Barcelona / Roma / París - Open Arms señaló ayer que la posibilidad de que su barco atraque en un puerto sin permiso por motivos humanitarios es “el último recurso” por el que optarían en una situación de emergencia extrema. El barco de la ONG española ha cumplido ya once días con 160 personas a bordo frente a la isla de Lampedusa, en Italia, a la espera de que se le permita desembarcar, después de las negativas de los gobiernos italiano y maltés.

El fundador de la ONG Open Arms, Óscar Camps, declaró ayer en una entrevista a RAC1: “La estabilidad emocional a bordo del Open Arms empieza a ser difícil. Nos veremos obligados a entrar a puerto por motivos humanitarios, con todas las trabas administrativas y judiciales que puede comportar”. Sin embargo, fuentes de la ONG matizaron después estas declaraciones asegurando que: “Nuestra obligación es cuidar a los inmigrantes rescatados y resistir, entrar en un puerto sin permiso por motivos humanitarios sería el último cartucho, jamás pondremos en peligro la vida de las personas a bordo”.

Los responsables del buque también lograron permiso ayer para evacuar a tres personas por motivos de salud. Se trata de una mujer con una posible neumonía, un hombre con tuberculosis y otra mujer con un historial de tumor cerebral. Las dos mujeres serán evacuadas en helicóptero hacia Malta, mientras que el hombre será trasladado a Italia en otra embarcación, que enviarán las autoridades italianas, dio la ONG.

El actor Antonio Banderas calificó de “horror” la situación de la nave en una rueda de prensa en Marbella. Banderas considera que este problema “tiene que ver mucho con lo que está pasando en el mundo”.

Por su parte, el fundador de la ONG lanzó un mensaje de socorro, al alertar que “la situación es muy difícil de gestionar, también dentro del equipo del Open Arms”. “Nadie entiende por qué llevamos diez días a la deriva sin tener ninguna comunicación oficial de la administración, si tanto el barco como la tripulación son españoles”, remarcaba ayer.

La embarcación socorrió a 55 personas el 1 de agosto, entre ellos dos bebés mellizos y una mujer embarazada, justo cuando la balsa en la que navegaban estaba “a punto de naufragar” y entraba agua, explicó entonces Camps. Al día siguiente fueron rescatadas otras 69 personas, incluidas dos mujeres embarazadas. Posteriormente, tuvieron que ser desembarcadas tres mujeres por motivos de salud.

En la madrugada del 10 de agosto, La Valeta pidió a Open Arms que asistiera a una embarcación en peligro con 39 personas, y horas después se ofreció a acoger a estos últimos rescatados, desentendiéndose de los otros 121 porque, justificó el Gobierno maltés en un comunicado, estos no habían sido auxiliados en aguas de responsabilidad maltesa. Para no alterar la convivencia a bordo, la tripulación rechazó el ofrecimiento de Malta y reiteró que todas las 160 personas debían ser desembarcadas.

El ministro del Interior Matteo Salvini ha asegurado que la embarcación será multada si entra en aguas territoriales, de acuerdo con la nueva ley del país, una amenaza avalada ya por ley italiana. - Efe