El secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolái Pátrushev, afirmó ayer que Rusia no quiere una guerra con Ucrania y subrayó que Moscú no amenaza al país vecino.

“No queremos la guerra, no la necesitamos para nada”, dijo Pátrushev, uno de los hombres más próximos al presidente de Rusia, Vladímir Putin, tras depositar una ofrenda floral en el cementerio memorial Piskariov de las víctimas del bloqueo de Leningrado, en San Pertersburgo, durante la II Guerra Mundial.

Según Pátrushev, exjefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), aquellos que pretenden imponer la guerra, sobre todo desde Occidente, se mueven por intereses egoístas. “Hoy dicen que Rusia que amenaza a Ucrania. Es un completo disparate; no hay ninguna amenaza”, dijo el secretario del Consejo de seguridad ruso, citado por la agencia Interfax.

Agregó que “los propios ucranianos, incluidas sus autoridades, declaran que no hay ninguna amenaza”. “Pero altos cargos de Estados Unidos afirman que existe una amenaza y están dispuesto a pelear, suministrando armas, hasta el último ucraniano”, dijo Pátrushev, que agregó que a ellos “no les preocupa si hay o no bajas en cada uno de los bandos”.

El pasado jueves, el presidente de EE.UU., Joe Biden, comunicó a su homólogo ucraniano Volodímir Zelenski, que hay una “clara posibilidad” de que Rusia invada Ucrania en febrero.

Kiev quita hierro

Al día siguiente, Zelenski quitó hierro a la advertencia de Washington y, aunque no descartó una escalada, indicó que Kiev no ve un agravamiento de la situación mayor de los que se han visto con anterioridad.

El mandatario se refería al despliegue de soldados rusos en la frontera con Ucrania en abril de 2021 con el argumento de unas maniobras.

“No creo que la situación sea más intensa que entonces. En su punto más álgido a principios de 2021 fue muy intensa, pero entonces no hubo una cobertura mediática tan fuerte como la que hay ahora. Llevamos hablando de esto desde hace ocho años”, dijo

Las tensiones entre Rusia y Estados Unidos y sus aliados de OTAN se han disparado después de que Moscú emplazara más de 100.000 soldados junto a la frontera de Ucrania.

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, descartó ayer domingo que la Alianza Atlántica llegue a enviar tropas de combate sobre el terreno a Ucrania si Rusia lanza una ofensiva sobre el país.

“Ucrania no es un aliado de la OTAN”, dijo a la cadena británica BBC Stoltenberg, que recalcó que la “garantía de seguridad al 100% de que un ataque sobre un aliado generará una respuesta de toda la Alianza” no se aplica Kiev.

“No tenemos planes para desplegar tropas de combate en Ucrania”, subrayó Stoltenberg, que cuestionado por si contempla algún escenario en el que se llegaran a ver soldados de la OTAN enfrentándose en Ucrania contra efectivos rusos contestó que “no”.

“Nos estamos centrando en ofrecer apoyo a Ucrania. Ayudando a que ejerza su derecho a la autodefensa. Al mismo tiempo, enviamos el mensaje a Rusia de que impondremos sanciones severas si una vez más utilizan la fuerza contra Ucrania”, dijo Stoltenberg. Afirmó que no existe “certeza sobre las intenciones” del presidente ruso, Vladímir Putin, pero alertó del preocupante envío de decenas de miles de soldados a la frontera ucraniana, el uso de “una retórica muy agresiva” por parte de Moscú, así como de los precedentes del “uso de la fuerza” contra Ucrania.

Stoltenberg abogó por una solución diplomática a las tensiones y urgió al Kremlin a desescalar el conflicto.

“La paradoja es que Putin entró en Ucrania en 2014 porque no les gustaba tener a la OTAN cerca de sus fronteras. Pero, cuanto más agresivos sean, los aliados de la OTAN más se acercarán a las fronteras e incrementarán su presencia en la parte este de la Alianza”, dijo el secretario general.

Soberanía limitada

Por su parte, Francia aseguró ayer que está comprometida con el diálogo con Rusia en la crisis por Ucrania pero es consciente de la situación es grave en la frontera entre esos países y avisa de que no transigirá con la intención de Moscú de obtener una soberanía limitada de sus vecinos.

Este es el mensaje del jefe de la diplomacia francesa, Jean-Yves Le Drian, que considera que, desde el punto de vista técnico y militar, la logística que ha puesto Rusia en la frontera con Ucrania está lista para un posible ataque.