Teherán - La confrontación entre Irán y Estados Unidos ha salpicado en la última semana al Reino Unido, con el que a Teherán se le ha abierto un nuevo frente de tensión tras la detención de un petrolero iraní en el estrecho de Gibraltar.

El incidente que tuvo lugar ayer entre un petrolero británico y embarcaciones iraníes en el estrecho de Ormuz -desmentido por Teherán- añade inestabilidad en esta estratégica zona, por la que cruza una buena parte del crudo mundial.

El ministerio británico de Defensa expresó su inquietud por un incidente con uno de sus petroleros en el estrecho, después de que una fragata de la Marina británica impidiera que unas embarcaciones iraníes lo interceptaran.

El buque The British Heritage salía del golfo Pérsico cuando los iraníes trataron de impedir que navegase por el estrecho de Ormuz, lo que obligó a la intervención de la fragata HMS Montrose. “Contrario al derecho internacional, tres embarcaciones iraníes intentaron impedir el paso de un buque comercial, el British Heritage, por el estrecho de Ormuz”, señaló un portavoz de Defensa. “Esto obligó al HMS Montrose a tomar posición entre las embarcaciones iraníes y el British Heritage y hacer una advertencia verbal a los barcos iraníes, que entonces se apartaron”, añadió.

El portavoz de Defensa dijo que el ministerio está “preocupado por esta acción y sigue pidiendo a las autoridades iraníes que bajen (la tensión) de la situación en la región”.

El ministro británico de Comercio Internacional, Liam Fox, agradeció en el Parlamento a la tripulación del HM Montrose la protección brindada en Ormuz y destacó que el Reino Unido tiene el “deber” de facilitar recursos a las Fuerzas Armadas.

“Nuestro agradecimiento va a la tripulación del HMS Montrose y a todos aquellos que protegen la seguridad de un tráfico marítimo internacional y es nuestro deber como Parlamento asegurar que todas nuestras fuerzas tengan los recursos suficientes”, añadió Fox.

Este incidente se suma a los ocurridos en la zona en las últimas semanas y que han aumentado las tensiones entre Washington y Teherán. El pasado 20 de junio Irán abatió un dron de la Armada de EE.UU. cuando, según Teherán, entró en su espacio aéreo para tareas de vigilancia, pero, según el Pentágono, el aparato se encontraba en misión de reconocimiento sobre aguas internacionales.

El presidente iraní, Hasan Rohaní, manifestó ayer que el Reino Unido ha creado “inseguridad en los mares” con la detención de un petrolero iraní en Gibraltar, y advirtió de “consecuencias”. “Los británicos son los iniciadores de la inseguridad en los mares y esperamos que no lo repitan (la incautación del petrolero la semana pasada), porque propagarán la inseguridad en todo el mundo”, advirtió Rohaní.

El superpetrolero Grace 1 fue interceptado la semana pasada por la Marina Real británica (Royal Navy) en el estrecho de Gibraltar a partir de una petición de EE.UU. por, supuestamente, haber violado las sanciones de la Unión Europea (UE) contra el país árabe. Las autoridades de Gibraltar creen que el buque llevaba petróleo a la refinería de Banyas, en Siria, propiedad de una entidad sujeta a sanciones de la UE, pero Irán niega que el país árabe fuera su destino.

Presiones El pasado 6 de julio, la Casa Blanca informó de que el presidente Trump, y la primera ministra británica, Theresa May, habían conversado sobre diferentes maneras de presionar a Irán para evitar que se haga con una bomba nuclear. No obstante, Londres se mantiene cauto en este asunto y sigue respaldando -junto a Francia, Alemania, Rusia y China- el acuerdo nuclear de 2015.

A la presión económica de Estados Unidos contra Irán se suma la militar. El miércoles se confirmó que los Departamentos de Estado y de Defensa estadounidenses trabajan para crear una coalición internacional que vele por la seguridad de los buques en los estrechos de Ormuz y de Bab el Mandeb.