios la víctima, “han estado en contacto en diversas ocasiones con el alumno agredido, poniéndose en todo momento a su disposición, tanto para cuestiones personales como académicas”.

relata la agresión En su carta, el estudiante desvela también la secuencia de los hechos del día de su agresión. Según cuenta, cuando salía de la “primera y única” reunión de la Asociación de Estudiantes por la Unidad de España (AEDE), una persona se acercó hacia él. “Tras preguntarme si pertenecía al grupo de AEDE, empezó a propinarme puñetazos. Una vez en el suelo, continuaron con patadas y gritos. En ese momento, mientras mis dos compañeras pedían ayuda a gritos, con impotencia, llegaron el resto de jóvenes que continuaron pateándome al grito de español de mierda”, explica.