Londres - El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció ayer la suspensión temporal del Parlamento, un polémico paso que recibió la aprobación de la reina Isabel II poco tiempo después de presentar la solicitud, a pesar de que la oposición lo ha criticado con dureza y que se ve como “antidemocrático” por entorpecer los planes para evitar un Brexit sin acuerdo.

En un momento incierto para la política nacional, el líder tory ha generado un seísmo político al confirmar sus planes de cerrar los Comunes desde la segunda semana de septiembre hasta el 14 de octubre, cuando se llevará a cabo la ceremonia de apertura de la nueva legislatura, el llamado Discurso de la reina. Tras el receso estival, estaba previsto que las sesiones parlamentarias se retomasen el próximo 3 de septiembre, pero el nuevo calendario desvelado ayer deja apenas margen de maniobra a los diputados contrarios a un divorcio abrupto para poder idear nuevos mecanismos legales con los que intentar bloquear ese escenario.

El Consejo Privado de la soberana británica anunció ayer por la tarde que cumplirá con la solicitud del Gobierno y prorrogará las sesiones del Parlamento “no antes del lunes 9 de septiembre y no más tarde del jueves 12 de septiembre”. Las cámaras cesarán su actividad durante unas cinco semanas, en lugar de las tres semanas de receso que estaban previstas entre esas fechas para facilitar las conferencias de los partidos británicos.

En una misiva enviada ayer por Johnson a los parlamentarios para explicarles sus intenciones, el premier insistió en que dispondrán de un “margen amplio” para poder debatir el Brexit antes de la celebración del Consejo Europeo del 17 y 18 de octubre, que resultará clave para este país.

El político aseguró que es “totalmente incierto” que tras su anuncio se esconda una segunda intención de atar las manos de los detractores del no deal (no pacto) y defendió que obedece a la intención de su Gobierno de “sacar adelante una ambiciosa y valiente agenda legislativa” sobre la que podrán votar en octubre. En ella, agregó, lograr un posible acuerdo de Brexit con Bruselas será uno de los “temas centrales” y “prioritarios”. “Tengo la intención de sacar adelante una nueva, ambiciosa y valiente agenda legislativa para la renovación de nuestro país tras el Brexit”, notificó.

El Parlamento tendrá la ocasión de votar sobre los planteamientos de la salida de Londres del bloque comunitario “los días 21 y 22 de octubre”, una vez se conozca la decisión de Bruselas, según Johnson.

Aluvión de críticas Los planes de Johnson, anunciados a poco más de dos meses para la fecha del Brexit, el 31 de octubre, han levantado un profundo malestar en la política británica. El aluvión de críticas demoledoras a sus planes ha tensado más la situación política y un grupo multipartito formado por más de 70 diputados valora ya la posibilidad de recurrir a la Justicia para bloquear la suspensión parlamentaria.

El líder de la Cámara de los Comunes, el tory John Bercow, tildó el gesto de Johson de “aberración constitucional”, mientras que el líder laborista Jeremy Corbyn dijo que supone una “aberración y una amenaza a la democracia”. Corbyn se mostró “espeluznado frente a la osadía del Gobierno de Johnson, que habla de soberanía y, sin embargo, busca suspender el Parlamento para evitar el escrutinio a sus planes para un temerario Brexit sin acuerdo”.

El dirigente del principal partido de la oposición se dirigió a la reina Isabel II para recalcar que interrumpir la actividad parlamentaria “no es aceptable” y acusar a Johnson de “avasallar la democracia” británica. Corbyn anunció además que ha escrito a 116 diputados tories e independientes, entre ellos la ex primera ministra Theresa May y el extitular de Economía Philip Hammond, pidiendo su apoyo para respaldar mecanismos que permitan abortar una salida brusca de la UE.

Precisamente, Hammond opinó que sería “una aberración constitucional impedir al Parlamento pedir cuentas al Gobierno en un momento de crisis nacional. Profundamente antidemocrático”.

Por su parte, la ministra principal de Escocia, la independentista Nicola Sturgeon, retó a Johnson a convocar elecciones generales antes del 31 de octubre, opción descartada por el líder tory.

La clausura temporal y durante un periodo corto de tiempo de la Cámara es una medida que se pone en marcha al término de cada sesión parlamentaria -de 12 meses de duración-, si bien esta última ha durado dos años, desde las últimas elecciones generales de junio de 2017.