Roma - El Vaticano anunció ayer la expulsión del sacerdocio del excardenal y arzobispo emérito de Washington Theodore McCarrick, acusado de abusos, una decisión que llega en vísperas de la cumbre histórica sobre pederastia del 21 al 24 de febrero, convocada por el Papa Francisco. El Vaticano informó en un comunicado de que la decisión la ha tomado la Congregación para la Doctrina de la Fe, después de considerar a McCarrick, de 88 años, culpable de abusos a menores y a adultos con la agravante de abusos de poder.

Por ello le ha impuesto la pena de la reducción al estado laical, que prevé la prohibición de administrar los sacramentos, vestirse como un sacerdote y la suspensión de cualquier tipo de sueldo.

Se trata del máximo castigo contemplado en el derecho canónico y McCarrick se convierte en la figura católica de mayor rango que recibe una condena de este tipo en los últimos tiempos.

La sanción contra el excardenal lleva la firma del Papa Francisco y es inapelable, confirmó el Vaticano en la nota oficial, que también precisa que McCarrick fue informado de ello el viernes.

McCarrick (Nueva York, 1930) fue ordenado cardenal por Juan Pablo II y participó en el cónclave de abril de 2005 en el que fue elegido pontífice Benedicto XVI.

Fue arzobispo de Washington entre 2000 y 2006 y se convirtió en uno de los hombres más influyentes de la Iglesia católica en Estados Unidos, pero desde el pasado año pesaban sobre él acusaciones de abusos sexuales contra menores y de comportamientos indebidos con jóvenes sacerdotes.

El pasado julio, un hombre aseguró al periódico estadounidense The New York Times que el excardenal había abusado de él cuando era menor de edad y que la situación se había prolongado presuntamente durante dos décadas.

ordenada por el Papa A estas acusaciones, que según el testimonio ocurrieron en la década de los setenta, se sumaron otras más. El Papa Francisco ordenó entonces una investigación sobre el caso, apartó al arzobispo estadounidense del Colegio Cardenalicio y le indicó que permaneciese alejado de sus funciones y recluido hasta que se aclararan en un juicio canónico las acusaciones de abuso sexual contra él. La pérdida de la púrpura por parte de un cardenal solo ha tenido un único precedente en la historia de la Iglesia católica, se remonta al 13 de septiembre de 1927 y no tuvo relación con los abusos sexuales: el cardenal Louis Billot había apoyado el movimiento ultra y antisemita Action Française, condenado por Pío XI, y tras ser recibido por el Papa, dejó su cargo.

El escándalo McCarrick salpicó el pasado año a la Iglesia católica y originó un duro ataque contra Francisco, protagonizado por el exnuncio de Washington Carlo María Vigano, quien acusó al pontífice de conocer la situación.

Vigano, de 77 años, pidió la renuncia de Francisco en una carta, publicada en agosto en varios medios de corte conservador, tras asegurar que el pontífice conocía desde junio de 2013 las acusaciones de abusos sexuales que pesaban sobre McCarrick.

En la misiva, que no contenía pruebas, ni documentos que corroborasen la acusación, Vigano también cargaba contra varios prelados cercanos a Jorge Bergoglio por formar supuestamente una lobby gay. - Efe