- El coronel Assimi Goita fue designado ayer presidente del Comité Nacional para la Salvación del Pueblo (CNSP), el órgano creado el martes por los golpistas que derrocaron al presidente Ibrahim Boubacar Keita y disolvieron la Asamblea Nacional.

Goita era hasta ayer el responsable de las Fuerzas Especiales en el centro del país, la región más golpeada por el terrorismo y la violencia intercomunitaria en los últimos años.

Cinco uniformados, entre ellos Goita, comparecieron ayer por la mañana ante la televisión pública maliense ORTM y leyeron un comunicado en el que confirmaron el derrocamiento del régimen de IBK y prometieron una transición hacia unas elecciones “en un plazo razonable” que no precisaron.

Esta primera aparición pública de los golpistas fue un recordatorio de los males que aquejan a Mali: corrupción política, violencia étnica y sectaria y desintegración territorial, con el añadido de la cantidad de bajas soportadas por los “hermanos uniformados” en ataques armados.

Los militares decretaron el toque de queda nocturno y el cierre de las fronteras aéreas y terrestres del país “hasta nueva orden”, aunque este cierre ya había sido anunciado horas antes por los países vecinos, agrupados junto con Mali en la Comunidad de Estados de África del Oeste (CEDEAO).

La CEDEAO emitió el martes un comunicado en el que suspendía la participación de Mali en todos sus órganos de decisión, pedía a sus miembros que adoptara sanciones contra los golpistas y solicitaba la “activación de la fuerza de la CEDEAO”, amenaza velada de una intervención militar.

Una delegación de la CEDEAO, que ha tenido un importante papel de mediación en la profunda crisis que vive Mali desde las pasadas elecciones legislativas de abril -contestadas por la oposición como fraudulentas- era esperada hoy en Bamako, pero su visita se descarta por el momento y queda por ver si podrá jugar algún papel negociador.

Por el momento, los golpistas han tratado de calmar a la opinión pública internacional subrayando la validez de los Acuerdos de Argel de 2015, que han servido como frágil base de reconciliación nacional en los últimos años pero no han conseguido ni desarmar las numerosas milicias ni terminar con la violencia, que se ha extendido desde el noreste hacia casi todo el país.

Por su parte, la Unión Africana (UA) suspendió ayer a Mali como miembro de la organización hasta que se restaure el orden constitucional en ese país.

En un breve mensaje publicado en su cuenta de la red social Twitter, el Consejo de Paz y Seguridad de la UA -organismo de la institución panafricana para la prevención, gestión y resolución de conflictos- anunció que “suspende a Mali de la Unión Africana hasta la restauración del orden constitucional”.