Israel ha superado este lunes el umbral de los 1,5 millones de casos de coronavirus tras notificar más de 17.000 durante el último día, en medio de un repunte de las cifras durante los últimos días achacado a la propagación de la variante ómicron.

El Ministerio de Sanidad israelí ha señalado en su página web que durante las últimas 24 horas se han registrado 17.521 contagios, lo que sitúa el total en 1.503.089, con 8.269 muertos. La cifra de positivos roza el máximo, confirmado el viernes.

Asimismo, ha resaltado que en estos momentos hay 119.515 casos activos en el país, incluidos 203 pacientes en estado grave, entre ellos 67 en estado grave y catorce conectados a respiradores a causa de la COVID-19.

Por otra parte, ha manifestado que 6.630.746 personas han recibido al menos una dosis de la vacuna contra el coronavirus, de las cuales 5.971.181 cuentan con la pauta completa y 4.334.563 han recibido una tercera dosis de refuerzo.

El primer ministro israelí, Naftali Bennett, señaló el domingo que entre dos y cuatro millones de israelíes podrían contagiarse de COVID-19 durante esta ola, antes de pedir a la población que tenga paciencia y entienda las medidas de las autoridades.

"Comprendo la frustración y la estoy escuchando", señaló en un mensaje en su cuenta en la red social Facebook. "También tengo hijos en la escuela y estamos también intentando maniobrar en esta situación compleja", indicó, antes de apuntar a "una tormenta que está teniendo lugar en todo el mundo".

"Para empezar, ómicron no es alfa ni es delta. Es contagiosa a unos niveles que no conocemos", señaló, al tiempo que hizo hincapié en que "en Estados Unidos, cerca de un millón de personas se contagia cada día". Asimismo, agregó que el Gobierno trabaja para "mantener la economía tan funcional como sea posible" y "proteger a los más vulnerables".

Por otra parte, arguyó que la variante ómicron "no es un fenómeno único en Israel" y reconoció que "los primeros días al inicio de cada ola son difíciles y confusos, especialmente en una situación en la que las cifras diarias verificadas son enormemente mayores que en oleadas anteriores".

"Adaptamos las decisiones al comportamiento de la variante y al estado de la enfermedad. Entiendo la confusión, la frustración y la alteración de la rutina diaria. Trabajamos para hacerlo lo más fácil posible, pero todos necesitamos paciencia y resiliencia", remachó.