Bilbao - “Navarra, hermana, raíz de nuestra historia, permanezca en ti el sueño de nuestros antepasados”. Los versos del bardo Benito Lertxundi que la semana pasada trataba de cantar José Luis Landa tras recuperarse de un ictus retumban con cariño en la memoria de la familia de este jeltzale navarro que también residió en Lutxana y Sestao. El nacido en Urroz-Villa el 26 de febrero de 1921 falleció el lunes a los casi inminentes 98 años de edad.

La familia nacionalista lamentó en sus reacciones su pérdida: la de “un referente” en el concejo sestaoarra, la de un “abertzale consecuente”, la de un amigo “más del PNV y de la Virgen de Begoña que Sabino Arana”, la del socio del Aldapeko Txoko y la de un “poeta y lector hasta de posavasos”.

Hijo de Eulalio y Teófila, fue el mayor de siete hermanos, segundo padre de ellos. Aunque la familia era de Uterga-Valdizarbe, José Luis vino al mundo en Urroz por ser destino laboral de su padre, maestro. Este docente cambió de rumbo y se mudó a Lutxana. Llegó cuando 1936 iba a sufrir un golpe de Estado. Tras la Guerra Civil, el franquismo desterró a Eulalio a Extremadura por su dogma nacionalista vasco. La familia aguardó en Barakaldo. Retornaría años después.

Mientras tanto, José Luis ya fichaba en Talleres Luchana y tras el servicio militar cumplido en Burgos regresaría a aquella empresa en la que trabajaba de contable y lograba “sobresueldos” con la administración de otras pequeñas firmas. Ocupó cargos en la organización municipal de Sestao como la de juez municipal del PNV e impulsó e hizo realidad la recuperación de tradiciones como cantar Santa Ageda en el municipio.

Casado con Adeli Fernández, dio a Euskadi dos hijos: Kepa y Ane. “Aita ha sido un hombre muy abierto, muy cercano con la familia. Socio del Athletic, lector voraz, directivo del Sporting Club de Lutxana, y Barakaldo Club de Fútbol, escritor de poesía, amante de las jotas navarras y el cancionero vasco...”, le resume su hijo.

Sus amistades tampoco le olvidarán nunca. Así, el periodista y exdirector de Sabino Arana Fundazioa, Iñigo Camino, le viste como una persona entrañable, siempre cariñoso y amable. “Más del PNV y de la Virgen de Begoña que Sabino Arana. Navarro hasta las cachas supo integrarse en su querido Sestao”.

Lucha contra el franquismo A su juicio, el de Urroz fue de esa generación que sufrió en sus carnes desde muy niño la dureza, la represión y el hambre del régimen franquista. “Desde el silencioso -por obligación- activismo social y político, pero nunca desde la resignación, Landa nunca se doblegó ante el franquismo”, detalla y va más allá: “Era del PNV al cien por cien, pero al mismo tiempo era muy comprensivo con otras ideas”.

Por esa misma senda camina el exsenador Iñaki Anasagasti: “Era un jelkide de los pies a la cabeza. Cuando su hijo Kepa publicaba un artículo en DEIA, me llamaba o escribía para saber qué me había parecido. Él soñaba con la unión de todos los vascos. Con su falta perdemos una referencia de abertzale consecuente”, enfatiza.

El camino eterno emprendido pone fin a aquellos que también voló por cielo, y carretera. Muchos de ellos, gracias a Sabino Arana Fundazioa, al poco de fallecer ahora hace 30 años su mujer, Adela, momento en el que José Luis quedó a vivir con su hija y yerno Fernando Ibarretxe, quienes “le han cuidado de una forma brillante, excelente”, les reconoce Kepa.

Landa padre forjó estrecha relación con el organizador de aquellas aventuras, Iñaki Ruiz Laka, gerente entonces de la fundación bilbaina. “Querido José Luis, me acaban de informar de que hoy has iniciado un nuevo viaje. Habrás llegado ya a ver a Adeli. La primera vez que viniste con la Fundación de viaje, poco después de su marcha, te buscamos una pareja, Juan Mendezona y a partir de entonces, conformasteis un bonito trío, ella os observó y cuidó desde la foto que os acompañó en la mesita de noche de todos los hoteles de que recorrimos lo largo de los años”, matiza y completa: “Buen hermano, buen padre, buen amigo y para los que éramos más jóvenes buen maestro. La verdad es que te hacías querer aunque también hacías tus travesuras en los aeropuertos, en las excursiones. No guardo más que gratos recuerdos de nuestra amistad. Egun haundirarte, José Luis”.

“Un viajero impenitente” La responsable de Viajes Aguirre Bidaiak, Ana de Arsuaga, trae a la memoria más curiosidades de aquellas experiencias. “Hoy nos toca despedirnos con tristeza de José Luis Landa, viajero impenitente y compañero entrañable en infinitos periplos”. Landa le ayudaba a controlar el grupo de viajeros cerrando el pelotón con una enorme ikurriña, “aunque en alguna ocasión, como pasó en Venecia, la próstata le jugó una mala pasada, dejó la bandera a otro viajero y el que se perdió fue él”, sonríe quien conservará el recuerdo de los “magníficos” momentos compartidos, sus escritos y su poemas dedicados, sus jotas animando los largos recorridos en bus y “cómo no el detalle con el que me obsequiaba al final de cada viaje, no sin antes haber vuelto locas pidiendo asesoramiento a las damas que viajaban en el grupo”.

Agradecido también le queda el actual alcalde de Sestao, Josu Bergara, a quien Landa vio nacer y “gran amigo de mi aitite”, subraya. “Referente del nacionalismo vasco en Sestao y testigo de la evolución de la realidad política del municipio, José Luis ha estado siempre al pie del cañón en los buenos y malos tiempos del partido. Ha vivido por y para el PNV”.