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Los esfuerzos se centran en imponer más requisitos para el registro de los votantes y en limitar el voto por correo. Los partidarios de los cambios propuestos dicen que “son necesarios para fortalecer la confianza pública en las elecciones”.

Algunos representantes han sido muy explícitos, como Alice O’Lenick, delegada republicana de la junta electoral del condado de Gwinnett, en Georgia, quien informó al Gwinnett Daily Post que el Partido Republicano no puede ganar a menos que se cambien las reglas del juego electoral. “No es preciso cambiarlas todas”, aseguró, “pero hay que cambiar la mayor parte de las mismas para que al menos tengamos la oportunidad de ganar”.

La pugna por descomponer las leyes electorales y restringir el sufragio se está luchando a todo lo largo de la república, pero estas batallas están siendo más sangrientas en un puñado de estados clave donde el Partido Demócrata se podría hacer con la victoria en las próximas elecciones, Arizona, Texas, Florida y Georgia.

Los diputados republicanos del Senado en Arizona han avanzado que apoyarán una ley sobre recuento automático y medidas para abolir la lista permanente de ciudadanos que desean emitir el voto de forma anticipada, así como normas más restrictivas sobre los requisitos de identificación de los votante y notarización del voto por correo. Más aún, el caucus republicano anunció hace ya varios meses que apoyaría la introducción de una ley que permita a la cámara de representantes del estado (de mayoría republicana) anular la certificación del voto del secretario de estado.

En la práctica esto supone, simplemente, que la cámara de representantes tendría el poder de anular el derecho de voto de la ciudadanía. En palabras de la secretaria de estado demócrata Katie Hobbs, “si no están contentos con el resultado, simplemente lo pueden cambiar”.

Leemos en Político que el presidente del Partido Republicano de Texas incluso ha pedido a la cámara del estado de la estrella solitaria que haga de la “integridad electoral” la máxima prioridad legislativa en 2021, solicitando, entre otras cosas, una reducción del número de días para votar con antelación. Además, el caucus republicano ha presentado proyectos de ley tendentes a endurecer los criterios de solicitud del voto por correo y la verificación de la ciudadanía. Jason Miller, uno de los principales asesores de Trump, expresó ante Just The News que el expresidente quiere “seguir colaborando en los esfuerzos por asegurar la integridad del sistema electoral”.

En Florida se han introducido medidas encaminadas a impedir el ejercicio del voto por correo sin “una causa justificada”, un derecho que más de cinco millones de ciudadanos -la inmensa mayoría demócratas- ejercieron en las elecciones de noviembre de 2020.

Georgia constituye el epicentro del esfuerzo republicano por cercenar el ejercicio de los derechos electorales. Allí, el caucus republicano ha presentado doce medidas legales “para garantizar un transparente ejercicio del derecho al voto”. Las leyes sobre la emisión del voto en Georgia han sido históricamente una fuente de controversias. Un informe de la American Civil Liberties Union (ACLU) publicado en el otoño de 2020 descubrió que 198.000 ciudadanos de este estado habían sido ilegítimamente eliminados del registro electoral, una purga que afectaba fundamentalmente a los jóvenes y a las minorías, que son una fuente de voto azul.

Dado que más de un tercio de los votos en favor de Biden en Georgia se emitieron por correo, y que prácticamente el 82% de los votos por correo fueron azules, el caucus republicano del Senado de Georgia ha respaldado la medida encaminada a no otorgar el derecho de “voto ausente” (por correo) si no existe una causa de peso que impida físicamente a la persona acudir a las urnas. También en Pensilvania, los diputados republicanos han manifestado su intención de introducir leyes sobre identificación de votantes y sobre la derogación de la ley de voto por correo sin excusas (no-excuse absentee voting).

El gobernador republicano de Georgia, Brian Kemp, pretende impulsar un importante paquete de medidas, desde imponer límites sobre quién es elegible para votar por correo hasta limitar el uso de buzones electorales. En virtud del proyecto de ley sobre voto por correo, se exigirá a los votantes que presenten no uno sino dos documentos de identificación con fotografía, además de la solicitud para votar por correo.

El humorista Trevor Noah está en lo cierto al afirmar que hace unas décadas ser segregacionista era más fácil. Bastaba con gritar “¡negros no!”. En la actualidad los supremacistas tienen que investigar qué es lo que motiva el voto negro para impedir que se manifieste. Tal es el caso de una de las medidas legales más curiosas impulsadas desde el Partido Republicano en Georgia: prohibir la emisión del voto los domingos a fin de impedir los tradicionales souls to the polls, la costumbre de las comunidades cristianas negras de ir a votar colectivamente después de oír misa el domingo por la mañana.

Otra de las proposiciones de ley va más allá al literalmente prohibir que se dé o se ofrezcan “alimentos y bebidas” a un votante que espera en la cola para ejercer su voto… Si la proposición es aprobada, dar agua a un votante será considerado un crimen. Y esto ocurre en el estado del melocotón, donde habitualmente se registran colas de hasta doce horas para ejercer el voto en algunos de los barrios más azules, sin duda otra medida disuasoria.

Según un informe del Centro Brennan, no se trata de iniciativas aisladas. En los dos primeros meses de 2021 se han registrado 165 proyectos de ley en 33 de las 50 cámaras de representantes de la república, tres veces más que el número de proyectos de ley para restringir el derecho al voto en los dos primeros meses de 2020.

Los estados controlados por una mayoría republicana han aprobado regularmente leyes de identificación de votantes más estrictas, especialmente después de que la Corte Suprema anulara en 2013 la sección de la ley federal que requería que algunos condados y estados con antecedentes de discriminación, incluidos Arizona, Georgia y Texas, obtuvieran aprobación previa del Departamento de Justicia para realizar cambios en las leyes sobre el ejercicio del derecho al voto.

Es obvio que el Clan del Elefante Rojo ha perdido la confianza en el poder de sus ideas para persuadir a los votantes y ganar las elecciones. Además, solo unos pocos diputados republicanos han sabido decir la verdad. Tal es el caso del senador republicano de Georgia Burt Jones, que afirmó sin ambigüedades ante la CNN que en su opinión “ejercer el voto en este país era un privilegio”, pero omitió añadir “reservado a unos pocos blancos”. La mayoría del caucus republicano ha decidido tirar de la manta de la vieja mentira trumpiana sobre fraude electoral y barrer el ejercicio más puramente democrático de una sociedad, emitir un voto.