LISBOA. La lluvia caída durante la noche contribuyó a controlar los frentes de Vila de Rei e Mação, aunque aún no se apagaron las llamas.

"La situación es considerablemente más favorable en comparación con el final del día de ayer", dijo hoy el comandante Luís Belo Costa, coordinador de las operaciones contra el fuego.

"Aún hay puntos de combustión viva pero no se puede considerar un frente activo", afirmó durante una comparecencia ante los medios para anunciar el primer informe de la jornada.

Los incendios, que han arrasado más de 8.500 hectáreas, obligaron a atender a 39 personas, entre ellas 15 heridos leves y uno de extrema gravedad, que permanece en coma inducido.

Según Protección Civil, solo en el distrito de Castelo Branco, el más afectado, continúan trabajando unos 1.200 bomberos y 380 vehículos.

Las autoridades se mantienen en alerta porque esperan un cambio en la meteorología en las primeras horas de la tarde, con vientos y elevadas temperaturas en la zona central del país.