Voluntarios gazatíes cargados con escobas barrían ayer, tercer día de tregua, las calles de la ciudad de Gaza, retirando la metralla, los casquetes, las rocas y el polvo que dejaron once días de escalada bélica.

La campaña Reconstruimos Gaza, lanzada por la municipalidad, sacó a cientos de jóvenes dispuestos a levantar sus vecindarios, cuando la comunidad internacional, una vez más, vuelve a echar cuentas para reconstruir la superpoblada franja palestina, lastrada por el bloqueo y tras otra operación militar israelí.

“Un mensaje que he escuchado repetidamente es que la gente en Gaza está más traumatizada que nunca, que se siente impotente y que ya no tiene esperanza. Los padres dicen que no pueden asegurar a sus hijos que esto no volverá a suceder. ¿Cómo hacerlo después de tantas guerras?”, declaró la coordinadora humanitaria de la ONU en la región, Lynn Hastings.

costes y retos

“Este es nuestro país y reconstruiremos todo lo que destruyó la ocupación (israelí). Mientras estemos vivos, lucharemos con una mano y construiremos con la otra”, declaró una estudiante universitaria.

Con un grupo de jóvenes, de diez hombres y seis mujeres, despejaban las carreteras llenas de escombros en torno a la torre Al Shoroq, que tenía catorce plantas, una de las cinco torres destruidas por los bombardeos israelíes en respuesta a los cohetes que lanzan las milicias de la Franja.

Durante el intercambio de fuego, los ataques de Israel por tierra y aire destruyeron gran parte de la infraestructura, incluidas carreteras y calles principales. Más de mil unidades residenciales y comercios, 56 instalaciones educativas, seis hospitales y once clínicas quedaron afectadas y 800.000 personas tienen problemas de acceso a agua regular, por los daños en el servicio de distribución.

El subsecretario del Ministerio de Obras Públicas y Vivienda en Gaza, Naji Sarhan, aseguró que más de 10.000 viviendas resultaron parcialmente dañadas. Sarhan calcula que las pérdidas económicas por la demolición de edificios e instalaciones residenciales ascienden a más de 123 millones, y que el Ministerio, controlado por el movimiento islamista Hamás, necesita al menos 287 millones para reconstruir el sector de la vivienda, que sufrió graves daños.

De más de 77.000 desplazados, alrededor de 50.000 palestinos que se refugiaron en las escuelas de la Agencia para los Refugiados palestinos en Oriente Medio (UNRWA), regresaron a sus hogares por el anuncio del alto el fuego.

Las oficinas gubernamentales, cerradas al inicio de las hostilidades el 10 de mayo, volvieron a operar desde ayer y el portavoz del Ejecutivo islamista, Salama Marouf, adelantó la creación de un consejo de reconstrucción formado por el gobierno de Hamás, organizaciones de la sociedad civil y donantes de los territorios palestinos y del exterior.

humanitario o político

Se prevé que en los próximas días se lanzará un llamamiento interinstitucional para apoyar los esfuerzos para abordar las nuevas necesidades humanitarias y liberará esta semana más de 14 millones de euros para “restaurar el acceso de las personas a servicios básicos”.

La respuesta humanitaria se activó, mientras, en política, la región espera la llegada del secretario de Estado de EE.UU., Anthony Blinken, para afianzar la tregua entre Israel y las milicias palestinas.

“La escalada ha exacerbado una situación humanitaria ya terrible en Gaza, generada por casi 14 años de bloqueo y divisiones políticas internas, junto con hostilidades recurrentes”, dijo ayer Hastings, la coordinadora humanitaria de la ONU, quien pidió “un diálogo serio para lograr una solución justa y duradera para todos”.

Los enfrentamientos de esta última escalada bélica, la peor desde el año 2014, costó la vida de al menos 248 palestinos, incluidos 66 menores. Doce personas, dos de ellas menores, murieron en Israel durante estos once días de intercambio de fuego.

“El potencial de esta zona costera es inmenso; se debe permitir que su economía funcione plenamente. Gaza debe abrirse y volver a conectarse con el resto de Palestina, incluida Jerusalén Este”, demandó Hastings.

cooperación

El emir de catar brindará su ayuda

El emir de Catar se une a la causa. El emir de Catar, Tamim bin Hamad al Zani, recibió ayer en Doha al líder del movimiento islamista Hamás, Ismail Haniye, con quien abordó la reconstrucción de la Franja de Gaza tras la ofensiva israelí que finalizó el pasado viernes y que causó una gran devastación en el enclave palestino. El jefe de Estado catarí, país que representa el principal respaldo árabe a Hamás, conversó con Haniye sobre los últimos acontecimientos en Palestina y los esfuerzos para reconstruir Gaza, aunque sin precisar la ayuda que prestará Catar. Al Zani reafirmó el continuo apoyo al hermano pueblo palestino y destacó la importancia de que cierren filas para obtener sus legítimos derechos, especialmente el de establecer un Estado independiente sobre las fronteras de 1967.