argel - Millones de argelinos desbordaron ayer, por sexto viernes consecutivo, las plazas y avenidas para decir no al jefe del Ejército, Ahmed Gaïd Salah, y a su propuesta de inhabilitar al presidente, Abdelaziz Bouteflika, como solución a la crisis política que padece el país. En la capital, la opinión compartida era que la apuesta por el artículo 102 de la Constitución es una nueva maniobra del círculo de poder que protege y maneja al mandatario para perpetuarse en la cúpula del Estado.

“Gaïd Salah debería haber hecho la propuesta en 2008, cuando el presidente Bouteflika enmendó la Constitución. Llega con retraso”, explicó Ali, de 60 años y que ayer mostró su enfado en el centro de la capital.

“El Ejército (solo) tiene tres misiones que cumplir: proteger la seguridad, preservar la unidad nacional y vigilar la Constitución. Y esta ya ha sido violada en varias ocasiones”, agregó Alí, que reclamó un cambio absoluto de régimen. “Cuando el pueblo se levantó, fingieron ofrecernos flores. Esta es una lucha entre el pueblo y el sistema. Exigimos el fin de un sistema en vigor desde hace 62 años hasta ahora. Queremos una segunda república y una asamblea constituyente, libertad de expresión para todos los argelinos y calma”, agregó. Optimista, Alí, de origen cabil, insistió en que la única salida a la crisis que estalló el pasado 22 de febrero es que Bouteflika dimita y sea sustituido de forma interina por “una persona íntegra. Hay gente honesta y nacionalista que no formó parte del sistema y que puede conducir el país”, argumentó.

A su alrededor, decenas de pancartas criticaban al círculo de poder y en particular a Gaïd Salah, que se ha convertido en el principal objetivo de los manifestantes, junto al nuevo primer ministro, Nouredin Bedaui, y el viceprimer ministro, Ramtan Lamamra. - Efe