Helsinki - Tras su agónica victoria en las elecciones parlamentarias del domingo, el Partido Socialdemócrata de Finlandia (SDP) busca ya posibles socios para formar un Gobierno de coalición entre el resto de grupos, sin excluir de momento a la formación de ultraderecha Verdaderos Finlandeses.

Después de un escrutinio de infarto, el SDP consiguió el 17,7% de los votos y 40 de los 200 escaños del Eduskunta (Parlamento finlandés), superando a la ultraderecha por solo 6.813 votos, equivalentes a dos décimas porcentuales que son suficientes para lograr un diputado más que los Verdaderos Finlandeses.

El mayor problema al que se enfrenta el líder socialdemócrata, Antti Rinne, es la gran fragmentación del voto en estos comicios, en los que por primera vez en la historia ningún partido alcanzó el 20%, lo que le obligará a buscar una coalición formada por un mínimo de cuatro socios.

La opción más natural sería la creación de un Ejecutivo rojiverde, con el SDP, Los Verdes y la Alianza de Izquierdas, pero sus 76 diputados quedarían lejos de los 101 necesarios para lograr una mayoría absoluta.

Por ello, Rinne deberá intentar incluir también en la coalición a alguno de los otros tres grandes partidos: la ultraderecha, los conservadores de la formación Kokoomus o los liberales del Partido de Centro.

Ahora, la gran pregunta es si el SDP será capaz de llegar a un acuerdo de mínimos con la extrema derecha, como hicieron los centristas hace cuatro años, que permita de nuevo su entrada en el Gobierno.

Dado que en Finlandia los partidos tradicionales no se plantean recurrir a un “cordón sanitario” para aislar a la ultraderecha, a diferencia de otros países nórdicos -como Suecia-, la alianza con los Verdaderos Finlandeses es una posibilidad, aunque a priori se antoja improbable por su lejanía ideológica.

Valores compartidos La formación ultra y el SDP comparten ciertos valores, como su preocupación por los ciudadanos más desfavorecidos, pero están a años luz en cuestiones como la inmigración, las políticas europeas o la lucha contra el cambio climático.

No obstante, el líder de los Verdaderos Finlandeses, Jussi Halla-aho, el candidato más votado en estos comicios, cree que su partido tiene muchas cosas en común con las demás grandes formaciones y está dispuesto a negociar su entrada en el Ejecutivo, aunque no a cualquier precio. “En lo que respecta a la política fiscal y al bienestar social, nuestro partido es muy centrista, por eso sería fácil cooperar tanto con los socialdemócratas como con los conservadores”, afirmó Halla-aho a la prensa tras las jornada electoral.

En 2015 los Verdaderos Finlandeses tuvieron que hacer muchas concesiones para ser aceptados en la coalición de Gobierno y eso les pasó factura, ya que dos años después habían perdido casi la mitad de su apoyo popular. “Si queremos entrar en un Gobierno de coalición tendremos que hacer concesiones, pero uno no puede ceder demasiado en las cuestiones que son más importantes para nuestros votantes. Sería estúpido repetir los mismos errores que hace cuatro años”, señaló el líder ultra.

La llegada de Halla-aho a la presidencia de los Verdaderos Finlandeses en 2017 provocó un giro a la ultraderecha de la formación, hasta entonces más bien populista y nacionalista, que conllevó su expulsión de la coalición gubernamental. Por ello resulta improbable que partidos como el conservador Kokoomus, uno de los que echaron a los ultras del Gobierno, o formaciones progresistas como Los Verdes y la Alianza de Izquierdas estén dispuestos a cooperar con los Verdaderos Finlandeses de Halla-aho.

Tampoco parece probable que el SDP esté dispuesto a aceptar imposiciones del partido ultra en cuestiones relacionadas con las políticas de inmigración y acogida de refugiados. “Para los socialdemócratas, la justicia, la igualdad, el respeto por las personas y la dignidad humana son valores muy importantes, y con Halla-aho tenemos valores muy diferentes respecto al ser humano”, afirmó Rinne.

La ejecutiva socialdemócrata del SDP tiene previsto preparar esta semana un cuestionario que enviará al resto de grupos con representación parlamentaria para tantear sus posturas y nombrará también a su equipo negociador. El objetivo de los socialdemócratas es alcanzar antes de finales de mayo un acuerdo con aquellos partidos que más se acerquen a sus planteamientos y negociar con ellos el programa de Gobierno y el reparto de carteras.

El SDP, que en 2015 sufrió una debacle electoral y cayó a la cuarta posición, ha cosechado un 1,2% más de votos, suficiente como para lograr seis diputados más y hacerse con la victoria. Por su parte, los Verdaderos Finlandeses lograron recuperar el apoyo popular perdido tras dos años en una coalición de Gobierno que aplicó fuertes recortes en las prestaciones sociales y se enfrentó en 2015 a la peor crisis migratoria que sufrió el país.