Para llegar al Ramal hay que cruzar el puente de Frank Ghery, que conecta Deusto con su ribera y recorrer parte de ésta. Una vez atravesado el puente se llega a la actual isla de Zorrotzaurre. Los espacios vacíos de los edificios derruidos y la escasa altura de las construcciones que se conservan, permiten ver con holgura las orillas de la ría a un lado y del canal al otro, así como La Misericordia, el Monte Banderas, Sarriko o Kobetamendi, lugares emblemáticos del entorno. La visión desahogada del horizonte y la vivificante luminosidad que inunda la Ribera en días de sol y tiñe el cielo de un suave color azul, serenan el ánimo y enlentecen el ritmo de vida. Todo sería idílico si no fuera por los discretos vecinos sin nada que atraviesan el barrio, recordándonos que también en nuestra sociedad anida la pobreza extrema; y por la visión, a veces perturbadora, de los solares vacíos que pronto comenzarán a llenarse de edificios propios de un sofocante urbanismo vertical que ocultará parte de las vistas para siempre.

Tras alcanzar la Plazuela, una placa identificativa situada en el edificio conocido como Palacio Madaleno nos avisa que hemos llegado al Ramal. El palacio, construido en 1898, fue casa de verano de José Madaleno, propietario de la Compañía Aurrera de Sestao. En su parte trasera hay una explanada de cemento donde aún se pueden apreciar las marcas donde se construyeron los pilares de la plataforma gasística La Gaviota En días de lluvia, se forman en la explanada charcos donde se refleja la antigua fábrica de galletas Artiach, uno de los estandartes del pasado fabril ribereño. La explanada, espléndida huerta hasta mediados del siglo XX, se extiende longitudinalmente de forma paralela al Ramal.

A medida que el día avanza, el sol va girando hacia el oeste hasta desaparecer por la cuña final del Arraiz, en la orilla izquierda de la ría. Por la tarde, el sol ilumina el tramo inicial del Ramal y decora el deteriorado firme de la carretera con las sombras que proyectan los cables del tendido eléctrico. En el último tercio del Ramal, una alcantarilla recuerda de vez en cuando que aquello fue zona de vegas y marismas hasta el siglo XVIII. A su derecha, aparece la iglesia del barrio.

La iglesia Parroquial de San Pablo Apóstol de la Ribera de Deusto es un sencillo y sobrio templo construido en 1948, en un estilo moderno y racional, propio de la época del desarrollismo en Bilbao. Fue diseñado por el arquitecto municipal Germán Aguirre y consta de tres sencillas naves, un presbiterio alrededor del altar mayor y una torre campanario lateral de 25 metros de altura. Tras el altar mayor se ubicaba una imagen de líneas modernas de San Pablo, obra del escultor alavés Lucarini.

Actualmente, la calle Ramal de Olabeaga carece de la relevancia que tuvo en su origen. Sin embargo, el Ramal sigue siendo una vía fundamental dentro del callejero de la Ribera de Deusto, pues comunica a los vecinos con lugares significativos del barrio como el parque y los columpios, la iglesia y su local parroquial, así como la cancha deportiva. Hace poco se acercó al lugar un matrimonio de uruguayos para conocer la iglesia donde bautizaron al padre de la señora y la escuela donde estudió: encontraron la iglesia, pero no la escuela. Sobre el solar donde estuvo en su día la última escuela pública del barrio, se halla ahora la cancha deportiva.

Sin embargo, hubo un tiempo en el cual, el Ramal de Olabeaga fue una de las tres arterias principales de Deusto. Un período que finalizó en 1968, cuando la construcción del Canal de Deusto seccionó su trazado original, redujo su longitud a la parte inicial del mismo y le restó toda su significación urbanística original.

La importancia de los caminos

Los caminos ocuparon siempre un espacio destacado en la Anteiglesia de Deusto, anexionada a Bilbao en 1925. Había caminos que la cruzaban horizontalmente como, por ejemplo, el Camino de Bilbao a Plencia o el Camino de Sirga de Bilbao a Las Arenas; vías de paso creadas para unir la Villa de Bilbao con los pueblos de alrededor. Otros, en cambio, como los caminos vecinales, comunicaban entre sí casas, caserías y edificios públicos de los distintos barrios de la Anteiglesia. Entre estos últimos, destacó el Camino de la Ribera. Esta vía de comunicación interior era también conocida como Camino de Olabeaga, pues comenzaba en la Plazuela situada junto a la ribera de la 2ª sección de la ría del Nervión, denominada Olabeaga. Esa sección daba su nombre en ese punto, a las riberas tanto de la Anteiglesia de Deusto como de la de Abando.

La importancia del Camino de Olabeaga fue creciendo con los años hasta convertirse en Camino Vecinal de 1er Orden. Este crecimiento se debió a la ubicación en la ribera de Deusto de diferentes actividades económicas relacionadas con la construcción y reparación de barcos y el transporte y comercio marítimo y al aumento de la población que se asentó en ella, atraída por las nuevas oportunidades laborales generadas por esas actividades. El origen de dicha actividad estaba relacionado con las características naturales de la cuenca orográfica de la ría del Nervión entre Olabeaga y La Salve. El escaso calado de la ría a la altura de Botica Vieja y la cantidad de cantos rodados y grava que las corrientes depositaban en el lecho de la ría a esa altura, hicieron del fondeadero natural de la ribera de Olabeaga de Abando, un muelle de atraque y descarga que dinamizó la vida portuaria y marítima de las dos riberas olabeagatarras.

