Madrid - Las delegaciones oficiales que intervienen en la cumbre del clima COP25 de Madrid han agilizado durante los primeros días una compleja negociación y están identificando los posibles “cuellos de botella” que pueden complicar los acuerdos. Aunque arrancó el lunes con la presencia de más de cincuenta jefes de Estado y de Gobierno, la cumbre climática ha entrado en una fase muy técnica de negociación, antes del inicio, la próxima semana, del tramo ministerial.

Uno de los principales escollos, pendientes de resolver desde hace varios años, es el desarrollo del artículo 6 del Acuerdo de París, el que regula cómo funcionan los mercados de carbono, aunque la falta de consenso en Madrid no impediría la plena entrada en vigor del pacto.

Es uno de los aspectos más complejos y sofisticados del Acuerdo de París, y las partes han preferido siempre ralentizar la solución definitiva ante la falta de consenso; prefieren el “no acuerdo” al “mal acuerdo”. Fuentes conocedoras del transcurso de las negociaciones han subrayado que ya circula un primer borrador al respecto, aunque este está todavía muy abierto y deberá pasar varios filtros antes de ser debatido por los jefes de cada delegación y de someterlo al visto bueno de los ministros la próxima semana.

Sobre la mesa de las negociaciones están los informes del panel intergubernamental de expertos IPCC que asesora a la ONU en materia de cambio climático, que se han hecho públicos durante los últimos meses y que alertaban de los efectos más catastróficos de la crisis climática.

Mejor ni verlo ni conocerlo Algunos países ya habían expresado su deseo de que esos informes, que ayer se volvieron a presentar en el marco de la COP25, no se incorporaran a las negociaciones oficiales.

Todavía está por comprobar el papel que va a desempeñar la Unión Europea (UE), reconocida por muchas partes como el motor que está empujando a la comunidad internacional a comprometerse con una mayor ambición climática.

La próxima semana y coincidiendo con el final de la Cumbre de Madrid, el Consejo Europeo tiene previsto aprobar un paquete de medidas para conseguir la neutralidad de carbono (cero emisiones) en el año 2050. Sin embargo, las posiciones de todos los países europeos no están definidas, debido a la alta dependencia que muchos Estados del este tienen todavía del carbón y la necesidad de encontrar y habilitar fondos para que puedan hacer una transición que no resulte dramática.

Además de los informes del IPCC que se presentaron ayer en la sede de la COP -alertan de la subida del nivel del mar, de los riesgos asociados al uso abusivo del suelo y la deforestación y del catastrófico impacto que tendrá un incremento de la temperatura por encima de dos grados- ayer miércoles se puso sobre la mesa de los negociadores nuevos estudios igual de contundentes que los conocidos hasta ahora.

Para vacas, las de antes Según el consultor internacional en ganadería y medio ambiente Pablo Manzano, el ganado vacuno sufre una “demonización en el discurso público” por su potencial contaminante que no está justificado, un hecho que se extiende al resto de especies ganaderas extensivas -tradicionales- (ovino y caprino).

En su participación en una mesa redonda celebrada en la Cumbre, Manzano defendió ayer que la ganadería “no tiene tanta culpa, como se le echa, sobre el cambio climático” y apuesta por actuar en las producciones intensivas -industriales-.

En ese sentido, lamentó que la acción política mundial se esté centrando en grandes rumiantes como el vacuno, por su emisión de metano, y no en granjas intensivas: “Se está perdiendo el foco”.

A su juicio, esto se debe al discurso que tiende a culpar principalmente de las emisiones a las producciones en extensivo. Para Manzano, las granjas intensivas hacen un mayor uso de combustibles fósiles, cuya combustión emite dióxido de carbono que permanece durante “miles de años en la atmósfera”, en contra de lo que le ocurre al metano.

El coordinador en Ecologistas en Acción de la campaña Stop ganadería industrial, Daniel González, cree que la crisis climática está “muy relacionada” con ese tipo de ganadería, “aunque, en principio, se hable más de otros sectores”. Es partidario de analizar el modelo agroindustrial para “intentar revertir” la situación y “atajar el incremento de la temperatura global”. Además, ve oportuno hacer propuestas “concretas” de modelos “alternativos” de producción, como el de “la ganadería extensiva”, para “evitar estas repercusiones ambientales”. Desde esta plataforma plantean considera que se necesitan nuevas políticas que hagan un “cambio” del modelo productivo “que permita un futuro”. - Efe