El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha asegurado que el juicio político iniciado por los demócratas en la Cámara de Representantes tras el asalto al Capitolio forma parte de la "caza de brujas" contra él y ha advertido de que provoca un "enorme enfado".

Los demócratas acusan a Trump de "incitar a la insurrección" por la entrada de cientos de sus seguidores a la sede del Congreso el 6 de enero. El mandatario evitó condenar este ataque en sus primeras declaraciones y no lo hizo hasta un día más tarde, después de que se disparasen las dimisiones e incluso las amenazas de cese.

Trump, que ha hablado con los medios antes de partir hacia Texas, ha abogado de nuevo este martes por la "no violencia" y ha catalogado de "peligroso" que los demócratas quieran volver a apartarle del cargo --ya lo intentaron sin éxito a principios de 2020 también por la vía del 'impeachment'--, según CNN.

"En realidad es la continuación de la mayor caza de brujas de la historia política. Es ridículo, absolutamente ridículo", ha sentenciado en declaraciones a los periodistas. En este sentido, ha acusado directamente a los principales líderes demócratas en el Congreso, Nancy Pelosi y Chuck Schumer, de poner en riesgo al país.

Trump arengó a sus simpatizantes coincidiendo con la sesión conjunta del Congreso para certificar la victoria electoral de su rival, Joe Biden, en los comicios de noviembre. Lo hizo después de pedir públicamente al vicepresiente, Mike Pence, máximo representante del Senado, que frenase el proceso.

Trump y Pence se vieron el lunes en la Casa Blanca, en su primer encuentro desde el asalto al Capitolio. Según fuentes consultadas por varios medios, la reunión duró alrededor de hora y media y se desarrolló en un tono cordial, a pesar del cada vez más evidente distanciamiento político entre ambos.

Pence se ha convertido en protagonista de estos últimos días por los llamamientos a invocar la Vigésimo Quinta Enmienda de la Constitución, que faculta al vicepresidente a reunir una mayoría de gobierno con la que desbancar al presidente.