Berlín - El anuncio de dimisión de la líder de los socialdemócratas alemanes, Andrea Nahles, de sus cargos al frente del partido supone una nueva prueba de resistencia para la coalición de gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, que reiteró ayer su compromiso de llevar adelante un Ejecutivo estable.

“Continuaremos trabajando en el gobierno con toda seriedad y sobre todo sentido de responsabilidad, porque los temas que tenemos por resolver están sobre la mesa”, tanto en lo que respecta a Alemania, como a Europa y a la situación en el mundo, declaró la canciller en una comparecencia ante la prensa.

Con mayor claridad se expresó una hora antes la desde diciembre sucesora de Merkel al frente de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Annegret Kramp-Karrenbauer (apodada AKK), quien ratificó el compromiso del bloque conservador con la coalición de gobierno tras la renuncia de Nahles. “Para la CDU éste no es el momento de planteamientos tácticos. Mantenemos nuestro compromiso con la gran coalición y queremos servir con una buena política de gobierno a nuestro país”, señaló.

AKK dijo partir de la base que el Partido Socialdemócrata (SPD) revolverá ahora con rapidez la cuestión de la sucesión de Nahles al frente de la formación y del grupo parlamentaria, de manera que “el funcionamiento de la gran coalición no se verá así afectado”. Ambas expresaron su respeto hacia la decisión de Nahles, destacaron su personalidad con “carácter” y la calificaron de interlocutora “honesta y confiable”.

Esta no es la primera vez que la situación de la gran coalición de gobierno, formada con grandes dificultades seis meses después de las generales de 2017, despierta dudas sobre su continuidad. Ya en verano pasado, las diferencias internas -por la política migratoria y la figura del controvertido ya exjefe de los servicios secretos- entre Merkel y Horst Seehofer, su ministro del Interior y jefe entonces de los socios bávaros en el bloque conservador, habían hecho tambalear seriamente la coalición.

El anuncio de Nahles llega una semana después del desastroso resultado de los socialdemócratas alemanes en las europeas, el peor a nivel federal en unos comicios.

En una carta a los militantes, en la que Nahles precisa que formalizará hoy su dimisión ante la cúpula del SPD y el martes ante el grupo parlamentario, recuerda que asumió estos dos cargos “en momentos difíciles”.

Nahles tomó las riendas del partido como primera mujer hace algo más de un año tras la renuncia de Martin Schulz, bajo cuyo liderazgo la formación pasó de soñar con su reflote a hundirse en su mínimo histórico en las pasadas elecciones generales de 2017, con una caída de más de cinco puntos y superando escasamente el 20% de apoyos.

“Juntos hemos decidido asumir la responsabilidad por nuestro país como parte del gobierno. Al mismo tiempo estamos trabajando en volver a levantar el partido y en convencer a los ciudadanos con nuevos contenidos”, señaló Nahles.

Pero lejos de lograr reflotar, los socialdemócratas tuvieron que encajar en los comicios europeos del pasado domingo un nuevo mínimo histórico, al caer hasta el 15,8% de apoyos, más de once puntos menos que el 27,3% alcanzado en 2014, y quedar relegados así al tercer lugar por detrás de Los Verdes.

Cumplir con la responsabilidad asumida en la gran coalición de gobierno y recuperar la confianza del electorado es un “gran desafío” que requiere “un apoyo mutuo total” dentro del partido, respaldo que se ha estado poniendo públicamente en duda en repetidas ocasiones en las últimas semanas, dijo Nahles.

“Por eso quería claridad. Esa claridad la he obtenido esta semana”, añadió y precisó que el debate dentro del grupo parlamentario y los muchos contactos desde el partido le han hecho entender que para el desempeño de sus funciones ya no cuenta con “el respaldo necesario”.