Bajo el título Hacia una democracia europea: 40 años de las primeras elecciones al Parlamento Europeo, el Instituto de Demócratas Europeos y Sabino Arana Fundazioa reunieron ayer a cerca de cuarenta expertos, entre académicos, políticos, exeurodiputados y representantes institucionales, para analizar el pasado, presente y futuro del máximo órgano legislativo de la Unión Europea.

¿Cómo fueron aquellas primeras elecciones europeas hace cuarenta años? ¿Qué destacaría?

-Las elecciones de 1979 tuvieron mucha importancia, lanzó una serie de señales respecto a tener un organismo directamente elegido y de forma democrática. Evidentemente, después estaban las elecciones de 2004, que fueron las primeras después de la gran ampliación hacia el este europeo y mucha gente creía que las de 2014 iban a ser muy importantes también por la crisis económica y por la crisis de la inmigración, pero al final no tuvieron tanta importancia. De alguna manera, las de 2019 quizás sean las elecciones más importantes que hemos tenido al Parlamento Europeo desde que existe.

¿Por qué? ¿Qué nos jugamos?

-Yo creo que dentro de la Unión Europea hay muchas cosas en juego, hay países que tienen unos principios democráticos que están en juego, en Hungría y en Polonia, que están dividiendo a los países respecto a cómo tienen que reaccionar. Hay temas de envergadura que están en juego y que son consecuencia de la crisis financiera y de las desigualdades que se han generado. Y también qué hacer con la migración dentro de la Unión Europea y con la inmigración. Después tenemos a una Europa que está en una situación mundial totalmente distinta, con fuerzas políticas de diferente naturaleza, en Turquía, en Rusia y también en Estados Unidos, con lo cual hay muchísimas cosas en juego de cara a estas elecciones. Y también las encuestas nos sugieren que quizás sea el Parlamento más dividido que pueda haber hasta el momento.

¿Qué va a suponer esta división para el futuro de Europa?

- Obligará al Parlamento a establecer compromisos más firmes, más fuertes, la coordinación y la colaboración van a ser cada vez más importantes. También será difícil para el Parlamento saber qué es lo que puede hacer ante el hecho de que muchas personas que van a ser elegidas están en contra del parlamento como institución y contra la Unión Europea como tal. Y este es un reto para una institución, cómo puedes dar cabida a un partido que básicamente quiere abandonar la institución donde está.

Desde las primeras elecciones hace 40 años, la participación ha ido bajando año tras año. ¿Qué previsión hay de participación?

-Si uno analiza los hechos, la participación solo ha disminuido en un par de puntos porcentuales en las últimas tres elecciones, yo diría que es bastante estable la cifra. Digamos que las elecciones de 2019 tienen un potencial de tener un incremento de la participación debido a los grandes temas que están en juego y también por las divisiones. Lo que es importante es que esto no significa que será un parlamento proeuropeo, sino que será un parlamento donde se van a hacer debates políticos de verdad con tendencias muy diferentes.

¿Qué papel van a jugar los jóvenes en estas elecciones? ¿Se muestran más europeístas o euroescépticos?

-El Eurobarómetro muestra que los jóvenes son, en líneas generales, más proeuropeos, pero también votan menos.

Hay ahora un movimiento juvenil en Europa que los políticos se tomen en serio la lucha contra el cambio climático. Varios jóvenes han ido recientemente al Parlamento Europeo a plantear sus críticas, ¿se va a tener en cuenta estas demandas en la próxima legislatura?

-Debería estar en la agenda, yo creo que tenemos una chispa de esperanza para que haya una mayor participación política de los jóvenes, afortunadamente están encontrando maneras de expresar estos temas. Pero lo que es importante es que tenemos un sistema de representación bastante anticuado, por lo que la participación en estas elecciones sigue siendo de muchísima importancia para poder conectar este sistema de participación alternativo con las instituciones más convencionales.

Pero muchos jóvenes sienten lejanía con las instituciones europeas.

-Aquí tenemos un reto para las instituciones, pero también para los jóvenes. Tiene que haber un camino para que estos dos sistemas puedan converger en algún punto, puesto que esta insatisfacción con el sistema va a crecer más si no están en las instituciones.

¿Qué va a pasar con el Reino Unido?

-Cualquiera que diga que sabe lo que pasa con el Reino Unido está mintiendo. Lo que sí que ha pasado en los últimos seis meses es que la gente ha visto en muchos países europeos el lío que se ha montado y la inseguridad que surge en estos contextos. En todo caso esto se traduce en más apoyo en otros países europeos y una toma de conciencia de lo que significa marcharse de la Unión Europea.

“Las encuestas nos sugieren que quizás sea el Parlamento más dividido hasta el momento”

“Será un Parlamento donde se van a hacer debates políticos de verdad con tendencias muy diferentes”

“Tenemos una chispa de esperanza para que haya una mayor participación política de los jóvenes”