Dublín - El Gobierno irlandés intensificó ayer sus planes para hacer frente a un Brexit sin acuerdo con una batería de leyes “históricas” encaminadas a proteger a sus ciudadanos y sectores económicos clave, aunque aún confía en que Londres y Bruselas pactarán un divorcio ordenado.

El llamado proyecto de ley general del Brexit incluye en sus 70 páginas 15 mini-leyes elaboradas por nueve ministerios, en las que se identifican las áreas que más sufrirán el impacto de una salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) a las bravas.

El Ejecutivo de Dublín tramitará este ambicioso paquete legislativo en las dos cámaras del Parlamento durante las próximas tres semanas, antes de que se consume esta separación en la fecha prevista del 29 de marzo “con o sin pacto”, indicó ayer el primer ministro irlandés, el democristiano Leo Varadkar.

A pesar de que esta legislación “sin precedentes” es fruto de casi dos años de “intensos esfuerzos”, el viceprimer ministro irlandés y titular de Exteriores, Simon Coveney, expresó ayer su deseo de que no sea necesaria y, en consecuencia, acabe en “las estanterías”.

Por ello, ambos líderes subrayaron que seguirán trabajando para lograr que su colega británica, la conservadora Theresa May, ratifique el pacto de salida que selló con Bruselas en noviembre, si bien ese texto fue rechazado por el Parlamento de Londres dos meses después.

Entre otras cuestiones, Dublín quiere asegurar que, en un escenario de Brexit duro, se mantengan, por ejemplo, los acuerdos de extradición entre los dos bloques o que los ciudadanos irlandeses sigan teniendo acceso a servicios sanitarios en el Reino Unido.

Cobrar la pensión El Gobierno también aspira a que sus ciudadanos puedan cobrar sus pensiones y otros subsidios sociales en el país vecino, mientras que considera clave que la red eléctrica de toda la isla de Irlanda siga unificada, tal y como se acordó en 2007 en una reforma transfronteriza del sector energético. Asimismo, la nueva ley busca dar continuidad al transporte de personas en autobuses y trenes entre las dos jurisdicciones, aún si el Reino Unido se convierte en un “país tercero de la noche a la mañana”, recordó Coveney. No obstante, uno de los sectores que más preocupa al Ejecutivo de Varadkar es el agroalimentario, que se juega más de 4.800 millones de euros anuales si Londres optase por un Brexit sin acuerdo y asumiese las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). La Federación Irlandesa de Agricultores ha recordado que más de la mitad de la carne de este país se exporta al país vecino, una actividad que podría dejar de ser rentable si se imponen nuevas tarifas y aranceles de la OMC o si el Reino Unido firmase acuerdos con otros proveedores más baratos, como Brasil. - Efe