Desde los inicios del siglo XVIII, las Juntas Generales del Señorío de Bizkaia habían hecho una apuesta firme por la mejora de las infraestructuras viarias de la época como medio para mejorar la competitividad del Territorio. Como dijera el escritor Juan C. Fernández ...pocos países o ninguno tal vez, cuentan tantos y tan cómodos caminos... En 1850, tras la aprobación a nivel estatal del Real Decreto sobre Caminos Vecinales de 1848, las Juntas Generales de Bizkaia aprobaron un plan propio para la mejora de los caminos vecinales, ya que eran los más transitados por la población y también los más utilizados para el transporte de mercancías básicas. El Plan dejaba la iniciativa a los pueblos para proponer a la Junta Permanente de Caminos del Señorío, la construcción o mejora de sus caminos vecinales. Estos eran sufragados con impuestos, algunos directos, como los del tránsito de personas y mercancías: los peajes que se cobraban en las cadenas o aduanas interiores, e indirectos, como el impopular impuesto al txakoli.

En un principio, el Camino de Olabeaga estuvo destinado únicamente al tránsito de personas y animales de carga. Sin embargo, en 1856, las autoridades locales decidieron solicitar a la Junta de Caminos su conversión en carretera para permitir el paso de carros a través de él. Esperaban que la construcción de esta carretera desplazara parte del tránsito de mercancías del puerto de Asua a Deusto y beneficiarse así del aumento del intercambio comercial en su jurisdicción.

Fincas de recreo

Para evitar encarecer el proyecto, el trazado del ramal se hizo coincidir básicamente con el del antiguo Camino de la Ribera de Olabeaga a la iglesia, que atravesaba el barrio de Madariaga. Este barrio estaba jalonado de casas con huertas y campas de pequeños y grandes propietarios que diversificaban sus inversiones entre bienes inmuebles y barcos. Algunas de estas casas eran caserías que se arrendaban junto a sus pertenecidos a baserritarras; otras en cambio, estaban destinadas a ser fincas de recreo. Estas últimas pertenecían en su mayoría a significados comerciantes del Casco Viejo bilbaino. En ellas respiraban aire puro y disfrutaban de un lugar de reunión estival propio de su condición social.

El punto de origen del Ramal fue pues, la Plazuela de la Ribera, lugar de encuentro tradicional de sus vecinos, donde se encontraba por aquel entonces la Casa Escuela del barrio, una simple habitación alquilada en la casa del difunto gabarrero Dionisio Etxebarria, donde se impartían las clases a los niños de la Ribera. El punto final era la Carretera de Bilbao a Plentzia, a la altura de la iglesia parroquial de San Pedro.

Desde la Plazuela, el Ramal pasaba por la escuela y por la casa de verano del confitero José Narbaiza -segundo esposo de la abuela materna de Miguel de Unamuno, quien veranearía de niño allí-, hasta llegar a la casa de Troncoso. En ese punto torcía a la derecha, pasando por delante de las casas allí construidas, donde destacaban la casa Basabe y la casa de Teodoro Maruri, padre de Teodoro Hipólito y Víctor Maruri, copropietarios de varios vapores, entre ellos el Vapor Nervión que conectaba Bilbao con la playa de Portugalete en la temporada de baños. Maruri padre estaba casado con la hija del adinerado cristalero alemán Juan José Palme. Junto a esta casa, estaba la de Gardoqui, propiedad de la viuda de Manuel Gardoqui, asentada en Valladolid. Manuel era nieto de José Joaquín Gardoqui Arriquibar, uno de los comerciantes bilbainos más prósperos del siglo XVIII. Seguidamente se encontraba la finca de recreo del propio Palme, conocida como Caserío Barbaraco. En ella se celebraban innumerables recepciones y fiestas, a las cuales se solía llegar en barca por la ría. En el otro lado del Ramal, se encontraba la casa de Vicenta Astigarraga, viuda del comerciante Pedro Errazquin, padre de Telesforo Errazquin, socio fundador de La Dinamita, primera empresa química del Estado español. En el Ramal también estaba la casa de Cecilio del Campo y el Palacio Basabe, propiedad de Julián Basabe, posterior alcalde de Deusto en 1866. El palacio era la antigua torre remodelada del linaje de los Madariaga, de quien Basabe era descendiente. Estaba situado frente a la fuente del camino viejo. Desde ese punto, el trazado continuaba avanzando hasta llegar a la casa de Legorburu, donde torcía de nuevo a la izquierda para subir por el camino que daba a la iglesia de San Pedro hasta llegar a la carretera de Bilbao a Plentzia.

La obra se finalizó el 21 de julio de 1861 y la nueva carretera local pasó a llamarse Ramal de Olabeaga. Casi un siglo después, llegaría a tener la categoría de Carretera Provincial, hasta la apertura de la dársena conocida como Canal de Deusto.

En un futuro, que se antoja aún largo, los planes de transformación urbanística de la isla de Zorrotzaurre lo imaginan arropado por verdes alfombras de césped, como cuando era una simple vereda.

Los caminos ocuparon siempre un espacio destacado en la Anteiglesia de Deusto, anexionada a Bilbao en 1925

El barrio de Madariaga acogía casas de 'veraneo' y fincas de recreo de significados comerciantes del Casco Viejo de la villa