Bruselas - Parece que la paciencia europea de la que hacía gala Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión, hace unos días está llegando a su fin. Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, sorprendía ayer con un tuit contra Boris Johnson con un inusual tono elevado de Bruselas a Londres. “No quieres un acuerdo, ni una extensión, ni revocar [el artículo 50], quo vadis?”, ha interpelado el polaco.

“Lo que está en juego no es ganar un juego de culpas estúpido. Lo que está en juego es el futuro de Europa y del Reino Unido, así como la seguridad y los intereses de las personas. No quieres un acuerdo, ni una extensión, ni revocar [el artículo 50], quo vadis?”. Con este tuit sorprendía ayer martes a propios y a extraños Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo.

Simon Coveney, ministro de Asuntos Exteriores irlandés, se sumaba al mensaje de Tusk. Citando su tuit y afirmando que es “difícil no estar de acuerdo”. “Refleja la frustración en la Unión Europea y todo lo que está juego para todos nosotros. Seguimos abiertos a consumar el Acuerdo del Brexit pero necesitamos que el Gobierno británico trabaje con la Unión Europea para conseguirlo”, señalaba.

Sus palabras llegan después de unas filtraciones en la prensa británica sobre la llamada de ayer entre la canciller Angela Merkel y el líder tory. Según los medios locales, Merkel habría transmitido a Johnson que la Unión Europea solo aceptará un acuerdo que mantenga a Irlanda del Norte dentro de la Unión Aduanera, algo que no contempla el plan presentado por Johnson la semana pasada.

a punto de la ruptura Merkel habría sido clara, sin esta condición el acuerdo sería “altamente improbable”. Downing Street reconoce que “las conversaciones están a punto de romperse”, según las mismas fuentes. “El intento del Gobierno británico de echar la culpa del fiasco del Brexit a todos menos a sí mismo -ayer a Merkel- está patéticamente claro”, afeaba Nicola Sturgeon, ministra principal de Escocia.

La Comisión Europea ha rechazado hacer algún comentario sobre esta llamada. “La posición de la Unión Europea no ha cambiado. Queremos un acuerdo y estamos trabajando con el Reino Unido. Pero bajo ninguna circunstancia aceptaremos un acuerdo que vulnere los Acuerdos de Viernes Santo”, señaló Mina Andreeva, portavoz del Ejecutivo comunitario, en la rueda de prensa diaria.

la culpa es tuya El Brexit entra en unos días clave y la tensión se palpa a ambos lados del canal de La Mancha. Ni la Unión Europea ni el Reino Unido quieren pasar a la historia como los culpables de un divorcio a las bravas que tendría consecuencias desastrosas para millones de ciudadanos. Sin embargo, Londres no está poniendo las cosas nada fáciles para ello. Boris Johnson presentó la semana pasada a Bruselas su último plan del Brexit. Un documento que para muchos es una provocación y no un deseo serio de negociación. En su escrito oficial enviado a Bruselas, el líder conservador desbroza su plan dos fronteras para cuatro años, que contempla la creación de controles fronterizos sobre el terreno y sobre el mar de Irlanda. Un precio demasiado alto para Dublín y para la propia Unión Europea, que siempre se han mostrado en contra de las soluciones que pongan el riesgo el Mercado Único y la paz y economía de la isla irlandesa.

El problema es que el calendario es demasiado ajustado. El Elíseo espera que las negociaciones técnicas lleguen a su fin a finales de esta semana. Algo que parece poco probable. La cumbre decisiva es los próximos días 17 y 18, pero cuatro días antes los ministros de Asuntos Generales deberían tener el acuerdo encauzado para presentárselo a los 27 líderes de Estado y de Gobierno.

La opción más lógica sería conceder al submarino amarillo otra extensión, como avala una mayoría del Parlamento británico. Pero Johnson ya ha señalado que prefiere estar “enterrado en una fosa” antes de sucumbir a este escenario. Si la UE y el Reino Unido consiguiesen un acuerdo en el Consejo de otoño, Westminster y la Cámara de los Comunes tendrían menos de dos semanas para aprobarlo. David Sassoli, presidente de la Eurocámara, se reunirá en breve con Johnson en Londres en medio del fuego de culpas cruzado a ambos lados del canal de La Mancha.

El juego de culpas entre Tusk y Johnson se precocinó en la cumbre del G7, que celebró Biarritz a finales de agosto. “Espero que Boris Johnson no quiera pasar a la historia como Mister No Acuerdo. La Unión Europea está preparada para escuchar ideas realistas y aceptables por todos los Estados miembros, y eso incluye Irlanda”, señaló Tusk a través de Twitter.

“He sido muy claro en que no deseo un no acuerdo y en que tenemos que deshacernos del backstop. Si el señor Tusk no quiere pasar a la historia como Mister No Acuerdo debe tener esto en cuenta”, contestó el líder británico.